Hace 36 años Rolando Arango y Olvia Betancur fundaron en el municipio de Donmatías, Norte de Antioquia, Lácteos El Pino; una empresa familiar que ha logrado sortear las crisis gracias a la reinvención de sus productos.
Y es que este último año no ha sido el mejor para el sector lechero, debido, principalmente, al aumento de los costos de producción, que hizo que los precios al consumidor final también se elevaran.
De hecho, según el Departamento Nacional de Estadística (Dane), en junio de este año la leche tuvo un incremento en su precio de 37,72%, frente al mismo mes de 2021.
Todo esto, sumado a la pandemia, llevó a que la compañía antioqueña se replanteara su modelo de negocio y llegara a nuevos mercados.
Crisis como oportunidad
Lácteos El Pino, que acopia la leche de más de 100 productores del Norte de Antioquia, no fue ajena a las dificultades que trajo la pandemia a la economía nacional. Ana Isabel Arango, gerente de la empresa, comenta que tuvieron días muy difíciles, ya que durante la pandemia hubo mucho excedente de leche.
“Esto nos llevó a cuestionarnos sobre la vida útil de nuestros productos, ya que era muy corta. En ese momento nos surgió una idea muy chévere: crear un producto que se pudiese conservar mucho más tiempo”, dice Arango.
Así fue que, además de su línea tradicional —leche, quesos, quesitos y cuajada—, crearon una línea de panificación. “Buscamos un método de congelación de la leche que permitiera extender su vida útil. Ahí fue que comenzamos a hacer pandequesos y almojábana congelados, productos muy propios de la región y que tienen una duración de entre seis y ocho meses”, cuenta Arango.
Por esta razón, la empresaria afirma que han comenzado a ver las crisis más como oportunidades, ya que esta permitió que le dieran un rumbo nuevo al negocio.
Expandirse por el país
Entre los cambios que ha tenido Lácteos El Pino y que han surgido, precisamente, por las nuevas exigencias del mercado, está la implementación de empaques más amigables con el medio ambiente y la elaboración de productos más saludables —sin gluten, por ejemplo—.
“Fuimos ampliando la visión del negocio. Gracias a estos cambios nos ganamos el año pasado el Premio Gacela 2021, el cual se da a las empresas que han desarrollado buenas prácticas de responsabilidad social y ambiental. Además, demostramos que no necesitamos ser un empresa muy grande para tener un sello de sostenibilidad”, cuenta Arango.
Precisamente, dicho sello llevó a la empresa a crecer e ingresar a mercados que desconocían. Ahora, de acuerdo con Arango, la empresa quiere que sus productos lleguen a más lugares de Colombia.
“Habíamos estado enfocados en un público muy regional, porque la restricción más grande que teníamos era el tema de la vida útil. Pero hoy ya estamos atendiendo clientes por fuera de Antioquia con nuestra línea de congelados”, dice la empresaria.
Y destaca que las asesorías de la Cámara de Comercio de Medellín han sido importantes en los cambios que ha tenido la compañía antioqueña: gracias a estas se han actualizado en el mercado y han renovado su marca.
Así, para el año 2025 Lácteos El Pino quiere ser una compañía reconocida por mantener estándares de calidad de sus productos, a través de mejoras continuas que les permita ampliar su mercado a nivel nacional.
37,72%
aumentó el precio de la leche en junio de este año, frente al mismo mes de 2021.