El grupo empresarial Panaca y su Fundación Fundapanaca, en alianza con el Ministerio de Agricultura, graduaron ayer a 432 líderes campesinos, indígenas, afrodescendientes, militares, carabineros y personas en proceso de reintegración, con el título de Técnicos Prácticos Agropecuarios.
Se trata de un certificado que cuenta con la aprobación de la Secretaría de Educación del Departamento del Quindío y busca generar desarrollo en el agro colombiano, en un momento coyuntural en el que se definen los lineamientos para el posconflicto.
Al acto celebrado ayer en la tarde en el Parque Nacional de la Cultura Agropecuaria (Panaca) en el municipio de Quimbaya (Quindío), asistió el ministro de Agricultura, Aurelio Iragorri, además de delegados de varios países de la Unión Europea, así como representantes de la Agencia Colombiana para la Reintegración.
También estuvo Aimo Baribbi, director de Asistencia Técnica de Desarrollo Rural de la Unión Europea y algunos embajadores de dicho bloque, que también apoyan la estrategia de desarrollo para el agro colombiano.
Lo novedoso del programa es que se tiene capacidad de formar 2.000 personas al año, en cuatro cohortes de 500 estudiantes cada una y provenientes de todos los departamento de Colombia.
La alianza entre Panaca y el Ministerio de Agricultura ha permitido la formación de 1.602 personas en los últimos dos años, entre los que se destacan 110 excombatientes reintegrados a la sociedad civil.
Los estudiantes tienen la posibilidad de utilizar 760 hectáreas de tierra para sus prácticas, en 300 procesos agropecuarios, además interactuar con 11.000 animales y tener un práctica real de 90 días, sin salón de clase y aprovechando la infraestructura de Panaca (ver Síntesis).
Esta apuesta del parque agropecuario se dio desde 2012, “cuando definimos en un taller de estrategia para enfocarnos en la tecnología práctica del agro”, comentó a EL COLOMBIANO Jorge Ballén, presidente de Panaca.
La finalidad de este programa es que los nuevos técnicos apliquen sus conocimientos en las zonas de impacto, para hacer un nuevo agro colombiano sostenible, económicamente viable y socialmente adaptable a los retos que tiene la sociedad .