Cerca del 50% de las transacciones que se adelantan en Venezuela se cierran en dólares. La dolarización del vecino país es una realidad que llegó por la fuerza del mercado y la necesidad de estabilizarlo. La particularidad es que no fue por política de su Gobierno, como normalmente suele ocurrir, de hecho, el manejo de esa transición se salió de la manos del propio presidente Nicolás Maduro.
Lo cierto, es que el manejo de la divisa estadounidense es tan común en Venezuela que nadie creería que Hugo Chávez restringió su circulación e, incluso, en su momento hubo sanciones penales por su uso en 2003.
Esos días quedaron atrás. EL COLOMBIANO hizo el ejercicio de revisar en el conocido supermercado Central Medeirense, de la Avenida Presidente Medina, en Caracas.
La cotización fue de un sixpack de cerveza Corona (US$2,09), 800 gramos de arroz Zafiro, (US$1,25), un paquete de papel higiénico Rosal Plus de cuatro unidades (US$4,41), un litro de leche Purísima (US$2,05), una bolsa de pan integral de 650 gramos, (US$4,10); 30 huevos (US$4,99); y una Pepsi Cola de dos litros (US$1,54).
Si bien, el retail brindó la posibilidad de pagar 787,30 bolívares por la compra, principalmente la mercancía se ofrece en dólares y por defecto se cobró US$19,14 por los siete productos.
Incluso, ciudadanos venezolanos confirman que los salarios se siguen pagando en la moneda local, pero las tarifas del transporte público, la compra de gasolina, el comercio informal, la compra en una tienda de barrio, también funcionan con dólares. De hecho, ya hay cajeros automáticos para retirar dicha divisa.
La génesis
Pero, ¿cómo se empezó a dar la situación?, de acuerdo con empresarios, agentes aduaneros, y comerciantes de ese país, la dolarización arrancó de forma informal ante la crisis económica y una hiperinflación que alcanzó 9.585% en 2019. La moneda local se devaluó a tal punto que se necesitaban grandes fajos de billetes para pagar un pasaje de bus o comprar cosas sencillas y de primera necesidad.
Mario Zambrano Miranda, docente de Economía de la Universidad Libre de Cúcuta (Norte de Santander), explicó que el fenómeno se conoce como una dolarización de facto, lo que implica que no fue inducida por el Gobierno.
Según el analista e investigador, el problema que llevó al vecino país a acoger la divisa norteamericana no surgió de la noche a la mañana y obedece a una serie de malas decisiones de la administración chavista desde 1999 a la fecha.
Un enfoque en el extractivismo, las políticas proteccionistas, poca producción y dependencia de importaciones, así como la culminación de la bonanza petrolera y sanciones comerciales, terminaron por socavar la economía y desatar la crisis.
Se perdió la confianza y la credibilidad en la moneda venezolana. El Gobierno trató de recuperarla con medidas desesperadas que lo llevaron en 13 años a eliminar 14 ceros de valor nominal del bolívar. Y no funcionó.
Miranda señaló que a la situación se suma que el Banco Central de Venezuela se convirtió “en la caja menor del chavismo y perdió la autonomía sobre la política monetaria”. Asimismo, el uso mayoritario del dólar es un problema de legitimidad para el Gobierno de Nicolás Maduro, que pese a no estar de acuerdo con la dolarización terminó por flexibilizar normas para adelantar transacciones en otras divisas.
Luego, decretó un impuesto a las transacciones con otras monedas en 2022, pero su uso y dinamismo se ha mantenido, lo cual es una clara señal que retroceder el proceso no es tarea fácil.
El fortalecimiento
Y es que desde el punto de vista de trabajadores y empresarios el uso del dólar es visto con buenos ojos porque además de facilitar las transacciones, también ha fortalecido la economía y la confianza de los inversionistas extranjeros.
Las cifras hablan solas. El Fondo Monetario Internacional (FMI) sostuvo en su más reciente informe de perspectivas económicas que Venezuela está mostrando signos de recuperación. Proyecta que para este año la economía venezolana sea la segunda de mayor crecimiento, con un 4%.
De hecho, el organismo internacional prevé que para 2024 la actividad económica en el vecino país se expanda 4,5%, convirtiéndose en la de mejor comportamiento en Suramérica.
Los analistas creen que ese pronóstico se debe a la mayor producción de crudo de Chevron y a la dolarización, ya que esta última ha facilitado la reactivación del comercio extranjero.
Para el empresario Juan José Cañas, gerente de la compañía venezolana del sector organizacional Pando Network LLC, las ventajas del uso de otras divisas son evidentes. Esto, porque las empresas compran materias primas en dólares y venden sus productos terminados en esa misma moneda, lo que ayuda a mantener una estructura de costos clara.
El empresario destacó que las sanciones comerciales son para el Estado y para las empresas que tengan como mayor accionista al Gobierno, pero no para las demás organizaciones. Por esa razón, muchas compañías optaron por abrir cuentas bancarias en Estados Unidos y fortalecer relaciones.
“Esto nos está ayudando, hoy Venezuela está exportando mucho ron, camarones y cangrejo azul, que sirven en el comercio y en los hoteles de Miami”, dijo.
Los frutos se ven. Datos de la Cámara Venezolano - Americana de Comercio e Industria (VenAmcham) dan cuenta que las exportaciones venezolanas a EE. UU. fueron de US$1.396 millones y crecieron un 555,7% en el primer semestre de 2023, frente al mismo lapso de 2022.
Otro hecho, es que en la frontera con Colombia está con mayor reactivación. Así lo confirma Henry Yesid Sarmiento, un agente aduanero y empresario de operadoras logísticas.
El comercio en la frontera se adelanta en pesos colombianos; sin embargo, la mayor parte de los venezolanos cruzan a territorio colombiano con dólares para abastecerse de alimentos, por lo que acuden a las casas de cambio cucuteñas, lo que representa un comercio relevante para Norte de Santander.
Esa dinámica está más robusta desde el restablecimiento de las relaciones. Víctor Manuel Méndez, presidente de la Cámara Colombo Venezolana del Oriente, proyecta que este año el comercio entre Colombia y Venezuela cierre en cerca de US$1.000 millones. La proyección para 2024 es más ambiciosa y se espera que sume los US$2.000 millones.
Lo cierto es que el panorama no deja de ser confuso para Venezuela, que hoy mantiene una dualidad monetaria y debate entre rescatar el bolívar o establecer por completo la dolarización. Una decisión difícil de aceptar para un Gobierno que habló de “imperialismo yanqui”, pero que de a poco a dado el brazo a torcer ante la moneda norteamericana para levantar la economía venezolana.