La inversión extranjera directa (IED) está en el foco de atención de analistas económicos y empresarios a raíz de que presentó una caída importante en el arranque de 2023, pero finalmente cerró en 17.446 millones de dólares, un leve repunte de 1,53% frente a los 17.183 millones de dólares registrados en 2022.
La IED es un dato de relevancia, pues es el dinero que proviene de inversionistas extranjeros y se destina por lo general a proyectos de compañías, lo que lo hace vital para la consolidación de diversos sectores económicos. Es también un termómetro que da cuenta de qué tan atractivo resulta el mercado colombiano.
Es comprensible que este último dato haya puesto a debatir a los analistas. Esto porque en el primer trimestre (ene-marzo) de 2023 hubo una contracción de 14,4% en el flujo de inversión directa que entró en Colombia, unos 711 millones de dólares menos frente a los mismos meses de 2022, según datos del Banco de la República.
El temor de los gremios obedecía a que la desaceleración de la economía y la difícil coyuntura derrumbara de una forma aún más drástica dicha capitalización extranjera, pero eso no ocurrió.
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En cambio, la IED tuvo un tímido repunte de 4,3% para el segundo trimestre de 2023 frente al mismo lapso del año inmediatamente anterior, y luego subió fuertemente 28,9% en el tercer trimestre y finalmente cerró con una caída de 3,5% en los últimos tres meses del año pasado.
El meollo del asunto está en cómo en medio de la incertidumbre y en un escenario de desaceleración económica y altas presiones inflacionarias se logró mantener en positivo la atracción de inversión extranjera.
Para tener claridad sobre el asunto es necesario hacer una lectura más detenida sobre los datos e identificar dos comportamientos claves en los resultados anuales: el pobre repunte de la inversión extrajera estuvo principalmente jalonado por notables resultados en el sector de explotación de minas y canteras y, también, en industrias manufactureras.
Manufacturas
El crecimiento de la IED en 2023 para la industria manufacturera fue de 104,6%. Este sector pasó de recibir 1.508 millones de dólares en 2022 a 3.086 millones en 2023.
El mejor registro fue en los últimos dos trimestres del año, cuando entraron a Colombia 1.893 millones para dicho sector, el 61,3% de la inversión que recibieron en todo 2023.
El buen comportamiento de la inversión extranjera en la manufactura fue una sorpresa. Así lo explicó Suelen Emilia Castiblanco, analista económica, y sostuvo que hay unos sectores particulares que pueden estar empujando la inversión extranjera directa, como es el caso del sector agroindustrial y el de confecciones.
Recordó que hay una apuesta del Gobierno Nacional por fortalecer la industria textil y de confecciones en el país y esto puede estar atrayendo mayor capital.
Por su parte, María Claudia Lacouture, presidenta de la Cámara Colombo Americana (AmCham Colombia), aclaró que los procesos de inyección de capital extranjero ameritan un mediano y largo plazo, por lo que este repunte puede estar relacionado con inversiones que las empresas ya tenían previstas con anterioridad. Además, añadió que hay casos de empresas que trajeron recursos al país para cumplir con sus obligaciones tributarias.
Explotación minera
Con esa premisa coincide Luis Fernando Mejía, director de Fedesarrollo, quien añadió que gran parte de la inversión directa que entró al sector minero se debe al cumplimiento de obligaciones tributarias.
“Recordemos que la reforma tributaria de 2022 fue más agresiva con el sector minero energético y aumentó sus impuestos”, anotó.
Mejía explicó que el problema es que este tipo de inversiones solo van a atender impuesto y no se trata de dinero que tenga como fin fortalecer la producción y generar mayor actividad económica.
Y es que en el caso de la minería el crecimiento fue de 176%. A Colombia entraron 3.290 millones de dólares para ese sector, mientras que el año pasado esa cifra fue de 1.189 millones de dólares. El 68,6% de esos ingresos entraron en el segundo trimestre del año, 2.257 millones de dólares.
Asimismo, Luis Fernando Barrera Martínez, presidente de la Asociación de Profesionales del Sector Minero Colombiano (APMC), respondió tajantemente que ese resultado no se debe al ingreso de nuevas inversiones al país.
En concepto, además del pago de impuestos, responde a la escalada de la demanda en el consumo de carbón ante el conflicto de Rusia y Ucrania que llevó a que las empresas del sector reinvirtieran sus capitales para atender esa coyuntura y a pagar algunas deudas pendientes entre compañías de la misma actividad económica.
Además, los analistas coinciden en la relevancia de fortalecer el ingreso de capital inversionista que ayude a mejorar la producción, lo que estaría más difícil dado a la incertidumbre económica. “Esto debido a la expectativa de las reformas legislativas, resoluciones y decretos que introducen cambios al funcionamiento del tejido empresarial, sin consenso, llevando a un aumento de sus costos y reduciendo su competitividad frente a las empresas instaladas en otros países”, sostuvo María Claudia Lacouture.
En ese sentido, este año no solo serán claves las variables macroeconómicas como la inflación, la política monetaria y la tasa de cambio, sino también las decisiones políticas del Gobierno y el avance de las reformas que pretende realizar.