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Así, ante esta crisis actual y cuando no se respeta ni a los pacientes ni a quienes brindan la atención en salud, podemos afirmar que “no hay nada que festejar”.
Por Agamenón Quintero Villarreal - paginaseditoriales@elcolombiano.com.co
El 3 de diciembre en Colombia celebramos el Día del Médico, una jornada dedicada a homenajear y reconocer la labor excepcional de aquellos individuos que, con vocación, dedicación y pasión hemos abrazado la noble profesión de la medicina. Pero el desfinanciamiento de la salud evidencia una crisis total en el sector, especialmente la prestación oportuna y de calidad que está afectando la atención de nuestros pacientes y presenta un oscuro panorama que atraviesa el sistema; por ello, haciendo acopio de una canción muy popular de rock en español, debemos decir “no hay nada que festejar”.
En Colombia existe un censo actual de algo más de 57.000 médicos especialistas, el 90% se encuentra representado por miembros de la Asociación Colombiana de Sociedades Científicas, por ello queremos resaltar la labor de los médicos, cuya dedicación y compromiso son fundamentales para nuestros pacientes y para el sistema; sin embargo, estamos en una crisis en salud y podemos llegar al colapso. La salud es de nosotros los colombianos y para nosotros los colombianos.
La politiquería y sesgos ideológicos no pueden estar asociados a los sistemas de salud ni a la salud en general, por ser en Colombia un derecho fundamental. El actual debate de reforma descartó un proyecto de ley estrictamente técnico que recogía propuestas imparciales de varias organizaciones de la salud; éste fue víctima de las telarañas congresistas y aunque miembros de la Cámara de Representantes piden escuchar nuestras observaciones, desde la presidencia de esta entidad se siguen presentando amaños para evitar dejar en evidencia las falencias. No hay el famoso “consenso”.
¿Estamos en crisis? Sí, el censo del Observatorio de Talento Humano en Salud del ministerio registra un total de 946.655 trabajadores, entre profesionales, técnicos, auxiliares y especialistas, y la mayoría se encuentra en situaciones laborales precarias, las cuales se agudizaron en el último año. Se debe sumar que en los últimos años se ha presenciado la liquidación e intervención de EPS, lo cual conlleva a que más del 50% de la población ha sido acogida bajo un solo “asegurador”, la Superintendencia Nacional de Salud, a la que muchos han calificado como la “más grande EPS del país”, situación que ahonda la crisis alarmante.
La ineficiencia en la atención médica, las largas esperas para asignación de citas y cirugías, aumento de las tutelas, déficit de profesionales en áreas críticas en las regiones donde existe una deuda social que ha ido en aumento a través de los años, insatisfacción de los usuarios debido a la baja calidad del servicio, año social obligatorio ineficiente, el no pago de honorarios o salarios al talento humano y cambios unilaterales en la condiciones contractuales para el talento humano en salud, son resultado de lo planteado. Las causas de esta crisis son multifactoriales e incluyen, entre otras, la corrupción que campea el sistema, desfinanciamiento y desigualdad en el acceso a la atención médica, la falta de respeto y dignidad para con los profesionales de la salud, entre otras.
Así, ante esta crisis actual y cuando no se respeta ni a los pacientes ni a quienes brindan la atención en salud, podemos afirmar que “no hay nada que festejar”.
Feliz Día de los Médicos, parte fundamental para que cualquier sistema de salud avance, siempre actuando con ética, autorregulación y autonomía. Seguiremos en alerta permanente, junto con los pacientes, prestadores y todo este talento humano en salud, todos en pie de lucha.
*Presidente de la Asociación Colombiana de Sociedades Científicas.