Entre los múltiples impactos sociales y económicos que la pandemia de covid-19 ha dejado, un segmento particularmente golpeado y vulnerable por esta situación, incluso hacia el mediano plazo, ha sido el de los jóvenes. Varios estudios han recopilado el golpe de la coyuntura sobre esta población, e incluso, se ha utilizado un término para segmentarlos: ‘Pandemials’.
Así, por ejemplo, el Foro Económico Mundial (FEM) define a los jóvenes y adultos de entre 15 y 24 años del mundo que empezaron su juventud en medio de la crisis financiera de 2008 - 2009 y ahora se enfrentan a una pandemia, algo “que no se había visto en generaciones”.
La referencia fue citada dentro del Informe de Riesgos Globales elaborado por el FEM en conjunto con la consultora Marsh, SK Group y Zurich Insurance en el cual se explica que esta generación se enfrentará “a serios desafíos para su educación, perspectivas económicas y salud mental”.
Entre otros datos, indica que con las medidas para contener la emergencia un 80 % de los estudiantes a nivel global tuvo que dejar la educación presencial y que un 30 % carecía de mecanismos tecnológicos para hacer parte del modelo de enseñanza virtual al que apeló el grueso de los países; igualmente, advierte que las clases y el trabajo desde casa –para quienes pudieron adaptarlos–, aumentaron el estrés doméstico en los jóvenes.
Ello se suma a un indicador preocupante: el del desempleo juvenil. En el caso de Colombia cuando se compara enero de 2021 con el mismo mes de 2020 los datos del Dane reflejan que 326.000 jóvenes en el rango etario de 10 a 24 perdieron su ocupación; mientras para el arranque del año anterior se reportaban 3,24 millones en esta condición, hace dos meses se contabilizaron apenas 2,92 millones.
Incluso, el propio Dane en su informe Mercado Laboral de la Juventud, que corresponde al cuarto trimestre de 2020, halló un aumento significativo en la tasa de desempleo –en este caso analiza el segmento de quienes están entre 14 y 28 años– al informar que ese indicador creció 5,6 puntos porcentuales, pasando de 16 % en octubre - diciembre de 2019 a 21,6 % durante igual lapso el año anterior.
Qué hacer
Juan David Gómez, gerente general de THT Analitics, expresa que hay tres bases para impulsar las oportunidades para los jóvenes en materia de empleo. Como primera medida, consideró relevante ayudarlos a que, desde el ámbito escolar, identifiquen con plenitud “su zona de la genialidad, sus motivadores y su propósito de vida”.
En tanto, recalca que un segundo paso sería “brindar a quienes estén en último grado (escolar) talleres prácticos que los vayan preparando para la vida laboral” y complementarlos con una tercera estrategia que sería ayudarles a conocer la amplia gama de opciones en “educación superior no tradicional que permiten una ubicación laboral en menor tiempo, como carreras técnicas y tecnológicas”.
Para Oriana Numa, gerente de reclutamiento PayU Latam, también es relevante que las compañías analicen los beneficios de contratar jóvenes “ya que traen nuevas ideas, mejoran los procesos y hacen que las cosas sucedan más rápido”. Para la experta esta población tiene la capacidad de aprender diferentes temas en menor tiempo y dice que en el caso de su empresa dicho grupo es importante porque, por ejemplo, se puede formar en nuevos desarrollos y tecnologías.
De su lado, Gerardo Herrera, líder de Riesgos de Marsh, considera que hay que realizar cambios estructurales. “Se debe buscar una forma de actualizar el modelo educacional en la cual el formato digital se va a mantener en igual o menor grado y a la vez se tienen que hallar elementos para facilitar, en los casos de acceso remotos, los espacios requeridos, hogares y otros centros de atención”.
Herrera recuerda, además, que los ‘pandemials’ han sido un grupo golpeado especialmente porque muchos de ellos trabajaban en industrias que fueron altamente afectadas como servicios, manufactura, reparaciones de automóviles, entre otras, por lo cual las estrategias para ellos deben articular al sector público y al privado e incluir asistencia para retención, creación y búsqueda de empleo, subsidios salariales, desarrollo de vacantes públicas, asistencia en la búsqueda de oportunidades y apoyar el emprendimiento con mecanismos de financiación.
Más allá de estos planteamientos, otros indicadores intrigantes que dejó el reporte del FEM están en el hallazgo de que el 21 % de los jóvenes del mundo son ‘ninis’, es decir, que no estudian ni trabajan, lo cual se agrava al ser una generación que se ha volcado más al “ciberespacio” y que sufre de “preocupaciones por las dificultades económicas y la desigualdad intergeneracional”, lo que constituye un grupo de factores que “ha deteriorado la salud mental del 80 % de los niños y jóvenes del mundo” desde el inicio de la pandemia.
Por ello, el FEM insta a que las nuevas formas de aprendizaje sean adaptables e integrales y fortalezcan la creatividad, la innovación y las habilidades interpersonales avanzadas. “Sin embargo, es más crítico que nunca que el sector público y el privado inviertan conjuntamente para garantizar la conectividad de todos los jóvenes”, reseña el informe, que plante que los ‘pandemials’ pueden convertirse en una suerte de “doble generación perdida” teniendo en cuenta las dos crisis que han sorteado.
Para Gómez, de THT Analitics, por lo pronto en el caso de Colombia contrarrestar esta dinámica dependerá de fortalecer programas como la Ley del primer empleo, no solo con beneficios fiscales para las organizaciones por ofrecer trabajo, sino también por apoyar la formación una vez inicien su ciclo laboral.
“Promover el autoempleo debe ser otra prioridad por medio de incentivos económicos y de reconocimiento social, pues con el tiempo se estará dando paso al emprendimiento social”, finaliza Gómez
5,6
puntos porcentuales creció la tasa de desempleo juvenil en Colombia: Dane.