Una de las propuestas bandera del presidente Gustavo Petro en campaña fue la búsqueda de reducir las emisiones de carbono en Colombia. Por tal razón, la nueva reforma tributaria plantea la creación de un impuesto nacional al carbono.
En este sentido, se espera recaudar con dicho impuesto el 0,02% del Producto Interno Bruto (PIB)
“El impuesto nacional al carbono es un gravamen que recae sobre el contenido de carbono equivalente (CO2eq) de todos los combustibles fósiles, incluyendo todos los derivados del petróleo y todos los tipos de gas fósil que sean usados para combustión. El hecho generador del impuesto nacional al carbono es la venta dentro del territorio nacional, el retiro para el consumo propio, la importación para el consumo propio o la importación para la venta de combustibles fósiles”, afirma el texto de la reforma.
Así, según el documento, son responsables de dicho impuesto, tratándose de gas y derivados de petróleo, los productores y los importadores; independientemente de su calidad de sujeto pasivo, cuando se realice el hecho generador —es decir, la venta dentro del territorio nacional, el retiro para el consumo propio, la importación para consumo propio o para la venta de combustibles fósiles—.
Y, en el caso del carbón, los responsables del impuesto son quienes lo adquieran o utilicen para consumo propio dentro del territorio nacional.
De acuerdo con la reforma, este impuesto tendrá una tarifa específica considerando el factor de emisión de gases de efecto invernadero (GEI) para cada combustible determinado, expresado en unidad de peso (kilogramo de CO2eq) por unidad energética (terajulios), de acuerdo con el volumen o peso del combustible.
La tarifa corresponderá a $20.500 por tonelada de carbono equivalente (CO2eq).