Este año será recordado por el regreso de la inflación a la escena global, por una guerra geopolítica entre Rusia y Ucrania —que no estaba en el radar y que exacerbó las dificultades en disponibilidad de materias primas y energía—, y por una reactivación de pospandemia que se vio opacada con la creciente alza de precios, un mercado laboral que ha tardado en recuperarse y un endurecimiento de la política monetaria a nivel mundial.
Es así que 2023 proyecta ser un año retador en el que, para los analistas, habrá una marcada desaceleración de la actividad productiva colombiana. Sin embargo, esto no sería precisamente algo malo.
De acuerdo con el informe de perspectivas económicas de Corficolombiana para 2023, la disminución de la velocidad a la que se expande la economía no es necesariamente algo negativo ni implica el inicio de una crisis. Los analistas consideran que una desaceleración de forma ordenada es necesaria para evitar desequilibrios macroeconómicos que más adelante sí terminarían generando una crisis.
“Con este panorama incierto, Colombia entra a 2023 con una cifra envidiable de expansión en 2022, pero unos síntomas claros de desaceleración. Nuestra proyección de crecimiento es de 8% para este año, pero proyectamos un crecimiento superior al 1% para 2023, lo que nos pone del lado optimista frente a otros grupos de análisis, y al propio Banco de la República, que prevé un 0,5%”, resaltó el informe de Corficolombiana.
Asimismo, advirtió de las dificultades que enfrentarán los hogares, las empresas privadas y el sector público en medio del endurecimiento de las condiciones financieras a nivel global.
Por otro lado, desde el equipo económico de Bancolombia proyectan que uno de los elementos determinantes para el comportamiento de la economía en el país de cara al próximo año será la alta incertidumbre.
“Durante sus primeros meses el nuevo gobierno logró la aprobación de una reforma tributaria que contribuirá al cumplimiento de las metas fiscales en 2023. No obstante, algunas declaraciones en temas importantes de la agenda pública han generado confusión, lo que puede llegar a obstaculizar las decisiones económicas y afectar el valor de los activos financieros y los costos de financiamiento público y privado”, afirmó Andrés Camilo Miranda, analista macroeconómico de Bancolombia.
Y agregó que, en el corto plazo, habrá decisiones en varios frentes que pueden generar inquietud entre los agentes económicos, como el incremento del salario mínimo, la adición presupuestal y el plan financiero de 2023.
“Igualmente, las propuestas de cambio en los frentes de pensiones, salud y exploración petrolera pueden incidir en la confianza de consumidores y empresarios. Ahora bien, un factor que puede compensar parcialmente lo anterior es el fortalecimiento de los programas de transferencias monetarias por parte del Gobierno, que impulsaría el consumo de los hogares de bajos ingresos”, sostuvo Miranda.
Así, estos serían algunos de los escenarios clave que marcarán la senda para 2023 (Ver recuadros).