El ministro de Hacienda, Diego Guevara, presentó el Plan Financiero 2025 con un panorama desafiante: la economía crecerá menos de lo previsto, los ingresos del Estado siguen cayendo y el Gobierno Petro continúa gastando como si la bolsa no tuviera fondo, lo que podría elevar la percepción de riesgo en el mercado sobre la capacidad estatal para sanear las cuentas públicas.
El Ejecutivo ajustó su expectativa de crecimiento del PIB para este año, bajándola de 3% a 2,6%, mientras que espera una inflación del 3,6%. También proyecta que el dólar se moverá en promedio en $4.360 y el barril de petróleo Brent –referencia para Colombia– se cotizará en US$74,3.
Guevara destacó que, aunque el país sigue en la senda del crecimiento, el 2024 fue un año complejo en términos fiscales. La caída en el recaudo tributario golpeó las finanzas públicas, obligando a un recorte de $28,4 billones en el Presupuesto General. Además, el Estado recibió $18,5 billones menos en ingresos frente a 2023, y $13,9 billones menos de lo que había proyectado en total para el 2024.
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Con las cuentas tan apretadas, el saliente director de Crédito Público, José Roberto Acosta, indicó que el Gobierno hizo un esfuerzo para controlar el déficit fiscal (concepto que hace referencia a que el Estado gasta más de lo que ingresa), que representó el 6,8% del PIB, más del doble del 3,2% observado en 2023.
A pesar de este saldo en rojo, el ministro Diego Guevara aseguró que el Gobierno cumplió la regla fiscal, un instrumento que funciona como una suerte de “tope” y busca que el Estado no gaste más de lo que puede pagar y que la deuda no se vuelva insostenible.
Según el ministro, dentro del déficit de $90,8 billones (5,1% del PIB) que se debe financiar, hay ajustes fiscales por $18,5 billones (1% del PIB) que solo quedan en los libros y no representan un gasto real de caja.
Previo a la presentación del Plan Financiero 2025, Guevara dijo que la regla fiscal tiene elementos que deben ajustarse, como las metas de deuda y la exclusión de las vigencias futuras. “La regla es una ley de la República y la cumplimos. Ese es el punto de partida. Eso no quiere decir que el mundo y que incluso nosotros también como país no tengamos una reflexión de los ajustes que van requiriendo las reglas en el tiempo”.
No obstante, reconoció que los riesgos fiscales siguen ahí, por lo que se están revisando constantemente los ingresos para asegurarse de que las cuentas cuadren y se mantenga la estabilidad de las finanzas públicas.
¿Se cumplió o no la regla fiscal?
El economista Germán Machado, profesor de los Andes, explicó que, técnicamente, el Gobierno sí cumplió la regla fiscal, pero lo habría logrado utilizando maniobras contables.
Según sus cuentas, el Ejecutivo se autorizó a sí mismo incluir $32 billones como transacciones de única vez, es decir, como gastos que no cuentan para la regla. Ese “truco”, muy cuestionable, ya fue rechazado por el Comité Autónomo de la Regla Fiscal (Carf).
“La maniobra de Hacienda ha sido cuestionada por expertos independientes y no convence al mercado. De hecho, al final de cuentas, el Gobierno Petro está presentando el tercer peor déficit fiscal de toda la historia de Colombia y solo por detrás de la pandemia. Está presentando cifras de déficit fiscal y de deudas apenas comparables con la peor crisis económica de la historia. Con trucos no se borra esa realidad”, dijo Machado.
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No todos están de acuerdo con el cumplimiento de la regla fiscal
En esa misma línea, Luis Fernando Mejía, director de Fedesarrollo, fue claro al señalar que el déficit fiscal de 2024 estuvo muy por encima del 5,6% que había proyectado Hacienda.
“El Gobierno dice que cumplió con la regla fiscal argumentando que la caída de los ingresos fue transitoria, pero eso no es del todo cierto. Están haciendo cuentas sobre una base inflada que no existe”, advirtió Mejía. Es decir, aunque el Gobierno dice que cumplió la regla fiscal, desde Fedesarrollo consideran que no es así en su totalidad.
Además, alertó que si en 2025 no se recortan otros $28 billones al presupuesto, la regla fiscal tampoco se cumplirá este año. “Los mercados tienen paciencia, pero esa paciencia tiene sus límites. Es urgente resolver el grave problema fiscal del país”.
Mejía advirtió que el déficit fiscal de 2024 está entre los cinco más altos en 120 años de historia en Colombia. Estos son los mayores registrados: 1) 2020: 7,8% del PIB (crisis económica por la pandemia). 2) 2021: 7,0% del PIB. 3) 2024: 6,8% del PIB. 4) 1999: 6,4% del PIB (crisis económica). Y 5) 2022: 5,3% del PIB.
En la misma línea, José Ignacio López, presidente de Anif, ratificó que el déficit fiscal de 2024 fue mucho mayor al esperado. “El Gobierno proyectó en junio del año pasado un déficit del 5,6% del PIB, pero terminó siendo del 6,8%, es decir, $115 billones, $20 billones más de lo previsto”.
López explicó que “el Gobierno gastó un punto más del PIB, cerca de $16 billones, en un año en el que los ingresos fiscales estaban cayendo”.
Recordó que, en la fallida reforma tributaria del año pasado, el Gobierno Petro buscaba mover la regla fiscal para recaudar $5,3 billones (de los $12 billones que pretendía). “El Gobierno calculó que la deuda cerraría en 55% del PIB, pero terminó en 60%. Si se hubiera aprobado esa ley (la tributaria), habría sido necesario un ajuste fiscal mayor en 2025. Es decir, ni un solo peso más de deuda”.
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En su cuenta de X, el ministro Guevara le respondió a Fedesarrollo, diciéndole que, a pesar de la caída en los ingresos y los esfuerzos por recortar gastos, estiman que en 2024 el déficit bajará a 5,1%. Y reconoció que “el déficit del Gobierno aumentó frente a 2023, pero el 6,8% está en línea con la regla fiscal, el ciclo del petróleo y las TUV (Transacciones de Única Vez) que hemos justificado”.
Aunque destacó que el gasto primario se redujo, también admitió que “la caída de los ingresos fue tan fuerte que ese ajuste no logró compensar el nivel del déficit”.
Panorama complejo de las finanzas del Estado colombiano
Así como lo detalló López, Jackeline Piraján, economista principal de Scotiabank Colpatria, advirtió que el déficit fiscal de 2024 fue mayor al esperado y que Colombia enfrenta un panorama complejo en deuda y financiamiento. “El Gobierno proyectó un déficit del 5,6% del PIB, pero terminó siendo del 6,8%, debido a una caída en los ingresos de 0,8% del PIB. Aunque la economía creció casi en línea con lo previsto, esto no se tradujo en un mayor recaudo de impuestos, lo que plantea dudas para el mediano plazo”.
Sobre el gasto, Piraján señaló que persisten inflexibilidades que impiden recortarlo más, a pesar de los esfuerzos del Gobierno. Además, “Colombia enfrenta un mayor costo por su carga de deuda, tanto externa como interna, lo que representa una parte significativa del déficit”.
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A pesar de esto, el Ministerio de Hacienda aseguró que se cumplió con la regla fiscal. Según él, la caída de ingresos por menores precios y producción de carbón fue una transacción de única vez. Sin embargo, Piraján advirtió que este punto aún debe ser evaluado por el Carf.
De cara a 2025, el panorama sigue siendo desafiante: “El Gobierno proyecta un déficit del 5,1% del PIB, lo que mantendría la deuda pública en torno al 60% del PIB y generaría altas necesidades de financiamiento”, explicó el funcionario.
Continuó que existen riesgos en los ingresos fiscales para este año, lo que podría requerir nuevos recortes en el gasto y un mayor esfuerzo para mantener el balance presupuestal. “El costo de la deuda seguirá siendo alto y el equilibrio entre ingresos y gastos sigue siendo un reto. Será clave seguir la evaluación del Carf, que jugará un papel determinante en la vigilancia del cumplimiento de la regla fiscal en los próximos años”.
¿Qué dice el Carf sobre el cumplimiento de la regla fiscal?
Astrid Martínez, presidenta del Comité Autónomo de la Regla Fiscal, alertó que el cumplimiento de la regla fiscal en 2024 no está tan claro como lo plantea el Gobierno, debido a que la caída en los ingresos tributarios no fue un evento transitorio.
“El Gobierno ha dicho que cumplió la regla fiscal, pero para que eso sea una realidad debe presentar un informe al Congreso, y el Carf se pronunciará en su momento”, explicó Martínez en entrevista con el periódico El Tiempo.
Según las proyecciones del Comité, el déficit fiscal superó la meta establecida, con ingresos que quedaron $21 billones por debajo de lo proyectado.
Además, visibilizó los serios problemas de caja: “Los depósitos del Banco de la República cerraron 2024 en $3,7 billones, muy por debajo del promedio histórico de $13,6 billones”.
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Sobre uno de los principales puntos de desacuerdo con el Ministerio de Hacienda, que es la consideración de ciertas transacciones como “de única vez”, Martínez describió que “hay eventos puntuales, como desastres naturales, que sí encajan en esta categoría. Por ejemplo, el Gobierno nos presentó $1,9 billones relacionados con la emergencia climática del año pasado, y para nosotros eso es válido. Pero la caída del recaudo o el abuso de deducciones fiscales no son sorpresas, por lo que no pueden considerarse factores transitorios”.
También enfatizó en que, aunque la regla fiscal puede no cumplirse en ciertos momentos, la sostenibilidad de las finanzas públicas “está consagrada en la Constitución y no es un asunto menor”. Según la ley, si el Gobierno no cumple, “debe explicar por qué y qué acciones tomará para retomar la senda fiscal”.
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¿Qué pasa si el Gobierno nacional no cumple la regla fiscal?
Si el Gobierno no cumple con la regla fiscal, las consecuencias pueden ser graves para la economía colombiana. Según el exministro de Hacienda, José Manuel Restrepo, los resultados fiscales de 2024 son preocupantes y dejan “serias dudas técnicas sobre si se cumplió o no la regla fiscal”. Uno de los principales problemas es el incremento de la deuda pública, que “después de tres años de disminución, aumenta de forma significativa del 53,8% al 60% del PIB”, lo que pone en riesgo la sostenibilidad financiera del país.
Además, el déficit fiscal, que subió al 6,8% del PIB, es comparable al de un año de pandemia y, como advierte Restrepo, “Colombia llevaba tres años bajándolo y vuelve a aumentarlo”, lo que representa un retroceso en la disciplina fiscal.
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A esto se suma la caída de los ingresos tributarios en más de $18 billones, debido a “un bajo crecimiento, ‘cuentas alegres’ por ingresos que no se iban a cumplir y tributos que eran inconstitucionales”.
Para el exministro, el argumento del Gobierno sobre supuestas “transacciones de única vez” para justificar la caída del recaudo no es válido, ya que esto se debe a “una mala estimación de ingresos o mal diseño de tributos”.
En este contexto, advierte que “difícilmente calificadoras e inversionistas se creerán este cuento” y que Colombia enfrenta un “riesgo de más costo de deuda y pérdida de credibilidad en el manejo macroeconómico”.
