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Más tinto amargo para los cafeteros: así está la puja por quién debe manejar el Fondo Nacional del Café

El presidente Petro reabrió el debate sobre si los recursos de los cafeteros deben seguir manejados por Fedecafé o si el Gobierno debe tomar el control. Le explicamos en qué consiste este Fondo y por qué es tan importante.

  • La contribución de los cafeteros al Fondo es de 6 centavos de dólar estadounidense por cada libra de café verde exportado: 1,08 para café tostado, 0,48 para soluble y 0,36 para extracto de café. FOTO manuel saldarriaga
    La contribución de los cafeteros al Fondo es de 6 centavos de dólar estadounidense por cada libra de café verde exportado: 1,08 para café tostado, 0,48 para soluble y 0,36 para extracto de café. FOTO manuel saldarriaga
19 de agosto de 2023
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De la bonanza a la crisis, así se podría describir lo que ha sido este año para la Federación Nacional de Cafeteros (FNC): a la caída del precio del grano, los escándalos internos que le costaron el cargo a varios directivos, y la ya declarada amenaza de un posible paro cafetero como el de 2013, se sumó ahora la pugna por quién debe seguir administrando el Fondo Nacional del Café (FoNC).

Y es que a casi cuatro meses de la elección y posesión de Germán Bahamón como gerente general de la FNC, la relación con el presidente Gustavo Petro no parece mejorar. Por el contrario, el Jefe de Estado no ha desaprovechado oportunidad para demostrar su disgusto con la dirigencia del gremio.

“Tenemos una Federación que vive como en la vieja época del café, mientras que hay otro mundo cafetero que está empobrecido y vive en las regiones excluidas”, fueron las palabras que lanzó el presidente Petro en su encuentro con caficultores en Pitalito, Huila.

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Estas declaraciones fueron como leña al fuego, pues el mandatario aprovechó para advertirle a la Federación que, o se reestructura, o le quita el manejo del FoNC.

La respuesta de Bahamón no se hizo esperar. Al día siguiente del evento afirmó a medios de comunicación que “el presidente está pidiendo una reestructuración y a eso llegué yo, a transformar la Federación”.

Pero el gerente de la FNC aclaró que no está de acuerdo con que se le quite el Fondo a los cafeteros, pues, dijo, “la federación ha demostrado en 96 años que ha sido responsable en la reinversión de esos fondos en la caficultura, por eso es el producto agrícola número uno y el producto exportable no minero número uno”.

Agregó que “si la FNC no hubiera actuado como lo hizo con el FoNC y con la banca internacional para proteger a las 33 cooperativas de cafeteros, hoy no tendríamos un sistema cooperativo, ni la posibilidad de ejercer la garantía de compra”.

Y aunque el interrogante es qué quiere exactamente reformar el presidente Petro, para Bahamón los cambios que se planean están en aspectos como eficiencia, austeridad y potencialización del consumo en el exterior.

Pero, ¿qué es el Fondo del Café?

Según lo describe la Federación, se trata de una cuenta parafiscal —impuestos extraídos de un grupo social o económico para ser distribuidos dentro del mismo— conformada por dineros considerados públicos, que se nutre principalmente de la contribución cafetera pagada por cada libra de café exportado (verde, tostado, soluble o en extracto).

Fue creado en 1940 y desde entonces, y cada 10 años, el Gobierno ha suscrito contratos para que sea la FNC quien lo administre. El último fue en 2016, por lo que está vigente hasta 2026.

La contribución que hacen los cafeteros al Fondo es de 6 centavos de dólar estadounidense (US¢) por cada libra de café verde exportado, US¢ 1,08 para café tostado, US¢ 0,48 para soluble y US¢ 0,36 para extracto de café.

A estos se suman los ingresos provenientes de la comercialización del café liofilizado a través de Buencafé (Buendía) y los aportes provenientes del uso de la marca Juan Valdéz.

Y en contraprestación por administrar el Fondo, la FNC recibe una suma anual que no puede exceder el equivalente a 3 centavos de dólar por libra del total de las exportaciones del país.

“Cabe anotar que se trata de un tope máximo, lo cual no significa que esto sea lo que se cobre. El tope actual es de 2,5%, tarifa que estuvo vigente durante 10 años y que, ajustada por inflación, equivale hoy al referido 3%”, explicó el gremio.

¿Y qué se hace con esa plata?

El último informe de gestión de la Federación dio cuenta de que el año pasado el Fondo Nacional del Café obtuvo ingresos por US$890 millones, de los cuales US$585,7 millones provienen de la comercialización de café verde, US$210,9 millones de Buencafé y US$93,4 millones de la actividad institucional.

En total, según la FNC, en 2022 el Fondo consolidó un patrimonio de US$528 millones, sin incluir la provisión de la Flota Mercante Gran Colombiana y los efectos de los retrasos en los compromisos de compra de café con entrega futura.

Con estos ingresos, más los excedentes derivados de actividades comerciales, el Fondo financió bienes y servicios públicos para los cafeteros por US$95,5 millones.

Álvaro Jaramillo, director del Comité de Cafeteros de Antioquia, explicó a este diario que los recursos obtenidos a través del Fondo se destinan principalmente a financiar la investigación científica y tecnológica —a través del Centro Nacional de Investigaciones del Café (Cenicafé)—; el servicio de extensión, que incluye coordinadores y técnicos que recorren las fincas en el país; la garantía de compra; y la publicidad, promoción y protección de marca, como la de Juan Valdéz.

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Adicional a esto, de ese dinero también se saca un porcentaje para los pagos de la Flota Mercante Grancolombiana, un pasivo pensional de cerca de 850 exempleados. Y una responsabilidad que desde hace 20 años asumió el Fondo y cuyo pago oscila en $60.000 millones al año, aunque la queja siempre ha sido que este debería asumirlo el Estado.

Precisamente, esa fue una de las críticas lanzadas por el ministro de Hacienda, Ricardo Bonilla, quien afirmó que se revisará la razón por la cual todavía el pasivo de la Flota pesa tanto en el uso del Fondo del Café.

“Los cafeteros están financiando el pasivo pensional de la Flota Mercante Grancolombiana y no tienen un ahorro para la tercera edad, esa es, entre otras, la agenda con los caficultores: saber en qué se están usando los recursos del Fondo y si están bien utilizados o no”, enfatizó Bonilla.

Entre tanto, Jaramillo recordó que la plata del Fondo también ayuda a financiar causas sociales y públicas de los gobiernos de turno.

“Gobiernos anteriores solicitaron la generosidad de los cafeteros para reconstruir, por ejemplo, el Palacio de Justicia, y para ayudar en la tragedia de Armero y luego en el terremoto de Armenia. Pero luego, Alfonso Palacio Rudas, conocido como el ‘cofrade’, uno de los hombres más conocedores de la política cafetera del país, presentó un artículo para incorporar como norma constitucional el impuesto parafiscal. A partir de ahí no se pudo volver a coger una contribución de cafeteros o ganaderos, por mencionar algunos, y destinarla a otras cosas. Es decir, quedó un impuesto exclusivo para inversiones del sector”, comentó Jaramillo.

Por su parte, hace unos años el caficultor Mario Ramírez recordó, en una columna publicada en el diario la Nueva Crónica del Quindío, “hay un libro titulado la Perestroika del Café, una recopilación sobre un debate cafetero en el Senado de la República en 1988. Se habla en ese resumen parlamentario cómo de 1978 a 1988 en las exportaciones de café se pierden, o se quedan en el exterior, unos US$4.500 millones; y cómo César Gaviria entregó $40.000 millones para las necesidades de la banca, pero eso no regresó al Fondo”.

No obstante, desde la óptica de Jaramillo también se debe reconocer que así como se han entregado recursos del FoNC para causas de la Nación, el Ejecutivo también le ha retribuido gran parte a los cafeteros.

“Por ejemplo, cuando tuvimos hace unos años la carga de café a $450.000, a través del Programa de Protección del Ingreso Cafetero (PIC) el gobierno del entonces presidente Juan Manuel Santos dio $1,2 billones en ayudas para los caficultores”, apuntó el directivo.

Bajo qué sombrilla

Son viejas las críticas sobre si la Federación es la indicada para seguir manejando el Fondo Nacional del Café, pues mientras para algunos esta, siendo una entidad privada, debería renunciar al negocio de comercializar con recursos públicos; otros afirman que sin ese contrato el gremio quedaría en un escenario muy complicado, pues no tendría los recursos para continuar con su misión.

“El Fondo tiene un contrato que se vence en 2026. Terminarlo antes sería un absurdo legal. El gobierno no decide cómo se ejecuta el FoNC, ni el presidente puede dar ninguna orden para quitarle plata, porque este se nutre 100% del bolsillo de los cafeteros, no del Presupuesto Nacional”, comentó a este diario una fuente, quien pidió reserva de su nombre.

Y es que uno de los antecedentes que recuerdan algunos cafeteros, y que de hecho fue mencionado por el presidente Petro, fue cuando, en 2016, el entonces mandatario Juan Manuel Santos le quitó a la Federación Colombiana de Ganaderos (Fedegán) la administración del Fondo Nacional del Ganado (FNG).

Entre las razones estaban, por un lado, los presuntos malos manejos del dinero de los ganaderos, con la acusación sobre la mesa de que esos recursos buscaban financiar proyectos privados, por ejemplo, en frigoríficos del Caribe. Por otro, se hablaba de que esa había sido una represalia debido a que el presidente del gremio, José Félix Lafaurie, no apoyaba las conversaciones de paz que sostenía el gobierno Santos con las Farc.

No obstante, luego de los líos jurídicos y políticos, en 2019 Fedegán volvió a administrar esos recursos por una década más (hasta 2029).

“Fue una decisión que duró apenas tres años, pero en ese tiempo a Colombia le quitaron el registro internacional libre de aftosa porque el Ministerio de Agricultura no pudo manejar el Fondo. Les tocó devolvérselo a Fedegán y el país recuperó esa categoría”, indicó una fuente a este diario.

Ahora, teniendo en cuenta que el Fondo de los cafeteros es muchísimo más robusto que el de Fedegán —la contribución sobre el nivel de exportaciones de café es mucho más significativa—, la administración del mismo se vuelve mucho más compleja, por lo que la pregunta es qué tan buen administrador sería el Gobierno.

Pero este debate es extenso y tiene varias aristas, pues mismos líderes cafeteros le han pedido al presidente Petro que, de no reestructurarse la FNC, se le debe quitar el manejo del Fondo.

Algunos, por ejemplo, consideran que las circunstancias que rodearon la creación de la actual Federación y del FoNC han cambiado dramáticamente hasta convertirla en “una institucionalidad ineficaz e ineficiente”.

“La Federación necesita una reestructuración porque vemos que el comité directivo está integrado por 15 representantes, que son nombrados a dedo, no por elección popular, pedimos la renuncia de ellos. No queremos que se acabe la Federación, necesitamos mejorarla, disminuir los gastos al interior de la entidad y que todos nos veamos beneficiados”, manifestó Roberto Suezcún, cultivador de café.

En todo caso, los productores concuerdan en que la reestructuración cafetera se hace necesaria y debería ejecutarse fortaleciendo las cooperativas actuales para que sean ellas, y los campesinos productores de café, los verdaderos dueños de la institucionalidad.

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