En varios medios de comunicación, circuló ayer la noticia de que la junta directiva de la Refinería de Cartagena (Reficar) había solicitado la renuncia de su presidente Herman Galán, presuntamente, como consecuencia de la crisis de los combustibles y por no tener un plan de contingencia para superar ese impase.
Sin embargo, en horas de la noche de este lunes 23 de septiembre, la Secretaría General de la Refinería de Cartagena emitió una circular en la que aclaraban que en la reunión de la junta de ese mismo día no se abordó la renuncia ni solicitud de renuncia del presidente de la sociedad, Herman Galán Barrera.
Natalia Rubiano, secretaria general de Reficar, también dejó constancia de que en dicha reunión del órgano corporativo no se tocó ese tema y que el acta de la junta está en elaboración para conocer la minuta de lo que se dijo.
Galán es un abogado, graduado de la Universidad del Rosario, con especialización en derecho financiero, del mismo claustro, y cuenta con MBA de la Universidad de los Andes. Es experto en gestión y administración de asuntos legales y ejerció como litigante por casi una década, en distintas firmas como Álvarez & Marsal, Muñoz Tamayo & Asociados, entre otras.
Su llegada al Grupo Ecopetrol se dio a través de Bioenergy, empresa a la que se vinculó en enero de 2017, y donde se desempeñó como gerente legal y corporativo, cargo que ocupó durante nueve meses.
De allí pasó a Reficar, en octubre de 2017 empezó su trabajo como vicepresidente jurídico, cargo que desempeñó durante poco más de dos años y medio. En abril de 2020 asumió la presidencia de la refinería, tiempo en el que sorteó varios retos, como los pleitos derivados del escándalo de corrupción de la década pasada.
Hace un mes las aerolíneas denunciaron que en varios aeropuertos del país había desabastecimiento, o bajos inventarios del combustible Jet A. Según Ecopetrol, el problema se presentó porque en la Refinería de Cartagena hubo una falla eléctrica que por 10 días impidió la operación normal de la planta.
Las empresas se quejaron por el desconocimiento de dicha eventualidad, lo que obligó a Ecopetrol a importar 100.000 barriles de combustible para aviación, que debían llegar entre el 31 de agosto y 1 de septiembre.
“La Refinería de Cartagena en sus condiciones normales de operación produce en promedio: 99.000 barriles por día de diésel, 38.000 barriles diarios de gasolina regular y extra, 13.000 barriles día de combustible jet, 33.000 barriles de nafta, 2.700 barriles de Gas Licuado de Petróleo (GLP), 3.200 barriles de propileno, 3.500 barriles de arotar, 2.800 toneladas por día de coque y 180 toneladas diarias de azufre”, explicó en un comunicado Ecopetrol.
Tras la normalización de esa supuesta crisis, Ecopetrol enfrentó otros retos, como la voladura del oleducto Caño Limón - Coveñas, la toma de la planta Gibraltar y el paro camionero.
En especial, lo último derivó en otra pequeña crisis de combustibles, y además del desabastecimiento del insumo para aviones, hubo bajo inventarios para el diésel y la gasolina vehicular.
Con el levantamiento del paro se normalizó el suministro de los combustibles, pero los efectos económicos de las contingencias siguen sin ser calculados. Cabe destacar que Ecopetrol siempre garantizó el suministro de este insumo, pero no descartó un posible desabastecimiento.