En julio, la inflación mensual fue del 0,20% y la anual del 6,86%, de acuerdo con el Dane, situándose cerca de las expectativas del mercado, según la encuesta del Banco de la República (0,28%). Así, tenemos hoy la inflación más baja en dos años y medio (desde diciembre 2021).
Por ejemplo, la inflación de alimentos se mantuvo casi sin cambios comparada con junio, con una variación anual del 5,26%. Este resultado se debe a aumentos en perecederos, cuya variación anual subió al 10,5%, y en procesados, que alcanzaron una inflación anual del 4,4%. Sin embargo, las carnes ayudaron a contrarrestar este efecto con una reducción en su inflación anual.
Por otra parte, la inflación sin alimentos bajó cerca de 40 puntos, situándose en 7,24%. La mayor reducción se dio en la inflación de regulados, que disminuyó en 112 puntos debido a la reducción de las tarifas de electricidad. Estos factores negativos lograron compensar las presiones al alza del agua y el gas.
En ese orden, según el Dane, en Medellín la inflación está levemente por encima del promedio nacional. Esto se explica por una mayor inflación en bebidas alcohólicas y tabaco, en el arriendo, en los servicios públicos y en el costo del transporte y la salud.
Por el contrario, en Medellín la inflación es menor que en el promedio colombiano en alimentos, prendas de vestir, artículos para el hogar y educación, especialmente.
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Germán Machado, economista y profesor de Los Andes, explica que, en parte, el recorte de la inflación se debe al comportamiento del precio de los alimentos, que ha sido clave para bajarle la velocidad a la inflación.
“Hace un año la inflación de alimentos estaba en 13% y ahora está en el 5%, especialmente por el comportamiento de los aceites, los plátanos, y los huevos, incluso a pesar de que estamos viendo incrementos fuertes en las papas, las frutas y las carnes”.
En este momento, según Machado, la mayor presión sobre la inflación viene por los arriendos, que han estado indexados al incremento del salario mínimo.
“Además, vemos un fuerte impacto en los precios de los servicios públicos, especialmente en la energía eléctrica, aunque también hay incrementos en el precio del gas. Esto se suma al incremento en el precio de los combustibles que ha empezado a tener efectos indirectos en otros sectores”.
El bolsillo de los colombianos pasa por estos factores principales hoy. Esto hará que la velocidad de reducción de la inflación sea muy leve en los próximos cinco meses del año, a ritmo promedio de cerca de 0,2 puntos mensuales.
De cara a lo que queda de 2024, se espera que el IPC a fin de año esté entre 5,5% y 6%. Se estimaría que ésta tendencia se fortalezca con un dólar a la baja. Sin embargo, en las próximas publicaciones se debe estar alerta al efecto del incremento en los precios del Acpm, calculó Machado.
Por su parte, Bbva Colombia proyectó la inflación continúe a la baja en lo que resta del año, favorecida por efectos base provenientes de arriendos y combustibles. De esta forma, esperan que la inflación cierre el año en 5,4%.
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