“Casi todos los sectores económicos representados en las variables del Imae explicaron la reducción. A excepción de las exportaciones, la producción de cerdo y la demanda eléctrica, los demás indicadores registraron disminución anual en el primer trimestre del año”, se describió.
Le puede interesar: El 2024 será de estabilización para la economía de Antioquia
La situación es de máxima preocupación, porque si bien es cierto que la economía colombiana atraviesa por un momento de desaceleración, que se reflejó en el tenue crecimiento del 0,7% en el primer trimestre, Antioquia sigue teniendo un peor desempeño que el promedio nacional.
Sobre los principales sectores que mueven la economía paisa se observó, en el caso de la industria, un descenso de 9,6% en la producción real y de 10% en las ventas reales. “A pesar de su reciente moderación, el elevado nivel de precios y los altos costos de financiamiento debilitaron nuevamente la demanda interna, a lo que se sumó la baja en las exportaciones industriales, derivando en menores necesidades de producción con el fin de limitar la acumulación de inventarios”.
Podría interesarle: Lo que cambia de la pensional tras aprobarse con texto de Senado y desechar el de Cámara
El informe del Banrep encontró una caída más pronunciada en la producción de textiles y confecciones debido a los bajos requerimientos para los diferentes canales de distribución y las ventas externas. También hubo registros negativos en minerales no metálicos por la menor demanda de materiales de construcción, y así mismo restó el grupo de alimentos y bebidas.
También puede leer: Comercio colombiano completó 14 meses en terreno negativo; se acrecienta la crisis de las ventas
En el comercio, otro bastión de la actividad productiva en esta zona del país, hubo resultados mixtos. Así, la comercialización de motocicletas y la confianza del consumidor retornaron a terreno positivo; las ventas minoristas, incluidas las de vehículos, continuaron aminorando su descenso; mientras la ocupación hotelera, por su parte, aceleró su retroceso.
A marzo de este año, las ventas del comercio minorista descendieron 2,6%, siendo la principal razón la baja demanda “asociada a una mayor cautela por parte de los consumidores debido a los altos precios de los bienes”.
La comercialización de ropa y calzado, así como de autopartes, fueron las más afectadas durante la primera parte del año. Las primeras mostraron contracciones del 14,6%, mientras en el caso de las segundas la baja dinámica se vio en un desempeño 12,9% menor.
En el caso del comercio exterior hubo un incremento en las exportaciones del 0,1%. “El mayor promotor fueron los embarcos de banano, que crecieron 85,9%, en especial por el alza de las compras desde Bélgica, Italia y Reino Unido”. No obstante, en el oro, principal producto despachado desde estas montañas, hubo un retroceso del 7%, debido a los menores envíos.
Entérese: ¿Señales de recuperación? Industria colombiana registró alzas en producción y ventas para abril de 2024
De acuerdo con Saúl Pineda Hoyos, director del Centro de Pensamiento de la Universidad EIA, “la actividad económica regional, que había quedado con aire en la camiseta después de la franca recuperación del año 2021, ha entrado en terreno pedregoso después del balance final de 2023”.
En las previsiones de ese Centro de Pensamiento, este año se esperaría un mejor desempeño de las exportaciones no minero- energéticas de Antioquia, que permitiría superar la cifra de US$4.000 millones que se habían alcanzado en el año 2022.
“En medio de este balance desafiante sobre las perspectivas de la economía regional, resultará clave la reafirmación de la confianza entre las instituciones locales”, agregó Saúl Pineda.
Según la Universidad EIA, este año será clave apostarle al turismo sostenible, atender los retos competitivos para el sector textil y de confecciones, aunque hay dudas sobre la reactivación de ramos como construcción, en ausencia de políticas que lo permitan.
En este punto es de mencionar que entre enero y marzo el sector de la construcción en Antioquia observó un comportamiento regular, con menores despachos de cemento para edificaciones y bajas aprobaciones en licencias de construcción.