El movimiento de fichas en el tablero de ajedrez donde juegan las grandes potencias del mundo está cada vez más tenso, los discursos parecen subir de tono y están cruzando la delgada línea entre la amenaza y la acción. El reciente contrataque de Irán contra Israel es apenas la muestra de un botón, pues las tensiones entre la OTAN, La Unión Europea y Rusia son mucho más serias, y están moviendo los mercados.
El panorama político y económico se visualiza muy bien en el ránking de países que más comercializan armas. Y es que dicho mercado mueve una gran cantidad de dinero. El Instituto Internacional de Investigación para la Paz de Estocolmo (Sipri por su siglas en inglés) reveló que en 2019 ese comercio alcanzó los 118.000 millones de dólares, sin embargo, según cálculos del Departamento de Estado de EE.UU., esa cifra puede llegar hasta los 212.000 millones de dólares anuales.
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Lo cierto es que ese terreno tiene un líder indiscutible que está lejos de ceder el trono: Estados Unidos. La potencia norteamericana posee el 42% del mercado de exportación de armamento. Y esas transferencias van dirigidas principalmente a Arabia Saudita, Japón y Qatar (ver infografía)
Lo destacable es que EE.UU. aumentó en ocho puntos porcentuales su participación en el mercado, ya que sus ventas representaban 34% en el mercado mundial para el periodo 2014 y 2018.
Europa se fortalece
Estados Unidos no ha sido la única nación con notables avances. Francia ha tomado protagonismo en la industria de la seguridad. No por nada desbancó a Rusia de la segunda casilla y se posiciona como una de las vitrinas de armamento más apetecida en el mundo.
El país liderado por Emmanuel Macron cuenta con el 11% de las transferencias de armas hacia otras economías. Y si bien está muy lejos del líder absoluto, la exportación de estos artefactos creció 3,8 puntos entre el 2019 y el 2023. El repunte de estas ventas obedece principalmente al comercio de aviones de combate a India, Qatar y Egipto.
Las cifras revelan que Francia está aprovechando los conflictos globales y la alta demanda para fortalecer su industria armamentística, pero no es el único del viejo continente que lo está haciendo.
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De hecho, los países europeos casi que duplicaron sus importaciones en los últimos ocho años. Sus ventas crecieron 94%, un estudio de Sipri precisó que parte de este aumento obedece a las transferencias de armas por Kiev. El 23% de las armas importadas por Ucrania, entre 2019 y 2023, fueron de origen europeo. Y no para menos, pues Ucrania paso de tener un presupuesto militar de 6.000 millones de dólares en 2021 a disponer de 44.000 millones de dólares para 2022 y se ha mantenido en ese rango.
Alemania, con el 5,6% de las exportaciones mundiales; e Italia, con el 4,3%, son otros dos actores europeos en la lista y con representativa mercado en Oriente Medio.
Rusia cede en el mercado
Nadie cuestiona el poderío y la industria militar rusa, pero también es innegable que dos años de guerra en Kiev le han pasado factura. Estaba acostumbrado a ocupar el segundo lugar y le pisó los talones a EE.UU. por tres décadas, pero las exportaciones rusas cayeron 53% entre 2019 y 2023. Mientras que Rusia exportó a 31 estados en 2019, solo lo hizo a 12 el año pasado.
La nación de Vladimir Putin contó con 21% del mercado armamentístico entre 2014-2018. Ese porcentaje se redujo a un discreto 11% para el periodo 2019-2023: una caída de 10 puntos.
Los analistas creen que la guerra con Ucrania y los bloqueos económicos han limitado el comercio ruso. Además, claramente la prioridad será equipar principalmente su ejército en medio del conflicto bélico.
China es su mano amiga en medio de las limitaciones comerciales, ya que 77% de sus importaciones de armas provienen del país de Putin; sin embargo, la mayor cantidad de armas rusas (34%) van dirigidas hacia India.
Es un hecho que las tensiones geopolíticas a raíz de la guerra entre Rusia y Ucrania tienen a varios líderes mundiales preocupados y están sacudiendo el mercado de armas. Algunos países piden esfuerzos diplomáticos para frenar la escalada de muertes en Kiev (Ucrania), que a final de año cerró en casi 10.000 civiles, según datos de Naciones Unidas.
El escenario más devastador son las armas nucleares. Dichos artefactos solo han jugado un papel de preponderante amenaza para frenar el cualquier posibilidad de apoyo militar que brinde Occidente a Ucrania.
El conflicto en Medio Oriente alimenta el caldero explosivo. Y parece estar escalando de forma mucho más rápida que en Kiev, el conflicto se recrudeció en octubre del año pasado, y tan solo seis meses después, Irán atacó de forma directa a Israel.
Por ahora la marcha militar se escucha tan fuerte como las cajas registradoras de los grandes mercaderes de la guerra. No se debe desconocer que el llamado de diferentes organizaciones es a tomar decisiones con cabeza fría e insistir en la diplomacia, mientras miles de millones de dólares compran aviones, tanques, buques y armas para alimentar ejércitos.
