En los meses pasados, el Dane ya había completado las dos primeras fases que consistieron en el autodiligenciamiento web, que se extiende hasta el 30 de septiembre, cuando las empresas grandes y medianas reciben un correo electrónico para autodiligenciar su información en la plataforma del Dane. Y el recuento, que empezó en julio, con un equipo de casi 10.000 censistas, quienes visitan cada rincón de las áreas urbanas del país para contar las actividades económicas existentes.
Ahora, esta nueva etapa del censo se centrará en visitar establecimientos comerciales, viviendas que realicen actividades económicas y vendedores informales en las zonas urbanas de Colombia.
El objetivo es claro: llegar a 3,5 millones de establecimientos para obtener una radiografía precisa de la economía urbana del país. Para ello, se han desplegado más de 8.000 censistas y supervisores por todo el territorio nacional.
Uno de los aspectos más destacados de este censo es la incorporación, por primera vez, de un componente étnico-racial. Según explicó Andrea Ramírez Pisco, subdirectora del Dane, “el censo visibiliza el rol de comunidades indígenas, afrocolombianas, palenqueras, raizales y Rrom en la economía de Colombia, permitiendo identificar cómo sus saberes ancestrales y tradicionales se integran en las actividades económicas del país”.
Este enfoque busca resaltar el impacto que estas comunidades han tenido en sectores como el comercio local y la producción artesanal.
Además de la recolección de datos mediante entrevistas presenciales, el Dane ha implementado un sistema de autodiligenciamiento digital. Desde junio, más de 2.000 empresas del sector transporte y 2.600 entidades de diversos sectores, como la Administración Pública y los Servicios Financieros, han participado en este censo.
Este mes, alrededor de 30.000 empresas de la industria manufacturera, el comercio y los servicios se sumarán a este proceso.
Urdinola precisó que el censo económico no solo busca contar con estadísticas actualizadas de la economía urbana, sino también brindar herramientas que permitan identificar debilidades y fortalezas en los negocios locales.
Para la empresaria Arlen Karen Acero Rivera, la primera en recibir el sello de “Censado”, el proceso fue rápido y sencillo. “En menos de 15 minutos respondí las preguntas, y me siento segura de que la información que proporcioné ayudará a mejorar nuestra actividad económica”, comentó.
Al final, el Dane hizo un llamado a la ciudadanía y a los empresarios a colaborar con los censistas, ya que su participación es clave para el éxito de esta operación estadística, la más grande de los últimos años en el país.
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