También cuestionó la baja ejecución presupuestal del Ministerio de Vivienda y el recorte de subsidios de Mi Casa Ya.
El sector arrancó el año en rojo...
“Fue un inicio de año bastante mal. Los niveles de comercialización y de actividad del sector son similares a lo observado en 2011. Y eso implica retornar a niveles de empleo también similares a los de ese año, cuando el sector ocupaba 1,1 millones de trabajadores frente a los 1,5 millones que emplea actualmente.
Por otro lado, las cifras del Dane nos muestran que las licencias de construcción presenta una caída de 44,4%, donde la vivienda de interés social cae un 62%. Entonces no fue un buen arranque”.
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¿Cómo ve la ejecución presupuestal del MinVivienda?
“Uno de los temas que debería ser motivo de alarma son los niveles tan bajos de ejecución del Ministerio de Vivienda. Recientemente, un informe de la Contraloría General hizo un llamado sobre la baja ejecución del Presupuesto General y ahí aparece el Ministerio de Vivienda como una de las carteras con una ejecución deficiente, con apenas el 1%. Y si lo miramos solo en términos de subsidios, a febrero de este año el Fondo Nacional de Vivienda no había ejecutado más del 2% de su presupuesto. Así son pocas las oportunidades tendremos de reactivar el sector.
También están faltando subsidios para este 2024: el promedio de financiación de Vivienda de Interés Social (VIS) de la última década era de unas 70.000 unidades por año, y este año eso se redujo a 50.000 subsidios. Desde Camacol y Asobancaria se le ha dicho al Ministerio que este año se necesitaba de unos 72.000 subsidios, por lo que vamos a tener un déficit de 20.000. Entonces, la ejecución va lenta, están faltando subsidios de Mi Casa Ya y la programación presupuesta también está retrasada”.
¿Qué cuestiona del funcionamiento de Mi Casa Ya?
“Mi Casa Ya tiene dos tipos de beneficios: un subsidio a la cuota inicial, hasta de 30 salarios mínimos para que los hogares saquen menos créditos, y una cobertura a la tasa de interés, que puede ser de cuatro o cinco puntos del costo del crédito, para que la cuota mensual sea más bajita. Sin embargo, resulta que este año tenemos los 50.000 subsidios a la cuota inicial, pero están faltando 17.000 coberturas a la tasa de interés. Y si tú no tienes todo completo, pues no puedes ejecutar porque para desembolsar todo debes tener los dos subsidios.
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Lo preocupante de esto es que ese descalce entre los subsidios y las coberturas ya pasó en 2022 y pasó en 2023, y se está repitiendo este año, y hasta donde tenemos conocimiento no han iniciado los trámites presupuestales para que tengamos esos 50.000 subsidios con 50.000 coberturas, que en todo caso se quedarán cortos ante las necesidades del mercado.
Frente a los cambios, esto tuvieron efectos indeseables. El primero fue que se acabó con el mecanismo de preventas, que permitía a los hogares saber desde el principio que contaban con un subsidio y podían salir a comprar vivienda con una garantía que les daba el Gobierno.
Lo segundo es que se incorporaron más trámites como el Sisbén, que generaron retos y problemas grandes, sobre todo a los hogares, que de un momento para otro y sin transición, tuvieron que salir a hacer un trámite que se había eliminado en el 2015 cuando se creó Mi Casa Ya”.
¿Y el nuevo modelo de preasignación del programa tampoco ha servido?
“No ha funcionado ni ha ayudado a reactivar el sector, porque esa preasignación está concentrada solamente para la compra de vivienda de interés prioritario (VIP), es decir, casas de hasta 117 millones de pesos. Y a la fecha solo se han preasignado unos 500 subsidios en todo el país para entregas en 2025 y 2026.
Además, las VIP representan apenas el 6% de la oferta total de vivienda en el país”.
¿Cuál es el principal reto del sector para este año y el llamado al Gobierno Nacional?
“Después de 20 meses uno no ve que el Gobierno Nacional haya desplegado un plan de reactivación. Y el sector de la construcción ya perdió dos terceras partes de su capacidad de generación de empleo, que si lo vemos en términos de promedios mensuales, en 2023 se generaron apenas 19.000 puestos de trabajo frente a los casi 60.000 que se crearon en 2022 y los 47.000 que teníamos antes de la pandemia.
Entonces, el gran reto este año es que se dé una reactivación. Pero mientras el Gobierno Nacional no defina un plan, esto va a ir muy despacio y va a depender de la caída en las tasas de interés, para que los hogares puedan comprar vivienda.
Ahora, lo que hemos visto con mucho optimismo es que ante ese vacío que está dejando el Gobierno cada vez más nuevos alcaldes y gobernadores están apostándole a la vivienda nueva para reactivar la economía de sus regiones. Hemos detectado que, a nivel nacional, han anunciado entrar a financiar unas 10.000 unidades de vivienda nueva con subsidios complementarios a los del Gobierno Nacional, que implicaría una inversión de 1,5 billones de pesos”.
¿Cuánto tardaría esa recuperación?
“Si esperamos solo a que bajen las tasas de interés y no hay recursos adicionales para la reactivación, nos va a tomar varios años recuperar el sector. Si el Gobierno aporta buenos recursos, en dos o tres años nos estaríamos recuperando”.