Ya no son semanas y tal vez ni siquiera días cruciales para el futuro de la aerolínea de bajo costo Viva. Cada minuto se volvió vital y, de hecho, los empleados, quienes hasta el momento habían mantenido cierta mesura, decidieron manifestarse hoy en la glorieta del Aeropuerto José María Córdova, en Rionegro.
Representando a los más de 1.200 colaboradores, un grupo se congregó allí alegando que, a pesar de enviar cartas y alzar su voz, no han sido escuchados. Aseguran que la angustia sobre el futuro de la compañía y su empleo es total y piden que se apruebe un rescate sin importar de dónde provenga, siempre y cuando sea una opción real.
La incertidumbre creció en las últimas horas tras conocerse la renuncia de Félix Antelo a la presidencia de Viva, quien por medio de una carta insistió en la crítica situación. Una fuente en la aerolínea aseguró que si bien no ha habido despidos, el hecho de tener que dejar cinco aviones en tierra aunado a la salida del CEO hacen temer lo peor (ver “Antecedentes”).
“No ha pasado todavía, pero es evidente que van a ocurrir (los despidos) porque nos acaban de quitar el 25% del tamaño de nuestra flota y significa que la compañía va a tener que reajustar las operaciones y eso va a impactar en los empleos. Dada esta circunstancia y viendo los números creemos que tenemos que salir a manifestarnos”, comentó la fuente.
Es que Viva ha sufrido al menos cuatro mazazos en menos de un mes, mientras espera de que se resuelva su futuro. A la salida de Antelo y las aeronaves que debieron dejar de volar a petición del dueño de las mismas, se suman el cierre de tres rutas desde Cali y la entrada a un Proceso de Recuperación Empresarial para renegociar sus deudas.
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¿Cuestión de días?
En medio de las agitadas últimas semanas trascendió un documento remitido por el presidente saliente de Viva al MinTransporte en el cual indica que con el pasar de los días podría estar en riesgo hasta el 50% de la operación de la compañía e incluso llegaría a un punto de no retorno.
Antelo dice que los proveedores, especialmente arrendadores de aviones, están presionando y todo este cóctel de factores derivaría en la cancelación masiva de servicios. Además es insistente en que las autoridades definan una fecha para anunciar qué pasará con la pretendida integración con Avianca, pues independiente de la decisión habría claridad sobre cómo proseguir con los acreedores.
Al respecto, el ministro de Transporte, Guillermo Reyes, aseguró que ya sostuvo diálogos con la Aeronáutica Civil para que agilice el proceso, independientemente de la determinación, pues la tardanza podría tener afectaciones irreversibles para trabajadores y viajeros.
Por ahora el proceso pasó a ser analizado por la Supertransporte, la cual intervendrá –si lo considera pertinente– dentro de un lapso de dos semanas. Mientras tanto, Avianca y Latam manifestaron la disposición de reubicar en sus sillas disponibles a los pasajeros de Viva que se vean afectados tras la salida de los cinco aviones mencionados.
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“Trapitos” al sol
Como si a esta novela le faltará otro capítulo, las versiones de que Avianca y Viva se habrían integrado tiempo atrás sin la autorización de las autoridades volvieron a hacer eco.
La Silla Vacía divulgó un documento probatorio de la Superintendencia de Industria y Comercio (SIC) que reforzaría esa tesis, entendiendo que “dos de los ejecutivos que hasta hace poco controlaban Viva tomaron posesión en esa empresa solo unos meses después de dejar de ejercer altos cargos en Avianca”.
Según ese medio, ese sería uno de los argumentos de la SIC para sostener que las dos aerolíneas estarían secretamente fusionadas de manera ilícita hace meses, violando las reglas de la libre competencia.
Al respecto, Avianca emitió un comunicado en el cual indica que “ha cumplido con todas las normas aplicables en materia de control de integraciones, y que la transacción sobre los derechos económicos de Viva no constituyó una integración”.
Entre otras consideraciones, asegura que “las aerolíneas competidoras que han impulsado la apertura de investigación por parte de la SIC, tienen el claro propósito de dificultar –en beneficio propio y no de los colombianos– el desenlace de esta operación y buscan sacar a Viva del mercado”.