¿Qué tan nueva es la reforma laboral que radicó el Gobierno esta semana? Fue la pregunta que le hicimos a varios expertos, y la respuesta casi al unísono es que es prácticamente la misma, al menos conserva el mismo espíritu garantista para el empleado y para los sindicatos, y mantiene las mismas preocupaciones para los empresarios.
Ya un equipo económico del Banco de la República había estimado que la laboral podía acabar con 450.000 empleos formales, debido al incremento en los costos laborales, lo que es toda una preocupación, pues en un país en el que las brechas laborales son tan altas, y la mayoría de las personas en edad de trabajar están en la informalidad, no es un buen indicador la destrucción del empleo que ya existe.
Y la principal preocupación al rededor de esta nueva iniciativa es que se haya radicado casi a hurtadillas, sin ningún aviso y a espaldas de la mesa tripartita de concertación.
Charles Chapman, socio fundador de la firma Chapman Wilches, recordó que “de acuerdo con la Guía para Diálogo Social Tripartito y la Resolución 90/02 de la OIT, una de las obligaciones que tiene el Gobierno es participar en el diálogo social, pero en pie de igualdad con los interlocutores sociales; es decir, sin tomar posición a favor de uno u otro que le permitan adoptar decisiones basadas en el consenso... pero los intereses del sector empresarial no se ven reflejados”.
Lo viejo y lo nuevo
La reforma recién radicada mantiene la misma columna vertebral, pese a contener 25 artículos nuevos. (ver gráfico)
“Son muchas las propuestas que, en propósito, redacción y en impacto son fundamentalmente similares a las contempladas en la iniciativa presentada por el Gobierno Nacional en el mes de marzo”, dijo Vicente Umaña, socio director del área laboral de Posse Herrera Ruiz.
Por ejemplo, mencionó que se conservan en esta nueva versión “la predilección por las relaciones de trabajo a término indefinido, los incrementos en las indemnizaciones por terminación sin justa causa, la ampliación gradual de la licencia de paternidad a doce (12) semanas, la definición de medidas para garantizar la unidad en materia sindical y la modificación de la jornada nocturna, la cual iniciaría desde las 7:00 p.m.”.
Las novedades vienen por cuenta de la creación de la modalidad de “trabajo a domicilio” y un nuevo tipo de teletrabajo denominado “transnacional”, que implica para el empleador asumir los riesgos y prestaciones del sistema de seguridad social que no se garantizan al trabajador mientras presta sus servicios para el empleador por fuera del país, así como el establecimiento de mecanismos de promoción de estas modalidades.
Lo bueno de la reforma
El mismo Umaña aseguró que es positiva la promoción de la unidad sindical, de negociación colectiva y de pliegos, no solo para las compañías quienes estarán obligadas a negociar solo con una representación sindical y no con múltiples, como hoy en día sucede, sino también para los trabajadores y sindicatos, en la medida en que se promoverá la igualdad laboral y la equidad.
Y destacó, a su vez, las medidas de formalización previstas en la reforma para los micronegocios, en virtud de la cual, se permite realizar aportes al sistema de seguridad social a tiempo parcial con la finalidad de garantizar cobertura en seguridad social para las pequeñas economías.
Por su parte, Tank Consultoría destacó que tanto la reglamentación al teletrabajo como a las problemáticas de acoso laboral hacen parte de la reforma que el país requiere. Es de destacar que el proyecto contempla que todas las organizaciones tendrán que prepararse en un año para enviar a trabajar desde sus casas a un porcentaje de sus trabajadores, dependiendo del tamaño de la compañía.
E incluso el expresidente Álvaro Uribe celebró que la nueva propuesta incorporara cambios en el trabajo en plataformas, permitiendo la dependencia y la independencia de los colaboradores siempre y cuando se hagan pagos a la seguridad social.
Las preocupaciones
Chapman enumeró 11 preocupaciones sobre la reforma recién radicada, entre ellas, que no está enfocada en resolver los principales problemas del mercado de trabajo colombiano: el desempleo y la informalidad, “sigue estando pensada para una minoría del país, esto es, los aproximadamente 10 millones de colombianos que tienen un contrato de trabajo”.
Además, señaló que “las normas sobre tercerización (contratación y subcontratación) van en contra de las Mipymes, al establecerse la solidaridad en todos los casos, no solo para las actividades afines a la contratante y, adicionalmente, una acción de reintegro (más una indemnización) del personal del contratista desvinculado”.
Dijo también que la reforma se convertiría en un estímulo para el despido de los empleados antes de que estos cumplan 10 años de labores en la empresa, pues la indemnización por despido pasa de 20 días por año subsiguientes al primero a 60, “repitiendo un error que se había superado cuando la ley anterior consagraba la acción de reintegro después de cumplir la década de servicios”.
Y este proyecto consagra la huelga en servicios esenciales, “¿se imagina un paro en el servicio de energía o de acueducto?”, cuestionó.
De acuerdo con Tank Consultoría, esta reforma implica un golpe que puede generar desempleo e informalidad laboral, pues con elementos como la excepcionalidad de los contratos a término fijo y la implementación de aumentos a indemnizaciones por despidos sin justa causa y pagos por trabajo suplementario, es claro que se crea una situación gravosa para el sector productivo del país, lo que no solo llevará a suprimir cargos, sino que también implica una abstención en la apertura de procesos de contratación laboral.
En opinión de esta consultora, el problema más grande de la reforma es que supone la mala fe del empleador: “Una buena reforma debe propender porque ambos extremos tengan mecanismos que les permitan ejecutar correctamente sus obligaciones, y si bien el trabajador debe ser observado como un sujeto a proteger, no puede esto implicar la coacción total del empleador, pues lo cierto es que el resultado será un aumento en el desempleo y una consecuente desaceleración en la económica productiva del país”.