Dos años consecutivos completó el crecimiento económico de Antioquia por debajo del promedio nacional. En el 2022 lo hizo al 6,9%, mientras que Colombia se ubicó en 7,3%, y para el 2023 fue similar, el departamento creció al 0,2% y el país al 0,6%.
Este panorama pone a Antioquia en un momento coyuntural de aprietos en su economía, en donde los principales sectores que jalonan el empleo y el desarrollo se contrajeron: construcción al -7,6%; industrias manufactureras, -7,1%; y comercio, 1,8%. Los que sacaron la cara fueron actividades financieras y de seguros (8,7%) y actividades artísticas, de entretenimiento y recreación (6,9%).
Estos datos los reveló esta semana el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (Dane), cuando presentó el informe del PIB departamental.
Hay que recordar que el Producto Interno Bruto, más conocido como PIB, es el valor de todo lo que se produce dentro de un lugar en un periodo de tiempo, usualmente un año o trimestre, y se puede medir desde lo que se produce o lo que se gasta. La fórmula básica para saber la cifra es: Consumo + Inversión + Gasto del Gobierno + (Exportaciones – Importaciones).
Así las cosas, de $100 que se produjeron en Colombia, la región aportó $14,7 en el 2023; mientras que, en el 2021, por ejemplo, Antioquia aportaba $15,2. Con eso, se mantiene como la segunda economía del país, solo por detrás de Bogotá, con un PIB de $231 billones, pero con retos por su menor dinámica y desaceleración en las actividades económicas.
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Menor ritmo
Con esto de fondo, Mauricio López González, director del Centro de Investigaciones y Consultorías de la Facultad de Ciencias Económicas de la UdeA, reconoció que la economía antioqueña se movía al mismo ritmo que la del país, con unos crecimientos mejores. “Veníamos de un comportamiento en el cual la economía antioqueña estaba jalonando y liderando la recuperación económica del país pospandemia. Y hoy nos encontramos con que ese liderazgo, entre comillas, está afectado. Esa tendencia cambió”.
En ese mismo sentido, Ramón Mesa Callejas, profesor de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad de Antioquia, indicó que Antioquia es muy sensible a la coyuntura nacional, los sectores que más se han visto afectados son industria, comercio y construcción, que tienen una alta participación en el PIB regional.
“También incide el desempeño de las exportaciones que sigue rezagado y la baja ejecución presupuestal de los proyectos nacionales en el departamento”, agregó Mesa.
¿Por qué?, según los datos del Dane, la región está creciendo a un ritmo un poco más bajo del promedio nacional y de las grandes economías del país como Bogotá, Santander, Valle, Atlántico y Cundinamarca. “Preocupa un poco. No obstante, habría que decir que es un comportamiento generalizado”.
López resaltó la resiliencia de los antioqueños como un elemento clave del sector empresarial y productivo, que logró recuperarse rápida y fuertemente después de la pandemia. Si bien es un llamado de atención, hay que estar alerta.
“El empleo en nuestro departamento se recuperó rápidamente y logramos dar cuenta de todos los empleos que se habían perdido en pandemia, cosa que no ha ocurrido en otras regiones. Ese problema lo superamos de forma efectiva. No obstante, hay una lenta recuperación de algunas ramas de actividad económica que sí son muy importantes para nosotros, una de ellas es la construcción que aún no logra reactivarse”, precisó el director.
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La participación de Antioquia
Un estudio de dicha universidad precisó que, al abordar de manera más concreta el aporte que genera Antioquia a la economía del país, desde 2012 el departamento ha venido ganando participación en el PIB nacional, logrando tener participaciones superiores al 15 % en 2021 y 2022, que no las tenía desde comienzos de la década de 1990. “Es claro que la tendencia es creciente, pese a una leve desaceleración en términos de participación observada en 2022”. Y en el 2023 se acentuó más la tendencia a la baja.
Al respecto, el reporte mencionó que las dinámicas de la economía departamental han venido cambiando. El sector que más creció en términos de participación en la economía antioqueña en los últimos tres años es el de actividades artísticas y de entretenimiento, con un crecimiento del 41,1 %.
Al detallar, entre 2022 y 2023, la mayor alza de participación se dio en administración pública y defensa; planes de seguridad social de afiliación obligatoria; educación; actividades de atención de la salud humana y de servicios sociales, al pasar de 10,6% a 11,2%. En contraste con industrias manufactureras que fue el sector que más perdió participación al descender de 14,6% a 13,4%.
“Hay retos que implican reflexiones sobre el crecimiento económico en el mediano y largo plazo. Uno de estos tiene que ver con las dinámicas poblacionales observadas. Tanto a nivel nacional como departamental, se evidencia una disminución importante en el número de nacimientos en la última década. Esto implica retos en términos del tipo de empleos que se generen por grupos etarios y los bienes y servicios que se consuman en el futuro, pero principalmente retos en materia personal al observar una aceleración en la inversión de la pirámide poblacional”, puntualizó el estudio de la UdeA.
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¿Qué pasó con los sectores económicos?
Los tres pilares que sostienen la economía antioqueña por su contribución al PIB regional son: comercio, reparación de vehículos, transporte y almacenamiento, alojamiento y servicios de comida con el 18,8%, le sigue industrias manufactureras (13,4%) y administración pública y defensa, salud, educación y servicios sociales (11,2%).
Mateo Rivera, analista y profesor de Economía en Medellín, sostuvo que los datos del PIB 2023 merecen una mención especial para Antioquia. Aunque es uno de los departamentos más importantes en términos económicos, su crecimiento fue de apenas 0,2%, con varios contrastes: por un lado, administración pública, con un crecimiento de 4,3%, y las actividades financieras y de seguros con 8,7% jalonaron la economía. Por otro lado, sectores no lograron compensar y las caídas significativas estuvieron en industria manufacturera y construcción.
“Esto refleja que Antioquia no es inmune a los desafíos económicos nacionales, caracterizados por altos niveles de incertidumbre y un entorno complicado para el sector empresarial. Estos resultados subrayan la necesidad de adoptar políticas que promuevan la reactivación de la economía y la descentralización”, recomendó Rivera.
Finalmente, a Germán Machado, docente de Economía de Los Andes, le preocupa cómo cerró Antioquia el 2023 en terreno negativo, ya que esta economía aporta el 15% del PIB nacional.
“Antioquia ya completa 2 años por debajo del nivel nacional, a pesar de tener una de las mejores recuperaciones en el segundo semestre de 2020 y la primera mitad del 2021 y que las actividades financieras y de seguros repuntaron”, detalló Machado.
Concluyó que en Antioquia, cuya actividad económica se explica especialmente por el comercio y las industrias manufactureras, es preocupante que es el único departamento con contracción a final de 2023, y que su mayor caída está justamente en las manufacturas y en la construcción, dos sectores clave por ser jalonadores de empleos y encadenamientos productivos.
La concentración del PIB
El Dane reveló que, para el 2023, el PIB nacional alcanzó los $1.572.458 mil millones, a precios corrientes. De ese monto total, los departamentos con mayor PIB son Bogotá y Antioquia con $393,2 billones y $231,05 billones, respectivamente. Por su parte, los departamentos con menor PIB son Guainía y Vaupés.
En ese orden de ideas, Bogotá, Antioquia y Valle del Cauca concentraron cerca de la mitad del PIB nacional. Y si se le suman las siguientes tres grandes economías en participación (Santander, Cundinamarca y Atlántico), todas juntas representan el 67% del PIB de Colombia.
Sobre esta concentración, Rivera afirmó que los resultados del PIB departamental en 2023 ofrecen una visión clara de la realidad económica del país. Los datos muestran que Bogotá, Antioquia y Valle del Cauca continúan siendo los motores principales de la economía, representando aproximadamente el 50% del PIB nacional.
“Esta alta concentración de la producción en pocas regiones pone de relieve los desafíos persistentes en términos de regionalización y descentralización económica. En particular, los departamentos de Meta, Bogotá y Santander se destacaron por su notable desempeño en términos de variación y contribución al crecimiento”, apuntó el analista económico.
El docente Machado agregó que estas cifras ratifican en todos los departamentos lo que conocíamos a nivel nacional: que en el 2023 la desaceleración económica fue muy marcada, con un desempeño más pobre de lo esperado.
A renglón seguido explicó que, en el último trimestre del 2023, hubo un claro estancamiento en la mitad de la economía colombiana, dada por Atlántico, Valle, Cundinamarca y Bogotá, además de una contracción de la actividad económica en Antioquia, que es preocupante, dado que esta región aporta entre la sexta y séptima parte al PIB nacional.
“Como resultado, la situación más preocupante está en Cundinamarca, Valle y Antioquia, donde la economía creció menos del 0,3% en 2023. Será necesario además un impulso fuerte a la economía de Bogotá, que pesa la cuarta parte de toda la actividad del país y que creció apenas al 0,6% en 2023, impulsada por el sector comercio y las actividades inmobiliarias”, detalló Machado.
En definitiva, esta alta concentración de la economía del país en tan solo cinco departamentos pone sobre la mesa la reflexión acerca de lo mal que lo pasaron estas regiones en el 2023 y la alta dependencia del país con estos departamentos para el crecimiento económico.
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