Cada vez que hay malas noticias económicas, el presidente de la República, Gustavo Petro, sale en contra del Banco de la República y su política monetaria restrictiva, así como de la regla fiscal, una norma encargada de mantener sanas las finanzas públicas.
En la mañana de este miércoles, el Dane reveló que la economía se contrajo el 0,3% en el tercer trimestre del año y el mandatario no se hizo esperar con sus reclamos.
Primero, anotó que es importante que la Junta Directiva del Banco de la República reduzca ya la tasa de interés, pues una vez controlada la inflación no tiene sentido que la tasa de intervención se mantenga tan alta, ya que esto ahoga la economía.
Incluso, el mandatario destacó que en su periodo presidencial solo ha elegido a uno de los miembros de la junta directiva del Emisor, con lo que quiere decir que el gobierno de Iván Duque sigue siendo culpable del debilitamiento actual de la economía.
Además, el presidente Petro volvió a poner el dedo en la herida, al decir que la economía se contrae porque la inversión privada se reduce, dadas las altas tasas de interés, entonces este sería el momento de aumentar la inversión pública, pero la regla fiscal y el Marco Fiscal de Mediano Plazo no se lo permiten.
“Cuando baja la inversión privada tiene que aumentar la inversión pública, si reducimos ambas, mandamos a Colombia a una catástrofe económica; por eso el pensamiento fundamentalista neoliberal que provoca una estricta fórmula de marco fiscal, de regla fiscal, que el mismo que la construyó la violó, no debe mantenerse en el país. En Colombia debe crecer la inversión pública. Esa es una discusión que tampoco la resuelve el gobierno, sino el Congreso de la República, lo invito a darle interés”, dijo el mandatario.
Pero, ¿qué implicaciones tendría no seguir la regla fiscal?
La regla fiscal y el marco fiscal de mediano plazo establecen unas limitaciones acerca de lo que se puede hacer y lo que no con los dineros del Estado. Es una forma de poner en orden las cuentas y garantizar que el dinero que entra por vía de impuestos, dividendos y rendimientos será eficazmente utilizado en el pago de la deuda, el funcionamiento del Estado y el gasto social.
Estas directrices dicen, por ejemplo, hasta dónde se puede endeudar el gobierno, con cuáles plazos y de dónde financiará el pago de esa deuda. Y su cumplimiento está vigilado por el Comité Autónomo de la Regla Fiscal, un equipo altamente técnico e independiente encargado de advertir los riesgos que se corren con las diferentes decisiones que los gobernantes deben tomar.
Recientemente, por ejemplo, dicho Comité advirtió que las reformas del gobierno no contaban con los recursos suficientes y que el presupuesto general de la Nación, que aprobó el Congreso para 2024, no está suficientemente fondeado, pues se estaban haciendo cuentas alegres con recursos que no existen con certeza.
Esta no es la primera vez que el mandatario de los colombianos dice que es hora de revisar la regla fiscal, y cuando lo ha hecho en el pasado ha sido leído por el mercado como un mensaje de inseguridad jurídica para los prestamistas del Estado, e incluso las calificadoras de riesgo están muy pendientes de su cumplimiento. Antes, el ministro de Hacienda, Ricardo Bonilla, siempre ha salido a defender la regla fiscal, dando señales claras del respeto que tiene que haber por ella.
Sin embargo, esta tarde el ministro dijo que sí hay que revisarla: “Cuando tenemos estos procesos de desaceleración económica fuerte, la inversión hay que reactivarla, y entonces hay que reducir el pago de deuda para aumentar la inversión. Eso rompe regla fiscal. Lo que hicimos en el presupuesto de 2024 fue bajar 10 billones en deuda y subírselos a inversión y necesitaríamos poner mucho más en inversión, porque la riqueza económica depende de eso”.
Y agregó que “el pago de la deuda no reactiva la economía”.