La inflación, la devaluación del peso y las altas tasas de interés también le están pasando factura a la Vivienda de Interés Social en Colombia. Así lo advirtió la Cámara Colombiana de la Construcción (Camacol), al señalar que el panorama para este sector de la economía presenta fuertes señales de desaceleración.
“La única manera de ponerle freno a estas alertas es que el sector privado y el Gobierno Nacional trabajemos articuladamente para lograr que, a través de la Ley de Adición Presupuestal, se garanticen los 3.3 billones de pesos para atender los subsidios de Mi Casa Ya pendientes y los proyectados para lo que resta del año”, afirmó Guillermo Herrera, presidente del gremio.
El líder de Camacol recordó que siete de cada 10 unidades vendidas en el país son viviendas VIS y que, precisamente, para frenar la desaceleración que presenta el sector y atender de manera ágil y eficiente los subsidios de Mi Casa Ya se deben garantizar los recursos suficientes. Y subrayó que, a la fecha, hay 40.000 hogares que no han podido recibir su vivienda por ausencia de estos subsidios.
Herrera agregó que el panorama es poco alentador si se tiene en cuenta que el Banco de la República proyectó para 2023 y 2024 que el sector constructor no crecerá más del 1%.
“El sector constructor es uno de los pilares de la economía nacional, y, por ende, cualquier factor que impacte su normal desarrollo debe ser analizado y abordado con prontitud” explicó el presidente de Camacol.
El líder gremial afirmó también que “si se mantiene la tendencia actual, la economía nacional podría presentar grandes afectaciones, teniendo en cuenta que anualmente el sector de la construcción de vivienda aporta cerca de 4,5 puntos del PIB nacional y genera 4 millones de empleos, lo que representa cerca del 7% del empleo formal en el país”.
Y es que el panorama en general es muy complejo para el sector de la construcción en Colombia. De acuerdo con cifras de Coordenada Urbana de Camacol, al cierre del primer bimestre del 2023, Colombia pasó de vender más de 189.000 unidades a tan solo 12.000, lo que representa un deterioro del 64% de este mercado.
La crisis de la construcción de vivienda en el país ya había sido alertada por el exvicepresidente de la República, y exministro de Vivienda, Germán Vargas Lleras, quien en una reciente columna de opinión indicó que la parálisis que empieza a avizorarse en el inmediato futuro en el sector ya se comenzó a registrar a principio de año, cuando solo en enero del presente año, las ventas cayeron en un 50 % con respecto a las de enero del 2022, y que para este ya se estima que habrá una caída del 40 % en nuevos proyectos.
“Preocupante esta situación, pues se podrían perder más de 1,1 millones de empleos en la cadena y una demanda de insumos, motor de la industria, por valor de $16,5 billones”, dijo.
Vargas Lleras subrayó que, de no incrementarse los recursos para subsidios previstos en el Plan Nacional de Desarrollo y la adición presupuestal, se pasaría de 82.000 viviendas VIS proyectadas a 50.000, pero descontando los 23.000 inscritos el año pasado solo habría 27.000 cupos adicionales.
“Solo uno de cada tres hogares podría adquirir su vivienda, y 55.000 familias se quedarían sin cierre financiero y tendrían que desistir de su compra. Por esto es urgente destinar al menos $1,7 billones adicionales para mantener los subsidios, el ritmo de construcción y las entregas”, dijo Vargas Lleras.
Por su parte, la ministra de Vivienda, ha venido respondiendo a las dudas y preocupaciones que han generado los cambios en la asignación de los subsidios de Mi Casa Ya. Al respecto, la funcionaria señala que las familias que ya han hecho un esfuerzo de ahorro y que ya están listo para firmar escrituras en menos de seis meses, serán las primeras que recibirán subsidio el 15 de abril. Ese día comenzarán con la asignación de subsidios de este 2023.
“Mi Casa Ya es un programa que desde 2015 está funcionando y a este Gobierno le gusta mucho, pero necesita cambios. El primero es la distribución territorial y queremos que llegue a las familias de menores ingresos. De esa forma estamos utilizando la encuesta Sisbén para estar seguros de que el nivel de ingreso que las familias reportan, es el que efectivamente tienen”, recalcó la funcionaria.