En el mundo se habla de una crisis internacional en el mercado del cacao a raíz de la baja producción en África, principal abastecedor del mundo. Y en Colombia los productores aprovechan la bonanza, mientras los fabricantes de chocolates se las ingenian para mitigar y absorber los altos costos de la materia prima. ¿Hay crisis en Colombia?
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Un primer paso es entender la actualidad del mercado: el precio del cacao en la bolsa de Nueva York casi que se ha triplicado en el último año. Eso obedece a que África, principalmente Costa de Marfil y Ghana, suministran cerca del 70% de la producción mundial, pero en este momento atraviesa por dificultades. Está azotada por las intensas lluvias, que también trajeron una ola de enfermedades a los cultivos.
Basta con echar un vistazo rápido a la curva de los precios futuros del cacao para ver reflejado el impacto de la coyuntura en el mercado bursátil.
El jueves 8 de febrero, Wall Street registró un valor de 5.874 dólares por tonelada métrica de dicho grano, un incremento de 40% frente a principios de año. El hito no fue ese, sino que superó el máximo histórico registrado en 1977, cuando los titulares de los principales periódicos registraron 5.379 dólares por tonelada.
La escalada no se detuvo y siguió creciendo. Hoy se ubica en los 7.400 dólares, pero incluso llegó a alcanzar los 8.034 dólares el 12 de marzo de este año, luego cedió un poco (ver infografía).
Claramente los agricultores africanos tienen serios problemas para cubrir la demanda. La Organización Internacional del Cacao (ICCO) espera que la producción mundial de ese grano caiga un 10,9%. El déficit sería de 374.000 toneladas esta temporada, frente a las 74.000 toneladas que faltaron la temporada pasada.
Sin embargo, en Colombia los productores colombianos no están preocupados. Hay que entender que este mercado nacional tiene una participación de 1,5% de la producción mundial. Aún así, está en el puesto 10 de los productores mundiales y el quinto en Latinoamérica.
El año pasado, el país produjo unas 60.000 toneladas, se exportaron cerca de 4.000 y se importaron tan solo unas 200.000. En otras palabras, eso quiere decir que Colombia es autosuficiente en el cultivo de este grano. La demanda anual es de cerca de 45.000 toneladas.
De hecho, Eduard Báquero López, presidente ejecutivo de Fedecacao, sostiene con cierta tranquilidad que la industria y los consumidores en Colombia pueden estar tranquilos, pues la producción para abastecer al país está garantizada.
De hecho, si se le habla de crisis a un productor nacional, probablemente no estará de acuerdo, pues están gozando de la bonanza, ya que Colombia está sujeto a los precios de Wall Street.
“Hay que aprovechar estos momentos para fortalecer las plantaciones y la productividad. Estos no va a durar siempre y en algún momento van a bajar”, advirtió el presidente de Fedecacao.
La otra cara
La otra cara de la moneda es la de los industriales que necesitan de la materia prima para producir golosinas, confitería y chocolates, lo que ha encarecido estos precios para el consumidor final.
En Estados Unidos el comercio y los fabricantes de chocolate han tenido que hacer maromas para absorber parte del impacto. Una investigación de la firma Circana da cuenta que las tiendas minoristas estadounidenses cobraron un 11,6% más por los productos de chocolate el año pasado frente a 2022.
Esa misma discusión se ha tenido en el Consejo Nacional Cacaotero que lidera el Ministerio de Agricultura y del que participa la Andi y Fedecacao. La preocupación de los industriales es que estos productos también están sujetos a una presión adicional: los impuestos saludables que entraron en vigencia en noviembre de 2023 y que cobran un impuesto al consumidor de 15% y aumentará al 20% a finales de año.
“Este incremento impositivo, sumado al alza en el costo de la materia prima, podría intensificar el impacto sobre los precios al consumidor, afectando potencialmente el consumo y la demanda de productos derivados del cacao”, dijo la Cámara de Alimentos.
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Lo cierto es que por ahora no es más que una advertencia, dichos alimentos no han escalado mucho en su precio a raíz de los costos del cacao. La Andi reconoce que las empresas han logrado mitigar los efectos en la volatilidad del precio de la materia prima en cuestión.
“Ha sido posible mediante una gestión eficiente de inventarios y el uso de coberturas financieras. Esta planificación proactiva ha permitido a la industria sortear parcialmente la reciente coyuntura de incremento en los precios del cacao”, explicó.
Todo no es color de rosa, la sostenibilidad de estas estrategias a largo plazo podrían verse desafiadas si los precios del cacao se mantienen en niveles máximos históricos.
Por ahora la realidad, es que el consumidor final sigue demandando estas golosinas y chocolates pese al impuesto saludable y al golpe de la inflación en el poder adquisitivo, lo que habla muy bien del equilibrio del mercado chocolatero y cacaotero en Colombia, que a su vez se ve respaldado por nuevas inversiones como la de $10.000 millones que anunció recientemente Nutresa.