La disputa entre Ucrania y Rusia podría encarecer aún más el precio de la papa y de los alimentos en general en Colombia. La razón es que esos países están entre los principales proveedores de insumos para la agroindustria nacional, sumado a que el Puerto de Odesa –el más importante de Ucrania–, desde donde se despacha buena cantidad de suplementos, está siendo afectado por los combates.
Rodolfo Correa, quien preside el Consejo Nacional de Secretarios de Agricultura de Colombia (Consa), fue uno de los primeros en alertar la situación. Explicó que entre los fertilizantes que demandan los productores nacionales hay cuatro que representan el 75%. En ese grupo el más importante es la urea, que en un 42% proviene desde Ucrania y Rusia.
Y no es cualquier cosa. La urea es el fertilizante más usado en el mundo, primordialmente porque mejora el rendimiento en los cultivos. Papa, arroz, maíz, caña de azúcar y hortalizas están entre los –muchos– alimentos en cuya producción se emplea ese compuesto.
De tal magnitud es la situación que el propio ministro de Hacienda, José Manuel Restrepo, admitió que la crisis entre Rusia y Ucrania podría elevar los costos de agroquímicos e insumos para la producción agropecuaria. Eso a su vez contribuiría a “un incremento de los precios del sector agropecuario en el mundo entero”.
La coyuntura tiene un tinte de incertidumbre bastante alto teniendo en cuenta que en Colombia ha habido una tormenta perfecta que llevó el costo de vida al nivel más elevado de los últimos años; a enero la inflación anual en el país se ubicó en 6,94%, mientras que en los alimentos llegó a 19,94%.
Todo esto por cuenta de la crisis logística y escasez de contenedores que cercaron al comercio internacional desde mediados del año pasado, así como por los efectos adversos del Paro Nacional en el país y, más recientemente, el ataque cibernético a las plataformas del Invima que retrasó procesos de internacionalización de mercancía.
En tal sentido, Rodolfo Correa dijo que “urgen medidas del Gobierno Nacional para evitar lo que podríamos denominar ‘una pandemia alimentaria en Colombia’”
Consideró que es indispensable suspender “el IVA sobre la comercialización de insumos agrícolas, y sobre los alimentos, especialmente los asociados a la canasta familiar” así como “los impuestos asociados al consumo de alimentos en general”.