Lo que para influenciadora Dani Duke comenzó como un hobby, hoy es su emprendimiento. Su marca de productos de belleza llamada Flashes ya lleva tres años en el mercado y en los últimos 12 meses ha tenido un crecimiento del 10 por ciento en ventas.
Y es que desde niña le ha gustado emprender, rebuscarse la plata. La familia por parte del papá es de El Santuario, Antioquia. La mayoría de sus tíos son comerciantes en el sector de El Hueco de Medellín y entre sus anécdotas está que cuando estudiaba en el Colegio San José de Las Vegas vendía dulces, ropa y maquillaje. “Siempre me ha gustado hacer mi platica, no depender de nadie”. Precisamente, esos tíos eran los que le daban el plante. Ya más grande, cuando vivió en Estados Unidos, vendía mecato colombiano.
Con el tiempo se convirtió en una de las influenciadoras más reconocidas del país. Los videos que comparte recomendaciones de maquillaje suman miles de reproducciones, además ha maquillado a artistas como J Balvin, Karol G, Maluma, entre otros.
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Dani dice que cuando le pagaron por la primera publicidad se dio cuenta que las redes sociales son un negocio. Y que era algo serio, que debía estructurarse si buscaba ganar dinero siendo creadora de contenidos. Entonces aprendió a hacer una cuenta de cobro o buscó un contador. En la actualidad suma casi 4 millones de seguidores en Instagram. Este fue su primer emprendiemiento.
“Las redes sociales al principio eran el portafolio de mi talento donde mostraba los trabajos que hacía de maquillaje, mostraba las modelos y los artistas. Fueron la posibilidad de llegar a donde estoy hoy y quizás habría sido más difícil llegar a este punto sin ellas”.
Pero todo no paró ahí. Hace tres años, luego de ver el auge que estaban teniendo las influenciadoras de Estados Unidos que sacaban sus propias líneas de maquillaje, ella decidió hacer lo mismo en Colombia. Así nació Flashes con un capital de 100 millones de pesos. Inició comercializando pestañas postizas que se pueden reutilizar hasta 30 veces y después llegó el beauty stick red (especie de labial multiusos) y el delineador, dos de sus productos estrellas. Los canales de distribución por ahora son digitales (página web y línea de WhatsApp).
Se graduó de Comunicación Organizacional en la Colegiatura. Mientras estudiaba la carrera, se formaba en otra de sus pasiones: el maquillaje. Ha recibido cursos en Colombia, en la academia Make Up For Ever en Francia y hace un par de meses participó en un curso con Ariel, el maquillador de Kylie Jenner.
Recientemente, lanzó una colaboración con la marca de ropa interior femenina Lili Pink que tiene 16 años en el mercado. Sacaron una colección de tops deportivos y de uso diario: son más de 60.000 unidades en 14 referencias las que se estarán vendiendo en más de 150 tiendas del país hasta el mes de octubre.
Participó en el proceso creativo de este nuevo proyecto en el que ganó mucho conocimiento, sobre todo en la parte del negocio y que quiere llevar al suyo. Tuvo la oportunidad de aprender a leer las tendencias, analizar los consumidores y la tecnología que se utiliza en las prendas.
Finalmente, para Dani ser emprendedora es un proceso de aprender en el camino, de equivocarme, encontrar el lado correcto. “Lo más duro de emprender es crear equipo, encontrar esas personas adecuadas, porque deben sentir la misma pasión por la marca, que vibren con mi sueño. También hay que tener paciencia, tolerancia al fracaso porque no siempre las cosas salen como uno las espera. Me ha encantado todo este proceso, pero es claro que emprender no es para todo el mundo, es muy retador. Y todo esto requiere disciplina y pasión”, concluye.