¿Cómo pueden las necesidades sociales y ambientales vincularse al modelo de negocio de una empresa? Esta es una pregunta que se están buscando responder las compañías en la implementación de sus estrategias. Por esto, los criterios y prácticas Ambientales, Sociales y de Gobierno Corporativo, agrupadas bajo las siglas ASG, son cada vez más referentes en el ámbito corporativo.
Expertos invitados al foro “Empresas entran en una nueva era: criterios ambientales, sociales y de gobierno corporativo”, realizado por EL COLOMBIANO y el cual contó con el Grupo Argos como aliado estratégico, hablaron sobre cómo las empresas están trabajando para integrar estrategias sostenibles.
Inversión responsable
Tanto los empresarios como los inversionistas se están preocupando ahora por incluir una serie de factores ambientales y sociales que antes se veían solo como “buenas causas”, con el fin de que sus compañías sean sostenibles y rentables en el tiempo. Por esto, las que no sean responsables con su entorno, su gente y la sociedad no serían tan atractivas y representarían más riesgos para el sector financiero.
Según Eduardo Atehortúa, director para América Latina de la iniciativa PRI (Principios de Inversión Responsables), hoy los grandes inversionistas globales le están apostando al desarrollo sostenible y a entender cómo las compañías, además de generar retornos y rentabilidad financiera, se preocupan por generar un impacto social y ambiental positivo.
“Hoy las empresas se están preocupando por incorporar en sus análisis una serie de factores que antes veíamos como temas filantrópicos, pero que hoy se han convertido en variables estratégicas para evaluar cómo se puede ser sostenible. Aspectos como la protección de la biodiversidad, gestión eficiente de recursos naturales y el cambio climático; o sociales como las desigualdades que tenemos en sociedades como las Latinoamericanas, han pasado a ser parte de las estrategias corporativas”, apuntó Atehortúa.
Precisamente, el experto anotó que esto es lo que genera un valor agregado a los empleados y clientes de las empresas, y lo que permite una distinción para que los inversionistas se fijen en ellas.
Negocios conscientes
Tener una empresa implica un esfuerzo colectivo y grupal alrededor de un propósito que va más allá de su rol fundamental en la promoción de la economía. Con estas palabras inició su intervención Claudia Restrepo, rectora de la Universidad Eafit, quien habló sobre los retos que aún le quedan al empresariado en su tarea de ser más consciente.
“Ser empresa significa por defecto que somos capaces de ejercer un rol social y de valor público. Por esto, es importante reflexionar sobre cómo desde el mundo de las organizaciones se generan acciones con consciencia y se entiende el impacto que eso trae sobre sus grupos de interés y la sociedad. Es allí donde verdaderamente ese valor social de las compañías se vuelve mucho más potente”, expresó Restrepo.
Para Miguel Piedrahíta, director general y cofundador de NoName, las empresas no solo aportan empleos, impuestos o regalías, sino que su principal aporte está ligado a tres aspectos: propósito, confianza e incondicionalidad.
Por esto, Piedrahíta destacó que para tener negocios conscientes se necesitan líderes conscientes que con ejemplos y acciones generen un valor más allá de lo económico.