Antioquia bajó su pobreza monetaria en 6,4 puntos en menos de tres años, al pasar de 32,8% en 2021 a 26,4% en 2023. Incluso, consolidó su reducción en el último año con 2,4 puntos menos en el indicador medido por el Dane. En otras palabras, 26 de cada 100 antioqueños viven en la pobreza.
Este porcentaje lo ubica como el quinto departamento con menor incidencia de personas con pobreza monetaria, detrás de Cundinamarca, Caldas, Bogotá y Villavicencio.
En ese orden, la región antioqueña sumó 1,8 millones de personas pobres monetarias, para un total de 134.000 personas que salieron de esta situación en el último año, es decir que lograron aumentar los ingresos mensuales de sus hogares.
Para entender mejor esos datos, el Dane precisó que la línea de pobreza monetaria es el costo mínimo por persona necesario para cubrir los bienes y servicios básicos, como alimentos y necesidades no alimentarias, en una zona geográfica específica, en este caso Antioquia.
Y para saber si una persona es pobre o no en Antioquia, el Dane explicó que un hogar compuesto por cuatro personas que gane al mes $1.250.932 o menos de esa cifra es pobre monetario. Esto quiere decir que una familia de cuatro personas se considera en situación de pobreza monetaria en el departamento si el ingreso del hogar está por debajo de ese monto. Por lo tanto, la línea de pobreza para un antioqueño es de $456.506 al mes.
Además, hay una brecha de intensidad de la pobreza; esta muestra cuánto dinero le falta a una persona en situación de pobreza monetaria para salir de ella. Se calcula restando el ingreso de la persona pobre del costo de la línea de pobreza, y luego se ajusta según el número total de personas en pobreza. Por lo tanto, en 2023, la brecha de la pobreza monetaria alcanzó un valor de 10%, mientras que en 2022 la brecha ascendía a 11,2%.
El Dane también mide la pobreza monetaria extrema, que en los últimos tres años ha registrado subidas y bajadas. Por ejemplo, entre 2021 y 2022 tuvo un alza de 0,6 puntos, mientras que entre 2022 y 2023 se dio una reducción de 1,6 puntos, para descender a 8,2%.
Cabe recordar que la línea de pobreza extrema es el monto mínimo mensual por persona necesario para cubrir solo los alimentos básicos. Para el caso de Antioquia, esta línea es de $210.589. Es decir, una persona que gane menos de esa plata al mes se considera pobre extremo porque no tiene las condiciones para satisfacer sus mínimas necesidades.
Según las cuentas del Dane, hay 570.000 antioqueños en pobreza extrema, esto significa 102.000 menos en el último año.
A final de cuentas, de acuerdo con el Dane, si un hogar no tiene suficiente ingreso mensual para adquirir la canasta básica de alimentos está dentro de la línea de pobreza extrema. Si cubre ese rubro, pero, no le alcanza para pagar gastos como vivienda, transporte, ropa o calzado, está en condición de pobreza.
Razones de la reducción
Estas reducciones en la pobreza monetaria, tanto en Antioquia como en la mayoría de los departamentos, en el año 2023, tienen una causa principal: el aumento en los ingresos laborales. Así lo vio el Centro de Estudios Económicos Anif, que enfatizó en cómo la plata de salarios y sueldos por el trabajo fueron fundamentales para incrementar los ingresos per cápita de los hogares y, con esto, reducir la pobreza.
“A simple vista, esto podría sugerir que las menores tasas de desempleo pueden correlacionarse de manera positiva con menores tasas de pobreza”. Esta conclusión de Anif la corroboró el Dane, al indicar que la fuente de ingresos laborales fue la que más creció e incidió en los hogares más vulnerables del país.
“Lo anterior destaca la necesidad de implementar políticas regionales diferenciadas que permitan mejorar el bienestar de los hogares. A pesar de eso, la relación entre un mercado laboral departamental dinámico y la reducción de la pobreza es notable a lo largo del país”, dijo Anif.
Analistas destacaron que la reducción de la pobreza en 2023 no es un logro menor, especialmente en un año complicado para las familias. “Pensé que veríamos un estancamiento o incluso un ligero aumento, ya que la alta inflación en los alimentos afecta duramente a quienes intentan cubrir la canasta básica”, comentó Silvia Otero, profesora de la Facultad de Estudios Internacionales, Políticos y Urbanos de la Universidad del Rosario.
Sobre esto, Piedad Urdinola, directora del Dane, indicó que la pobreza monetaria se puede analizar considerando la inflación y las líneas de pobreza. La línea de pobreza subió 9,7%, mientras que la línea de pobreza extrema aumentó 10,14%.
“A pesar del aumento en los precios, los análisis muestran que el crecimiento de los ingresos de los hogares y su redistribución ayudaron a reducir la pobreza”.
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