Por tipo de inmueble, las mayores caídas se vieron en aquellos superiores a 500 salarios mínimos, con -25,3%; mientras que solo hubo aumento en las VIP, con un 52,9% más.
La vivienda de interés social (VIS), entre tanto, observó una contracción del 6,6%, llegando a las 46.211 unidades.
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En el caso de Antioquia el golpe fue más duro. En la primera mitad del año se comercializaron 6.949 inmuebles, lo que da cuenta de un desplome del 24,9% frente a los 9.259 reportados un año atrás.
Al igual que en el país, hubo una fuerte contracción para viviendas por encima de los 500 salarios mínimos (-41,6%), aunque la caída más dura fue en el segmento VIP, con -71,1%.
Un dato relevante es que solo en junio se vendieron 871 viviendas, es decir que fue el peor mes en cuatro años para el departamento.
Un indicador de esta magnitud no se veía desde el inicio de los confinamientos por la pandemia, en abril de 2020, cuando las ventas apenas llegaron a 651 proyectos.
De esta forma el sector acentúa su mala racha, a la espera de las medidas de reactivación en las que el sector privado y academia han insistido.