El sector eléctrico colombiano pasa por un momento desafiante, pues se encuentra sorteando la disminución en los niveles de energía útil de los embalses, el retraso para la puesta en marcha de proyectos de generación y transmisión, y las dificultades financieras que enfrentan varias comercializadoras —derivadas principalmente de la opción tarifaria—.
Así, reconociendo que la seguridad energética del país se pone cada vez más en riesgo, la Asociación Colombiana de Generadores de Energía Eléctrica (Acolgen) y la Asociación Nacional de Empresas de Servicios Públicos (Andesco) propusieron al Gobierno Nacional un mecanismo para que las empresas puedan continuar garantizando la prestación del servicio y mitigar así los impactos para los usuarios en las facturas de energía.
Este plan se puede realizar a través de dos alternativas temporales: la primera de ellas es habilitar una contratación tipo ‘pague lo generado’, que se puedan suscribir entre las partes resultado de una asignación centralizada tipo subasta; y la segunda es la asignación a través de un mecanismo centralizado y expedito sin necesidad de contratación.
“Este mecanismo es para que los comercializadores con mayor exposición a bolsa y que atienden demanda regulada puedan acceder a la energía no comprometida que los generadores puedan poner a disposición a un mejor precio respecto al precio de bolsa”, manifestaron los gremios.
Y aclararon que esta propuesta no afectarían la formación del precio de bolsa y sus efectos ocurrirían de manera expedita una vez se expida un documento resolutivo definitivo por parte de la Comisión de Regulación de Energía y Gas (Creg).
“Además, para que funcione, sería importante habilitar mecanismos que faciliten el respaldo de los comercializadores, uno de los cuales podrían ser garantías por parte de la Nación”, anotaron los gremios.
¿De qué se trata?
‘Pague lo generado’ es una medida que venía mencionando Acolgen desde hace unos meses, cuando se presentaron las primeras alertas por retrasos en los proyectos de generación y transmisión eléctrica, la inflación y las tasas de interés, que influyeron en el precio de la energía en bolsa.
De acuerdo con el gremio, bajo esta modalidad los comercializadores más expuestos a la bolsa pueden ampliar su contratación y por ende reducir su exposición a la volatilidad de precios a través de contratos de largo plazo.
Esto significa, según se explicó en su momento, que si las generadoras hidroeléctricas disponen de más agua de la esperada, puedan despachar esa mayor energía generada a precio de contratos de largo plazo en vez de ofrecerla en bolsa.
“Bajo este mecanismo, las empresas generadoras podrían suscribir contratos para contribuir a la estabilización de los precios sin asumir riesgos en caso de no tener suficiente recurso para generar y las distribuidoras más vulnerables bajarían su exposición a bolsa, lo cual se traduciría en estabilidad de precios para el consumidor final”, señaló en ese momento Camilo Marulanda, presidente de Isagen.
Más acciones
Para contrarrestar aún más la problemática, los generadores plantearon al Gobierno otras acciones como establecer de manera definitiva la recuperación de los saldos acumulados de la opción tarifaria que tienen los comercializadores, y que hoy superan los $6 billones.
Así mismo, recalcaron que hay que agilizar los diferentes mecanismos de financiamiento como el crédito de Findeter aprobado por $1 billón, pero incrementando su monto por lo menos por el total de los saldos y habilitarlo para todos los comercializadores con alta exposición a bolsa.
Las asociaciones también expresaron que se necesita anticipar el pago de subsidios, y destinar recursos propios en el Presupuesto General de la Nación.
Por otra parte, propusieron realizar, por parte de los gobiernos departamentales y locales, los pagos de las deudas de energía de las entidades oficiales, que hoy es cercana a $1 billón, y revisar los impuestos locales que se cobran en la factura de energía para aliviar la carga a los ciudadanos.
“Se debe asegurar el ingreso de mayor oferta, agilizando la conexión de plantas disponibles en el corto plazo y los procesos de consulta previa y licenciamiento ambiental para proyectos de generación y transmisión que se encuentran atrasados; el desarrollo de infraestructura es fundamental para la confiabilidad y calidad del servicio”, agregaron.
Como una última acción, enfatizaron en la importancia de revisar el mecanismo de intercambio de energía con Ecuador sobre la energía excedentaria que pueda entregar Colombia. Esto, afirmaron, con el fin de priorizar la seguridad energética del país, teniendo en cuenta las actuales circunstancias de disminución acelerada de los embalses.
Los precios en la bolsa
En los últimos meses, el precio de la energía en bolsa ha llegado a niveles que superan los $1.000 kilowatios/hora.
De hecho, en la primera semana de este mes ese precio ha superado el valor marginal de escasez, el cual está en $1.066,65 kilowatios/hora (ver gráfico).
“Cuando el precio de la energía en bolsa supera este umbral llamado precio de escasez de activación, significa que el costo de la electricidad se ha elevado significativamente debido a la escasez de oferta o a una alta demanda, ya que el precio de escasez es un umbral establecido para activar medidas de emergencia y así garantizar el suministro eléctrico en momentos críticos”, explicó Esteban Quintana, CEO de Klik Energy, empresa de tecnología para el sector energético.
Para el experto, este panorama no genera un aumento en los precios de energía para los usuarios en general, ya que cada distribuidora tiene sus propias políticas de gestión del riesgo para sus usuarios, lo que significa que hay muchas distribuidoras que están cubiertas en contratos y que sus clientes no verán aumentos importantes en sus tarifas de energía. Sin embargo, hay muchas otras distribuidoras que sí tienen expuesto hasta el 54% de la tarifa a los precios de la bolsa.
“Hay empresas que no cuentan con contratos previos para cumplir con la demanda de sus usuarios por lo que se ven obligadas a comprar energía diariamente en el mercado. Es decir, en este momento deben comprar energía a un costo superior a $1.000 kWh pero venderla a sus usuarios a $700 u $800 por kWh, lo que evidentemente genera un déficit importante en sus finanzas, y en algún punto esto también puede también trasladarse en las tarifas eléctricas de las personas”, puntualizó.