El tablero para que los inversionistas árabes de IHC y el Grupo Gilinski asuman el control de Nutresa se sigue moviendo. Los avances más claros se observan desde hace un mes cuando se firmó un memorando de entendimiento y hace diez días cuando se suscribió un acuerdo marco que dieron a conocer las compañías del llamado Sindicato Antioqueño: los grupos Sura, Argos y Nutresa.
Si bien al final del negocio Sura y Argos no serán más socios de Nutresa, y esta holding de alimentos junto a la familia Gilinski e IHC saldrán de las participaciones que poseen en Argos y Sura, son múltiples las inquietudes que se siguen generando, pese a la información que se ha estado suministrando en teleconferencias de las compañías o en la asamblea extraordinaria de accionistas de Sura, celebrada el jueves pasado, en la que curiosamente nadie hizo preguntas, y solo pidió la palabra una pequeña accionista para exclamar: “De la calle vendrá quien de casa te echará”.
Algunas dudas que rondan tienen que ver con los términos de la negociación, los plazos para ejecutar las etapas que conlleva y su resultado final, o la composición accionaria de Argos y Sura y sus portafolios de inversión.
Igualmente, ¿qué tan perdurable será la intención de IHC y Gilinski de mantenerse como controlantes de Nutresa?, ¿qué hay de unos socios estratégicos para Sura y Argos, en el contexto de que al conglomerado de infraestructura no le interesa controlar a esta holding de inversiones?
Conflictos de interés
Uno de los pasos que por estos días se está dando es allanar las condiciones para que los administradores de Sura, Argos y Nutresa, así como algunos integrantes de sus juntas directivas puedan hacer parte de las negociaciones.
En ese sentido, el pasado jueves Sura celebró una asamblea extraordinaria de accionistas en la que se levantaron los posibles conflictos de interés planteados por Gonzalo Pérez, presidente de Sura; Juan Luis Múnera, vicepresidente de Asuntos Legales de la compañía; así como Ricardo Jaramillo, vicepresidente de Finanzas de Sura, y Marianella Pulido, gerente de Asuntos Legales Financieros, quienes reconocieron que la implementación del acuerdo marco y sus contratos accesorios podría implicarles un beneficio personal.
Igualmente, se levantaron los potenciales conflictos de interés expuestos por las integrantes de la junta directiva de Sura Ángela Tafur y María Ximena Lombana, quienes representan al Grupo Gilinski.
Ellas precisaron que eran parte demandada en procesos iniciados por Sura y Argos ante el Juzgado Quinto Civil del Circuito de Medellín, y en su contra hay quejas de Sura ante la Superfinanciera, pero a pesar de estas circunstancias fueron autorizadas para hacer parte de las discusiones y deliberaciones que se derivarán del acuerdo marco.
Por su parte, Gabriel Gilinski, hijo del banquero Jaime Gilinski y también miembro de la junta de Sura, pidió que no se le levantarán los conflictos de interés “para evitar cualquier apariencia indebida”, indicando mediante un correo electrónico que es “familiar de uno de los beneficiarios reales (del negocio)” y que “podrían existir conflictos de interés en deliberar y votar el acuerdo”.
Mañana, en la asamblea extraordinaria de Grupo Argos, se resolverá el mismo problema: los eventuales conflictos de interés para hacer parte de esta operación, expresados por Jorge Mario Velásquez, presidente de la empresa.
En su carta a los accionistas señalará que: “Se ha indicado, puntualmente, que nuestra permanencia en el cargo y la remuneración de los representantes legales de Grupo Argos, incluyéndome, podrían verse impactada por las decisiones que adopte Grupo Argos respecto de sus inversiones en Sura y Nutresa”.
También hará mención a que existen dos litigios en los cuales fue incluido como demandado por ser el representante legal de Argos, lo que podría ser calificado como otro conflicto de interés.
Acogiendo los argumentos de Velásquez, sus subalternos Rafael Olivella, vicepresidente de Asuntos Corporativos de Argos; Alejandro Piedrahita, vicepresidente de Finanzas; Jorge Betancourt, gerente Tributario; Adriana Bravo, gerente de Asuntos Legales; Ilva Gomez, gerente Legal y Juanita Giraldo, directora de Bienestar y Relaciones Laborales, solicitarán a los accionistas que les levanten esos posibles conflictos de interés.
Lo mismo pedirán las integrantes de la junta directiva, Ana Cristina Arango (quien advierte que es accionista minoritaria de Sura, Argos y Nutresa), y Claudia Betancourt (quien representa a la sociedad Amalfi, accionista que tiene el 5,71% de Grupo Argos).
Se anticipa que, al igual que en Sura, los accionistas de Argos levantarán los posibles conflictos de interés para facilitar el avance de las negociaciones con los inversores árabes y los Gilinski.
La escisión
La coyuntura de posibles conflictos de interés de los administradores de Sura y Argos también se someterá a consideración de los accionistas de Nutresa el próximo jueves, en asamblea extraordinaria.
El presidente de la compañía, Carlos Ignacio Gallego; el vicepresidente de Finanzas, José Domingo Penagos, y el secretario General, Jairo González, al igual que los miembros de junta Jaime Alberto Palacio, Gabriel Gilinski, Juan Constantino Martínez y Luis Felipe Hoyos pondrán en conocimiento la existencia de potenciales conflictos de interés para considerar el acuerdo marco, por lo que esperan ser autorizados para negociar.
Gilinski, por su parte, ya pidió que no se le levanten los conflictos de interés, invocando las mismas razones que le transmitió a Sura.
Cumplidas las asambleas de las compañías del llamado Grupo Empresarial Antioqueño (GEA) se vendrá una etapa clave de esta compleja transacción, que tiene que ver con la escisión o separación del negocio de alimentos de Nutresa de su portafolio de inversiones, conformado primordialmente por sus participaciones accionarias en Sura (13,29%) y Argos (12,51%).
Tras esta división todos los accionistas de Nutresa tendrán derecho a una acción de Nutresa Alimentos y a una acción de Nutresa Portafolio.
Este tipo de movida fue anticipada en marzo del año pasado por el pequeño accionista de Sura, Fernando López, quien entonces recordó como en 2001 la entonces Compañía Colombiana de Tabaco (Coltabaco), antes de su venta a la multinacional Philip Morris, separó su negocio de producción de cigarrillos del portafolio de inversiones, lo cual dio origen a Colinversiones (que posteriormente sirvió para crear a Celsia).
“Yo pensé que esa escisión la iban a ejecutar los Gilinski, no el Sindicato Antioqueño. E imaginé que en medio de lo que ellos estaban intentando comprar, Nutresa era la más barata y por su tradición inversionista iban a apartar la producción de alimentos de las inversiones”, explicó.
Añadió que, tras la oleada de ofertas en 2021 y 2022 por parte de los Gilinski –y una vez finiquitados los contratos dados a conocer en el último mes–, el banquero Jaime Gilinski volverá a intentar comprar una parte de Bancolombia, como lo planteó en los cuadernillos de las OPA por Sura, en los que abiertamente sugirió una eventual fusión o integración de esa entidad financiera con el banco de su propiedad, GNB Sudameris.
“Ojalá fuera cierto y que con el 87% de Nutresa esto ya llegue a su fin, pero personalmente no lo creo y van a venir otros intentos para adquirir a Bancolombia”, le dijo López a EL COLOMBIANO.
Socios para Sura y Argos
Otro elemento a considerar en este proceso, cuyo término no es posible precisar, pero que necesitará varios meses, es que cumplidas las fases de intercambio de las acciones Grupo Argos quedará con una participación cercana al 70% en Grupo Sura.
Jorge Mario Velásquez, presidente de la holding de infraestructura, mencionó que en este escenario, en el que Sura a su vez subirá su participación en Argos del 35,63% a un 40% será crucial analizar la opción de incorporar unos socios estratégicos para ambos conglomerados.
“Es algo que se está considerando seriamente, aunque serán los accionistas de cada empresa los que tomen las decisiones respectivas”, enfatizó.
Velásquez cree que la consolidación en Grupo Argos de las cifras de un conglomerado financiero del tamaño de Sura, además de la diferencia estratégica entre ambas sociedades (una en infraestructura y la otra en lo financiero) “no es una opción que consideremos deba mantenerse en el tiempo”.
Insistió en que “con prisa, pero con todo el cuidado se encontrarán los elementos adecuados para conseguir a esos socios. Esta es una decisión fundamental en la vida de unas organizaciones como estas”.
Como condiciones contempló que esos eventuales aliados compartan los valores y principios de Argos y Sura. “Deberán ser socios que estén dispuesto a pagar el valor justo por las inversiones, las primas de control, y que tengan una visión clara de adónde quieren llevar a estas compañías”.
Sobre los mecanismos para ejecutar estas movidas confió en que se den en procesos abiertos, competitivos, incluso con Ofertas Públicas de Adquisición para que se puedan beneficiar todos los inversionistas de Sura y Argos.
La figura del socio estratégico, puntualmente para Sura, apareció justo hace 17 meses, días después de que se lanzara la primera OPA por Nutresa y poco antes de que Gilinski lanzara la oferta por la holding de inversiones.
Para ese momento se indicó que se contratarían asesores para buscar posibles interesados en tener una participación no controlante en Sura. “El conocimiento experto, el ser referentes en sus industrias y el compartir la filosofía empresarial de Sura, que busca generar valor económico y social, son aspectos esenciales para la compañía”, se apuntó.
Largo aliento
López, quien anticipó la escisión de Nutresa y prevé futuras ofertas por Bancolombia, abre la puerta para indagar por lo que pasará con ese negocio de alimentos en manos de IHC y Gilinski.
Representantes de IHC en Colombia para efectos del acuerdo marco replican lo que esta sociedad de la familia real de Emiratos Árabes señala en su web: “Nuestras inversiones crean valor para nuestros socios en todo el mundo, atraen inversores a largo plazo y garantizan rendimientos sostenibles para nuestras unidades de negocio”.
Quienes han tenido oportunidad de tratar con sus representantes en algunas de las conversaciones conducentes a estructurar el acuerdo marco sostienen que en efecto su interés es por establecer relaciones de largo plazo, al contrario de otro tipo de fondos que buscan capturar una eventual ganancia rápida y salir del negocio.
“Esta holding se caracteriza por acometer inversiones de largo aliento y en su negocio por Nutresa este sería el caso”, anotaron asesores empresariales, quienes recordaron la visita de Iván Duque, cuando era presidente, a ese país, y los encuentros a finales del año pasado de Gustavo Petro con empresarios del emirato, entre ellos los representantes de IHC.
Desde la perspectiva de los analistas de BTG Pactual Colombia los anuncios de los grupos Sura, Nutresa y Argos pondrían fin a la lucha por el control del GEA. “Mediante esta operación, las compañías del GEA están blindando la gran mayoría de su cartera de empresas operativas a cambio de ceder el control de Nutresa”, anotaron.
Además, insistieron en que la estructura de participaciones cruzadas establecida en el pasado como estrategia de defensa frente a adquisiciones hostiles acabó siendo beneficiosa para Gilinski, al permitir al grupo apuntar al control de una cartera de activos operativos por valor de US$20.000 millones y sentar las bases para una negociación que, en última instancia, obligó al GEA a ceder y perder el control de Nutresa. Una vez concluida esta saga, el nuevo GEA comprenderá una cartera de empresas operativas por valor de US$14.400 millones.