En la posesión de Donald Trump, el pasado 20 de enero, se comprobó a todas luces el apoyo de los más grandes magnates tecnológicos para su mandato. Empresarios del universo de la inteligencia artificial, las redes sociales y la tecnología, gozaron de asientos privilegiados en la investidura del mandatario que llevará las riendas de la máxima potencia económica por los siguientes cuatro años.
Figuras visibles como Elon Musk, director de Tesla; Mark Zuckerberg, CEO de Meta; y Jeff Bezos, fundador de Amazon, entre otros, se robaron la atención de los camarógrafos en la Rotonda del Capitolio en Washington. Es normal que el juramento presidencial en EE. UU. cuente con la presencia de grandes empresarios que coinciden con la ideología del mandatario. Lo particular, para los analistas consultados por EL COLOMBIANO, está en el perfil de estos empresarios y en los intereses e influencia que puedan tener en las políticas de Estado. El sector tecnológico ha crecido de forma voraz en los últimos años y muchos expertos advierten que amerita regulación.
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Para Ramón Javier Mesa, jefe del Departamento de Economía de la Universidad de Antioquia, se destacan dos asuntos relevantes en el nuevo romance de Trump y los magnates tecnológicos. Primero, son personas que están entre los más ricos del mundo. Y “por supuesto que esto tendrá un peso importante a nivel de la nueva política pública en los Estados Unidos que intentará implementar el presidente, sobre todo en aquellos sectores de interés que se plantearon en su propuesta y que, sin duda, van en la ruta de los intereses de mercado de estos magnates”.
De demócratas a republicanos
Algo curioso es que las relaciones entre este nicho empresarial y Trump nunca fueron las mejores. En su primer periodo presidencial (2017-2021), lanzó serios señalamientos sobre las políticas de Amazon, Meta y hasta Google, compañías que actualmente aportaron grandes donaciones a su investidura. En su momento, Trump llegó a señalar a Zuckerberg de conspirar en su contra durante las elecciones de 2020. A Bezos lo culpó de no pagar suficientes impuestos y de publicar noticias falsas en The Washington Post.
Los expertos señalan que ese giro tiene su explicación. Andrés Giraldo, docente de la Universidad Pontificia Javeriana, comentó que antes Silicon Valley apoyaba al Partido Demócrata porque se identificaba con su política proempresa y protecnología. Sostuvo que ese partido se fue distanciando de esa postura, lo que provocó mayor simpatía de los magnates tecnológicos hacia los republicanos.
La versión del académico es respaldada por una entrevista de Marc Andreessen para el diario The New York Times. Se trata del fundador de Netscape Communications Corporation, cuyo trabajo fue clave para establecer los cimientos del internet. El empresario sostuvo que Silicon Valley siempre se consideró demócrata, pero “después de la reelección de Obama en 2012 y hasta 2016, las cosas realmente comenzaron a cambiar”.
Para Andreessen, hubo un cambio generacional que se comenzó a identificar más con el pensamiento republicano y, luego de la victoria de Trump en 2017, en parte, los demócratas señalaron a las empresas tecnológicas de ser responsables de la desinformación y la victoria del Partido Republicano en ese entonces. Luego, con Joe Biden (demócrata) en el poder, se comenzaron a impulsar mayores controles y exigir a empresas como Facebook que combatiera y eliminara la desinformación.
¿Preocupación?
El docente Andrés Giraldo cree que la preocupación de la nueva alianza radica en su impacto a un futuro. “Hay una alineación mucho más clara de estos empresarios con la política de Trump. Inquieta es que, en los últimos tiempos, se ha hablado de que es necesario generar unos controles a la inteligencia artificial, pero, dada la ideología e ideas que defiende esta ala trumpista, pues preocupa bastante que se incline por una completa desregulación de la IA. Y con eso se alcance un desborde que muchos expertos consideran inconveniente”, sentenció.
Los analistas creen que el poder presidencial recae sobre Trump, pero lo preocupante es hasta qué punto pueden influir estas empresas sobre las decisiones en el Congreso. En ese orden, surge la pregunta de qué intereses pueden tener los empresarios que ahora reposan bajo el ala de Donald Trump. Le contamos quiénes son y qué podrían querer.
Elon Musk
No hay duda que el director de Tesla y fundador de compañías como SpaceX es el más cercano a Donald Trump de la lista. Un gran respaldo, pues es el hombre más rico del mundo al amasar una fortuna de 426.400 millones de dólares, según Forbes. El magnate tecnológico le aportó más de 260 millones de dólares a Trump, según medios internacionales que citaron reportes de la Comisión Electoral Federal. Analistas señalan que hay varios intereses que podría tener Musk en la presidencia: uno es que SpaceX cuenta con grandes contratos estatales: a mediados del año pasado se ganó uno de 843 millones de dólares con la NASA, y a finales de 2024 otro que oscila en 733 millones de dólares con la Fuerza Espacial de Estados Unidos (USSF por sus siglas en inglés).
Musk es un inversor de criptomonedas. El informe financiero de Tesla para el tercer trimestre de 2024 anotó que esa empresa tuvo 184.000 millones de dólares en bitcoin. Ahora, este apoyo y el de otros inversores pudo influir en que Trump adoptara política en favor de las criptodivisas. Durante su segunda campaña presidencial prometió convertir a Estados Unidos en una “superpotencia del bitcoin” y nombro a varios criptoinversores en su gabinete.
Mark Zuckerberg
Posee un emporio de redes con su empresa Meta Platforms. Es el cuarto hombre más rico del mundo, con un patrimonio de 222.500 millones de dólares. En un principio, Trump tuvo una postura crítica contra Meta, pero eso cambió luego de una reunión que sostuvo con Zuckerberg en la mansión histórica de Mar-a-Lago en noviembre de 2024. Incluso, Meta donó 1 millón de dólares a la investidura. Zuckerberg planea este año invertir 65.000 millones de dólares en ampliar su infraestructura en IA. Es claro que desea cuidar su negocio, buscando una menor regulación y moderación en los contenidos. Y eliminó su verificación de datos en Facebook e Instagram.
Jeff Bezos
Jeff Bezos es el fundador de Amazon y cuenta con alrededor del 10% de la empresa. Es el propietario de The Washington Post y de Blue Origin, que es una organización aeroespacial. Forbes lo cataloga como el segundo hombre con mayor riqueza en el mundo, con un patrimonio neto que ronda los 247.200 millones de dólares.
La relación entre el presidente republicano y Bezos ha sido cambiante. En la primera presidencia, Trump arremetió en varias ocasiones contra el magnate y Amazon. El mandatario los señaló de no pagar suficientes impuestos y afectar a comerciantes minoristas. Es comprensible que Bezos no quiera repetir ese episodio y cuide sus intereses, teniendo en cuenta que Blue Origin competirá con SpaceX, de Elon Musk, por varios contratos estatales en el lanzamiento de cohetes espaciales de seguridad nacional. Incluso Bezos hizo una donación de 1 millón de dólares a la investidura de Trump.
Sundar Pichai
Sundar Pichai s un empresario indio y estadounidense. Es CEO de Alphabet Inc. y Google. Su lugar en primera fila durante la investidura de Trump da cuenta de que tiene una alianza importante con la administración. Y es que Google fue una de las empresas que donó a la investidura del presidente; no es coincidencia que Pichai fuera uno de los empresarios que sostuvo reuniones con Trump. A Pichai no le caen mal los planes que tiene Trump en IA y desregulaciones para las compañías tecnológicas. Además, Pichai ha tenido problemas luego de que Google perdió un juicio por monopolio.
Tim Cook
Tim Cook es el actual director ejecutivo (CEO) de Apple Inc. El empresario se ha acercado últimamente de una forma más directa a la presidencia de Trump. Cook fue uno de los que asistió a la mansión Mar-a-Lago, junto con otros empresarios tecnológicos, para reunirse con el presidente. Luego hizo una donación de 1 millón de dólares a la campaña y asistió a la investidura. Versiones de Bloomberg apuntan a que Apple evita que se establezcan nuevos aranceles al iPhone. En el pasado, Cook acudió a Trump, en su primer mandato, para lograr beneficiarse con exenciones en impuestos en el comercio exterior de la empresa. Cabe destacar que el presidente republicano ha tenido un discurso proempresarial y de pocos impuestos para las compañías.
Shou Zi Chew
Shou Zi Chew es el actual CEO de TikTok. El acercamiento entre el empresario singapurense y el presidente Trump obedece a los recientes problemas que enfrenta la popular red social en EE. UU. Hay que recordar que el pasado fin de semana, TikTok dejó de funcionar en ese país ante una ley que aprobó el Congreso y que prohíbe operar a la red social por permanecer todavía bajo control de la firma china ByteDance. Zi Chew asistió a la investidura del mandatario y, horas después, el presidente estadounidense firmó una orden ejecutiva para que la red social funcione durante unos 75 días más, pese a lo que ordena la ley. Trump ha propuesto a TikTok crear una firma compartida en la que Estados Unidos tenga la mitad de la participación y así continuar con las operaciones en la potencia norteamericana, donde la red social tiene unos 170 millones de usuarios activos.
Sam Altman
El CEO de OpenAI es uno de los pioneros en el desarrollo de tecnologías como ChatGPT. La postura de Trump a favor de esta tecnología hizo que Altman se acercara más a su administración. El propio empresario reconoció que su perspectiva sobre el presidente cambió y cree que será “increíble para el país”. Altman apoyó con 1 millón de dólares el fondo para su investidura y asistió al evento. Y es que la empresa asegura el respaldo del Gobierno en sus inversiones. Recientemente, el propio Trump anunció que OpenAI, SoftBank y Oracle invertirán 500.000 millones de dólares en una empresa conjunta de IA: Stargate.
Dara Khosrowshahi
El empresario iraní es el CEO de Uber. Ha tenido una relación estratégica con Trump. Khosrowshahi y Uber donaron cada uno $1 millón al fondo inaugural del presidente republicano. Se sabe que el CEO asistió a eventos relacionados con la campaña. Según Forbes, Uber organizó una fiesta en torno a la investidura de Trump. El mandatario ha dicho que quiere convertir a EE.UU. en la capital de la IA; firmó una orden ejecutiva en la que indicó que revocará políticas gubernamentales decretadas por Biden que “actúan como barreras para la innovación estadounidense”. La cuestión es que Uber trabaja con Nvidia en un proyecto de IA generativa para desarrollar vehículos autónomos.
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