El salario de los congresistas es un tema que genera gran sensibilidad entre los ciudadanos y controversia entre los mismos parlamentarios. Actualmente, estos funcionarios reciben $48,4 millones mensuales, una cifra que, al compararse con el salario mínimo de $1,4 millones, evidencia que un senador o representante a la Cámara gana 34,5 veces más que un trabajador promedio.
Visto de otra forma, la nómina de los parlamentarios colombianos le cuesta al Estado $14.344 millones, mientras que al año suman más de $172.137 millones.
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Es por esto que en el Congreso se discutirá, nuevamente, un proyecto para reducir el salario de los congresistas. La idea es que, cómo máximo, los legisladores perciban 20 salarios mínimos mensuales legales vigentes, es decir, $28,4 millones, con el monto aprobado para 2025.
El proyecto será liderado por el senador Iván Cepeda, que junto a 56 congresistas radicaron la propuesta de acto legislativo, es decir, que pretende cambiar la Constitución, por lo que tendrá que pasar ocho debates para que se convierta en ley.
“Van 15 años presentando proyectos en esta materia, pero no es lo único, yo he participado en iniciativas como pedirles a presidentes que por decreto se eliminen algunos de los beneficios y factores salariales. De hecho, recordemos que hubo una consulta popular llamada consulta popular anticorrupción, en el año 2018, donde 11 millones de personas votaron la primera pregunta de esa consulta, que era bajar los salarios de los congresistas”, sentenció el senador Cepeda.
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El proyecto propone que la remuneración mensual de los congresistas, no exceda los 20 salarios. Además, se establece que la remuneración se reajuste anualmente en proporción al aumento del salario mínimo y no por decreto, como ocurre actualmente.
De acuerdo con el senador, este proyecto toca solo el salario de los parlamentarios, no tocará algunas otras prestaciones como viáticos, o los recursos que se otorgan para el pago de las unidades técnicas legislativas, ya que esto podría ponerle trabas al proyecto, y como todos los demás se terminen hundiendo.
Los impactos
Si se habla solamente del salario, al mes los congresistas le cuestan $14.344 millones, quiere decir que al año son $172.137 millones. Es ahí donde juega la interpretación de los números, pues aunque el monto es muy alto, comparado con el Presupuesto de la Nación no es ni 1%.
En caso de que se apruebe la iniciativa, el país se ahorraría $86.086 millones anuales, pero no es lo único que se les paga a los congresistas.
El observatorio fiscal de la Universidad Javeriana hizo un informe sobre los gastos de las entidades y funcionarios públicos. En 2024 el Congreso empleaba 886 personas, y en total el gasto de personal representó $721.724 millones.
Ahora, desagregando esta cifra, el gasto total mensual de un senador es de $74,9 millones, y de un representante a la Cámara es de $72,8 millones.
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“En funcionamiento, lo que son representantes a la Cámara y senadores, el costo suma un total de $260.000 millones. En dado caso que se recorte todo lo relacionado al pago salarial de ellos, sería $130.000 millones lo que se ahorraría como tal. Tengamos presente el decreto de recorte del año pasado que fue de $28 billones”, precisó Mauricio Salazar, director del observatorio fiscal de la Universidad Javeriana.
Agregó que se podría hablar que ese es el tamaño del problema fiscal que enfrenta el país, si se lleva eso, y se compara con $12 billones que faltan para el Presupuesto de 2025, pues la reducción del sueldo de los congresistas no le ayudaría mucho al problema fiscal que tiene el Estado.
Si bien el Gobierno tiene en mente un plan de austeridad, estas medidas no influirían en solucionar de fondo el problema fiscal del país, por lo que para los expertos, esto no es más que una medida populista, o que busca votos.
“Cuando se pone sobre la mesa la posibilidad de que se reduzcan los salarios eso tiene un carácter no necesariamente populista, pero sí es más bien demagogia porque finalmente nadie se va a oponer a que los congresistas ganen menos y trabajen más. Ahora, eso no obtiene algún efecto práctico, real, no hay evidencia que muestre que una vez los parlamentarios reciban menos sueldo, se vuelvan más eficientes”, dijo Juan Nicolás Garzón, profesor de la facultad de Derecho y Ciencias Políticas de la Universidad de la Sabana.
Si los congresistas fueran como ejecutivos
Un congresista que gana casi $50 millones es una persona que devenga tanto como un ejecutivo en Colombia o empresario de más nivel.
De acuerdo con el Estudio de Remuneración C-level de PageGroup, con costos de 2024, una compañía con facturación mensual menor a US$30 millones, en promedio les paga a sus C-level entre $30 millones y $45 millones.
Los que más sueldo perciben son los de empresas con ventas superiores a US$201 millones, que ofrecen salarios entre $75 millones y más.
“De hecho ese es un tema que algunos congresistas dicen, que la gestión pública necesita salarios competitivos para que estén a la par de la dirección de empresas y así haya una buena atracción de talento” dijo Juan Carlos Sierra, analista de ciencias políticas de la Universidad Javeriana, pero en contraste, los niveles de educación no son los mejores y tampoco hablan de los de un ejecutivo.
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Al comienzo de la instalación del actual Congreso, un informe del Observatorio de la Universidad Colombiana encontró que 44 legisladores no tienen título profesional, es decir a penas bachilleres.
Juliana Salamanca, analista de la Universidad Nacional, encontró que el ausentismo se hacía aún más frecuente en debates del Congreso en los que se buscaba tratar los proyectos de ley anteriores pensados en la reducción salarial.
“Además siempre se ve una lluvia de impedimentos, pues muchos dicen que las altas cifras se deben a que tienen que pagar asesorías externas para configurar los estudios con los que proponen sus iniciativas legislativas” explicó la analista, por lo que “se sigue viendo como algo utópico y poco esperanzador”, declaró.
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