El Índice de Precios al Consumidor (IPC) o inflación de 13,25% para los últimos doce meses casi duplicó el 6,94% reportado por el Dane en enero del año pasado, lo que ubicó a ese indicador como el más alto en más de dos décadas, comparable con el 13,51% observado en marzo de 1999.
“Seguimos apreciando niveles altos de inflación similares a los que tuvimos a finales de los años 90, aunque empezamos a notar algo parecido a un quiebre”, mencionó la directora del Dane, Piedad Urdinola, quien precisó que Cúcuta (15,91%) y Sincelejo (15,45%) figuran como las ciudades con una variación superior al promedio nacional.
En contraste, Bogotá (12,71%) y Manizales (12,83%) se ubicaron como las capitales en las que el IPC anualizado fue menor al total nacional de 13,25%, mientras que Medellín observó un 12,94%.
De las cuentas del Dane es necesario anotar que de 188 rubros de gasto analizados, solo tres mostraron una variación igual a cero o negativa: servicios de comunicación fija y móvil (0%); elementos médicos (-2,59%) y aparatos de procesamiento de información y hardware (-2,84%).
Por su parte el top cinco de las mayores variaciones, es decir de los productos de la canasta familiar que más presionaron el ascenso del costo de vida fueron: arracacha (106,83%), cebolla (101,51%), yuca (63,17%), plátano (57,22%) y arroz (53,03%).
Para Sergio Olarte, economista de Scotiabank Colpatria, a pesar de que el dato anualizado del IPC subió en comparación con el 12,13% con que cerró en diciembre, lo que se vio fue que el grupo de alimentos mostró una “moderación” al bajar de 27,96% a 26,20%.
“Pareciera que la inflación ya va alcanzando un pico y se va a comenzar a desacelerar de manera importante, porque la base de comparación que fue la inflación de enero, febrero y marzo del año anterior fue extraordinariamente alta y eso hará que la dinámica de precios de los alimentos ayude a reducir el IPC y que este indicador económico termine este año alrededor del 9%”, comentó Olarte.
A su turno, Laura Peña, economista de BBVA, destacó que la inflación de alimentos tuvo una desaceleración en su variación anual por primera vez desde mayo del 2022, al bajar de 27,9% en diciembre hasta 26,2% en enero.
Desde la perspectiva de los analistas que respondieron la Encuesta Mensual de Expectativas Económicas del Banco de la República apuntaron a que el IPC al término de 2023 será de 8,63%, mientras la Encuesta de Opinión Financiera ubicó la variación en 8,89%.
A su turno, el equipo técnico del Emisor considera que el deterioro del ingreso de las familias por la alta inflación, el agotamiento de los efectos de una demanda represada y unas condiciones financieras internas más apretadas, por el mayor costo del crédito, contribuirían a diluir los excesos de demanda y a reducir la inflación.
Es así como apuesta por un IPC del 8,7 % para todo este 2023, y por un 3,5% en diciembre de 2024, o sea cerca de la meta del Banco de la República que está fijada en 3%.
Lo que se vio en enero
La inflación de 1,78% reportada por el Dane para el mes de enero de este año tuvo al transporte como gran protagonista, pues en este grupo de gasto el aumento fue mayor: 3,98%.
Este comportamiento estuvo propiciado por la variación positiva derivada del incremento en las tarifas del transporte público en las principales ciudades del país, el aumento en el IVA del 5% a 19% en los tiquetes aéreos y los ajustes de $400 en el precio de la gasolina y de $57 en el diésel que se aplicaron a principios del año.
Al desagregar las cifras, el Dane reveló que la variación promedio del transporte urbano fue de 6,61%, pero en Medellín la variable fue mayor y llegó a 11,52%, jalonada por el hecho de que el pasaje en bus subió de $2.550 a $2.850, es decir $300 lo que corresponde a un incremento de 11,7%.
Los indicadores que tienen que ver con la compra de vehículos también tienen un comportamiento alcista desde mediados de 2021, que obedecen en gran parte a la dinámica que ha tenido la tasa de cambio del dólar.
Una de las banderas del gobierno de Gustavo Petro, la reducción de las tarifas de los servicios de electricidad, empezó a mostrar algunas contracciones, según aseguró la directora del Dane.
No obstante, en enero el IPC del servicio de energía eléctrica fue 0,71%, cifra mayor a la variación negativa que había tenido durante diciembre anterior (-0,84%). Además, en nueve ciudades el indicador estuvo por encima del promedio nacional, como Florencia (3,18%) y Cúcuta (1,65%). Para el caso de Medellín la inflación de la electricidad en enero fue de 0% (ver Informe).
Adicionalmente, debido al derrumbe en Rosas (Cauca) que generó el cierre de la vía Panamericana, que incomunicó al departamento de Nariño, y por el que se esperaba algún brote inflacionario, este no ocurrió.
Algunos analistas anticipaban que la afectación se observaría en el suroccidente colombiano, principalmente en Nariño, Cauca y Valle del Cauca por el desabastecimiento y sobrecostos que podría generar el uso de vías alternas, según Urdinola el único impacto se notó en Pasto, debido al mayor precio de los combustibles.