En entrevista con EL COLOMBIANO, Javier Díaz, presidente de Analdex, gremio del comercio exterior en Colombia, habla de los retos que implica la actual situación de Venezuela para el intercambio comercial con ese país. Así mismo, se refiere a la ruptura de las relaciones con Israel y la tensa situación bilateral con el gobierno argentino.
Para el líder gremial, Colombia debe separar los temas políticos de los comerciales. Ejemplifica que en el caso de Israel, la relación entre privados sigue intacta, pese a que hoy las relaciones diplomáticas están en el congelador.
Díaz también mencionó la carrera a la presidencia en Estados Unidos, principal socio comercial de Colombia; allí hay preocupación por posibles políticas proteccionistas dependiendo del ganador; según el ejecutivo, Colombia debería estar exportando más de US$100.000 millones actualmente, pero apenas llega a la mitad.
¿Cómo impactará la situación de Venezuela al comercio bilateral, que se venía reactivando?
“Es un tema importante de analizar. Veníamos con una estrategia en la medida que se había venido recuperando la economía de ese país y su producción de petróleo, porque le daba mayor capacidad de compra, y a nosotros nos permitía exportar más.
Con lo que pasó en las elecciones hay que modificar esa estrategia, pero es temprano para elegir un camino. Creo que debe darse alguna luz alrededor de la solución política a este tema, como la verificación de las actas o una auditoría internacional. Dependiendo de eso se debe definir el camino a seguir.
También, pensar qué va a pasar con la economía venezolana, ¿si Maduro se consolida, vendrá una profundización de las sanciones?, y cómo eso impacta la capacidad de compra de la economía venezolana, y a su vez las exportaciones de Colombia allí”.
Lo de Venezuela llega unos meses después de que Colombia rompiera relaciones con Israel, y en medio de una tensa relación con Argentina. ¿Cómo le pega todo eso al comercio exterior?
“Nosotros señalamos que es necesario separar el tema político del comercial, que lo primero no afecte lo segundo. Uno puede tener diferencias, pero deben tramitarse sin que se impacte lo comercial.
En el caso de Israel, se rompieron las relaciones diplomáticas, pero las relaciones entre privados han seguido. Incluso el Gobierno dijo que sacaría un decreto prohibiendo las exportaciones de carbón a ese país, pero eso nunca salió”.
¿Entonces las relaciones de negocios con Israel siguen normales?
“Sí, e incluso Israel acaba de traer nuevo agregado comercial a su representación, que estuvimos recibiendo. Ese tipo de cosas continúa, así no haya embajador”.
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“Ese es un mercado que Colombia no había explorado, en el Gobierno anterior se empezó ese acercamiento y se negoció un TLC que este Gobierno finalmente firmó y está en ese proceso de ponerlo en vigencia. Lo que se observa es que es un mercado con alta capacidad de compra y muy complementario de la economía colombiana, entonces la capacidad de llegar allí con nuestros productos es alta. Es un ejemplo para llegar a otros territorios similares”.
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Ahora, en cuanto a Estados Unidos, nuestro principal socio comercial, este año habrá elecciones. ¿Les preocupa una victoria de Donald Trump?
“Los republicanos tradicionalmente eran mucho más amigos del libre comercio, pero con Trump esa situación cambió. Él trae una política mucho más proteccionista y ese es el temor de una eventual presidencia de Trump, cómo se puede afectar nuestro relacionamiento comercial. Recordemos que cuando aumentó los aranceles para el acero y el aluminio provenientes del exterior, enfocado a China, también nos subió los aranceles a nosotros, a pesar del acuerdo de libre comercio.
Ahora, los demócratas tradicionalmente han sido más proteccionistas y tienen en sus bases a los sindicatos de trabajadores de los Estados Unidos, que no son amigos de los TLC porque dicen que pierden puestos de trabajo frente a países como el nuestro. Entonces, gane uno u otro, observamos que la política comercial de EE.UU. y su conflicto comercial con China nos va a afectar a todos y muy seguramente viviremos una onda proteccionista”.
En los últimos meses se ha visto un alza en los fletes marítimos, ¿qué efectos está teniendo?
“Esa es una preocupación, porque habíamos observado que los fletes se habían normalizado, pero a raíz de todos los conflictos internacionales y que el movimiento de contenedores ha incrementado, están al alza de nuevo. Preocupa cómo afectará esto al comercio internacional y el precio de los productos.
En Colombia pensamos que nuestros precios logísticos ya son muy altos, que están en promedio en 17,9%, y en el 2021 estaban en 12,9%. Hemos retrocedido, y cuando miramos qué es lo que más afecta esos costos es el transporte, el almacenamiento y el tema aduanero”.
Y a eso se suma el tema del incremento del diésel...
“Sí, es una situación complicada para el país. Hay un déficit en el fondo de precio de los combustibles que es insostenible, toca hacer un ajuste en la gasolina, como se dio, y aunque los transportadores no han dado luz verde a cómo hacerlo, el Gobierno necesita hacer un ajuste y debe subirle al ACPM. Pero lo que se tiene que ver es en cuánto tiempo puede hacer ese proceso, porque si se alarga, el impacto es menor. Creo que esa sería la salida. Entonces, vamos a tener unos mayores costos de transporte, indudablemente”.
Ustedes han dicho que hoy Colombia debería exportar más de US$100.000 millones al año, pero apenas estamos por la mitad.
“Colombia no se ha caracterizado por ser un país exportador. Nosotros desarrollamos nuestro aparato productivo pensando en el mercado local, si miramos dónde está localizado, vemos que está en Medellín, Bogotá y Cali, en medio del país, en las montañas, y no en las costas, porque se localizó en las zonas de consumo.
Pero si se habla de diversificación y desarrollo de exportaciones, se debe mirar cómo localizar esos centros de desarrollo cerca de la costa, y cómo se facilita el transporte entre el centro del país y los puertos. Hoy, las exportaciones per cápita de Colombia son muy bajas, debajo de la región.
Si exportáramos el promedio per cápita de los países de la región, deberíamos estar exportando US$100.000 millones. El año pasado vendimos US$49.500 millones”.
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