El decrecimiento de 0,3% en la economía para el tercer trimestre de este año le cayó como un baldado de agua fría al Gobierno, que estaba ilusionado con el buen desempeño del primer semestre.
El ministro de Hacienda, Ricardo Bonilla, contó que ese mal dato hizo que los técnicos de su cartera tuvieran que recalcular sus proyecciones, y ahora se espera que el crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) sea apenas de 1% para el cierre del año y no de 1,8% como se estimaba a mediados de 2023.
Por eso se requieren medidas contracíclicas que puedan inyectar dinamismo rápidamente, que hagan que las cifras mejoren y el país no termine cayendo en una recesión.
“¿Cómo hacemos para no caer en un cuarto trimestre negativo, cuando ya va por la mitad? Desde hace cinco meses tenemos un plan de choque en marcha, hay recursos para sacar adelante obras civiles y construcción de vivienda. Necesitamos que el sector privado nos ayude a habilitarlas”, dijo el ministro Bonilla.
Pero ese indicador del tercer trimestre no solo afecta el desempeño de 2023, el mismo ministro aseguró que el desempeño de 2024 será de apenas 1,5% y en 2025 el país volvería al acostumbrado 3% de crecimiento.
“En 2025 salimos de esta pesadilla de la pandemia, porque apenas estamos despertando, en este momento estamos viviendo el guayabo de la pandemia. La coyuntura no está para celebrar, sino para evitar una recesión”, señaló el ministro.
Con ello se refiere a que luego de la parálisis económica de la crisis del covid-19, la economía creció tan desbordadamente, que el aterrizaje está siendo muy duro y lo seguirá siendo por los próximos meses.
Cuentas desajustadas
El ministro Bonilla habló también de varias preocupaciones, entre ellas la falta de recursos para 2024, luego de que la Corte Constitucional declarara inexequible la no deducibilidad de las regalías en el sector extractivo, con lo que se pretendía aumentar el impuesto de renta de esas empresas.
“La decisión de la Corte nos deja sin $3,8 billones de la reforma tributaria, pero por ese mismo motivo ya este año tuvimos retenciones en la fuente que serán reclamados, el acumulado de $6,5 billones”, indicó el ministro.
Pero, además, contó que otra decisión de la Corte dice que cuando se presentan estas necesidades de recorte de presupuesto debe darse por igual en las tres ramas del poder público y las entidades de control: “No queremos tocar la inversión, porque la necesitamos. El recorte debe estar en los gastos de funcionamiento, por eso el presidente dice que habrá una fuente vía los altos salarios del Estado, pero eso no es suficiente, es un mensaje de equidad, del todos ponemos”.
Más tarde, en rueda de prensa, el ministro aseguró que pueden ser considerados salarios altos los que sean superiores a $10 millones mensuales.
Sin embargo, el congelamiento de los salarios no alcanza para cubrir el billonario hueco que se abre para la siguiente anualidad, por lo que se mirarán otras políticas de austeridad.
¿La regla fiscal?
El ministro también aprovechó el espacio para explicar el alcance de la revisión de la regla fiscal que se viene proponiendo desde el Gobierno.
Es de recordar que la regla fiscal es una norma que limita la disposición de los recursos del Estado, especialmente el nivel de endeudamiento y el pago a la deuda.
Bonilla aseguró que “en 2024, dada la situación de endeudamiento, pasamos de tener 48% del PIB en deuda al 60%, eso nos dejó en una situación en que los vencimientos de la deuda estén grandemente concentrados en 4 años, hasta el 2026. Por eso, es momento de discutir la regla fiscal, que le da prioridad a la deuda y le quita espacio a la inversión, sin necesidad de acabarla”.
*Enviada especial a Cartagena, por invitación de la CCI.
El decrecimiento de 0,3% en la economía para el tercer trimestre de este año le cayó como un baldado de agua fría al Gobierno, que estaba ilusionado con el buen desempeño del primer semestre.
El ministro de Hacienda, Ricardo Bonilla, contó que ese mal dato hizo que los técnicos de su cartera tuvieran que recalcular sus proyecciones, y ahora se espera que el crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) sea apenas de 1% para el cierre del año y no de 1,8% como se estimaba a mediados de 2023.
Por eso se requieren medidas contracíclicas que puedan inyectar dinamismo rápidamente, que hagan que las cifras mejoren y el país no termine cayendo en una recesión.
“¿Cómo hacemos para no caer en un cuarto trimestre negativo, cuando ya va por la mitad? Desde hace cinco meses tenemos un plan de choque en marcha, hay recursos para sacar adelante obras civiles y construcción de vivienda. Necesitamos que el sector privado nos ayude a habilitarlas”, dijo el ministro Bonilla.
Pero ese indicador del tercer trimestre no solo afecta el desempeño de 2023, el mismo ministro aseguró que el desempeño de 2024 será de apenas 1,5% y en 2025 el país volvería al acostumbrado 3% de crecimiento.
“En 2025 salimos de esta pesadilla de la pandemia, porque apenas estamos despertando, en este momento estamos viviendo el guayabo de la pandemia. La coyuntura no está para celebrar, sino para evitar una recesión”, señaló el ministro.
Con ello se refiere a que luego de la parálisis económica de la crisis del covid-19, la economía creció tan desbordadamente, que el aterrizaje está siendo muy duro y lo seguirá siendo por los próximos meses.
Cuentas desajustadas
El ministro Bonilla habló también de varias preocupaciones, entre ellas la falta de recursos para 2024, luego de que la Corte Constitucional declarara inexequible la no deducibilidad de las regalías en el sector extractivo, con lo que se pretendía aumentar el impuesto de renta de esas empresas.
“La decisión de la Corte nos deja sin $3,8 billones de la reforma tributaria, pero por ese mismo motivo ya este año tuvimos retenciones en la fuente que serán reclamados, el acumulado de $6,5 billones”, indicó el ministro.
Pero, además, contó que otra decisión de la Corte dice que cuando se presentan estas necesidades de recorte de presupuesto debe darse por igual en las tres ramas del poder público y las entidades de control: “No queremos tocar la inversión, porque la necesitamos. El recorte debe estar en los gastos de funcionamiento, por eso el presidente dice que habrá una fuente vía los altos salarios del Estado, pero eso no es suficiente, es un mensaje de equidad, del todos ponemos”.
Más tarde, en rueda de prensa, el ministro aseguró que pueden ser considerados salarios altos los que sean superiores a $10 millones mensuales.
Sin embargo, el congelamiento de los salarios no alcanza para cubrir el billonario hueco que se abre para la siguiente anualidad, por lo que se mirarán otras políticas de austeridad.
¿La regla fiscal?
El ministro también aprovechó el espacio para explicar el alcance de la revisión de la regla fiscal que se viene proponiendo desde el Gobierno.
Es de recordar que la regla fiscal es una norma que limita la disposición de los recursos del Estado, especialmente el nivel de endeudamiento y el pago a la deuda.
Bonilla aseguró que “en 2024, dada la situación de endeudamiento, pasamos de tener 48% del PIB en deuda al 60%, eso nos dejó en una situación en que los vencimientos de la deuda estén grandemente concentrados en 4 años, hasta el 2026. Por eso, es momento de discutir la regla fiscal, que le da prioridad a la deuda y le quita espacio a la inversión, sin necesidad de acabarla”.
*Por invitación de la CCI.
1%
es la perspectiva de crecimiento económico para el cierre de 2023 del MinHacienda.