Aunque en hispanoamérica el lenguaje es una base de cercanía, la confianza se gana conociendo las culturas y adaptándose a cada una.
Esta fue una de las conclusiones del panel: Iberoamérica, territorio de encuentros, que se realizó en el foro Futuro en Español.
“El español nos dota de una estructura de pensamiento y nos ha ayudado a tener una región con mucho potencial económico, pero hay algo que no podemos olvidar y es que somos muy diferentes”, aseguró Santiago Piedrahita, presidente de Contegral.
Lea también: Inició Futuro en Español en el Museo de Arte Moderno
Con esto, el empresario quiso introducir en la discusión un tópico clave, “hay que hablar en términos de integración, no de igualdad al momento de hacer negocios”.
En esto coincidió el vicepresidente de Sostenibilidad de Bancolombia, Sergio Peláez Jaramillo, quien agregó que al momento de expandir una idea de negocio en Iberoamérica, hay que buscar familiaridad, “no podemos llegar con un modelo e insertarlo porque sí”.
Considera que el lenguaje común nos hace compartir códigos, pero “si no le damos peso a compartir conocimiento, el proceso de entrada a cualquier territorio es difícil”.
Por eso, a pesar de las inherentes coincidencias, el mundo de los negocios necesita más que una palabra en común. “Debemos crear competitividad alrededor del idioma, debe ser un elemento de confianza para los inversionistas”, acotó Jaime Arrubla, socio de Arrubla-Devis, Espíndola & GVA.
El conversatorio, que contó con la orientación de Juan José Perfetti del Corral, centró sus conclusiones en convencer a los asistentes de la necesidad de apoyar el uso del lenguaje para hacer efectivo un proceso de internacionalización, sin embargo, hubo un acento especial pues se debe insistir en el encuentro de culturas como base para generar bienestar, y luego, que los ceros a la derecha aumenten.