Se avecina una nueva jornada de protestas en Colombia. En esta ocasión protagonizada por campesinos lecheros y ganaderos que se han venido quejando una y otra vez por una pérdida de ganancias y por una dura competencia con el producto que llega de otros países. El Gobierno de Gustavo Petro anunció algunas medidas, pero los productores consideran que no han tenido el efecto esperado y saldrán a las calles para exigir una atención inmediata de la crisis que, aseguran, ya no da espera.
Se trata de una jornada de plantones que tendrán lugar el próximo martes 30 de julio. Contarán con el apoyo de unas 20 organizaciones campesinas, de Dignidad Agropecuaria, e incluso, de la Federación Nacional de Ganaderos (Fedegán).
Y es que algunos productores sostienen que están produciendo a pérdida y otros que apenas cubren los gastos. Es el caso de María Paula Botero, productora del Eje Cafetero y del Valle del Cauca. Expresó que la difícil situación obedece a la cantidad de importaciones de leche y lactosuero que entran a Colombia, además de que la industria ha disminuido la cantidad de litros que le compran al campesino.
Caída en el consumo
Parte de la premisa es respaldada por Dignidad Agropecuaria. El grupo político aseguró en un comunicado que la industria abandonó la compra de leche en veredas y municipios. Sostiene que Alquería dejó de comprar 55.000 litros diarios en Nariño, y que Nestlé en su mejor época compraba hasta 460.000 litros diarios en Caquetá, pero hoy son solo 32.000.
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Ana María Gómez, presidenta de la Asociación Colombiana de Procesadores de la Leche (Asoleche), confirmó que la industria sí ha disminuido la compra del producto, pero indicó que no se trata de un capricho de las empresas, sino de una reacción a un bajón en el consumo de los ciudadanos.
“Es un fenómeno transversal, y seguramente se ha escuchado que se acusa a la industria, pero esto hay que verlo integralmente, nosotros estamos enfrentando un fenómeno serio que obedece a una desaceleración en el consumo, no se trata que la industria caprichosamente dejó de comprar volúmenes extras, es que no puede porque no hay a quién venderle”, argumentó Gómez.
Las cifras dan cuenta de dicho fenómeno. Datos de la firma Raddar dejan ver que los hogares colombianos están gastando menos en la compra de leche y sus derivados desde 2021, cuando la caída fue de 1,8% frente al año anterior, pero la situación empeoró en 2022 con una contracción de 9% y de 5,9% el año pasado. Solo entre 2020 y 2023 se estima que los colombianos dejaron de consumir alrededor de 218 millones de litros de leche líquida.
Asoleche considera que las personas comenzaron a comprar menos dado a la pérdida del poder adquisitivo a raíz de los altos niveles de inflación en años anteriores: su variación anual llegó a 7,18% a junio, por debajo del 12,13% del mismo mes de 2023. Eso quiere decir que la inflación se ha enfriado en el último año, pero algunos analistas destacan que la variación de precios se ha estancado, lo que no ha permitido mejorar considerablemente el poder adquisitivo de las personas.
La presidenta de Asoleche contó que los inventarios de la industria están creciendo porque se ha hecho un esfuerzo por comprar los excedentes de producción, pero dejó en claro que si no hay flujo de caja no se podrá adquirir más, además de que tampoco habrá espacio para almacenar.
Importaciones
El otro problema es la competencia con productos extranjeros. Óscar Gutiérrez, vocero de Dignidad Agropecuaria, sostuvo que están entrando grandes cantidades de leche a raíz de los Tratados de Libre Comercio (TLC) que tiene firmados Colombia con otras naciones, lo que ha llevado a una sobreabundancia de leche en el mercado.
Al revisar las cifras más recientes del Departamento Administrativo Nacional de Estadística (Dane), se puede apreciar que en abril las importaciones de leche y sus derivados crecieron 38% frente a lo importado en marzo, pero bajaron 9,2% si se compara con el mismo mes del año pasado.
El meollo del asunto, según Gutiérrez, es que la situación no da espera porque en Colombia los productores de leche son pequeños y tienen entre 1 y 50 animales para ordeñar. “Son plantones para presionar a que el Gobierno resuelva lo que debe hacer, para que no se profundice el grado de daño que los TLC están causando en todo el sector agropecuario”, precisó.
Un mediano productor habló con EL COLOMBIANO y sostuvo que produce unos 800 litros de leche diarios. Indicó que dado al poco consumo hoy lo está vendiendo en $1.915, pero hace seis meses se lo compraban en $2.300. Señaló que está trabajando para cubrir los costos, por lo que ha tenido que reducir gastos en el abono de pastos y demás para no entrar en pérdidas.
Lo cierto es que el Gobierno Nacional ha tratado de adelantar algunas medidas. El Ministerio de Agricultura informó de un paquete de medidas para mitigar los impactos adversos promoviendo la compra e impulsando el consumo de leche de origen nacional.
Se trata de un ajuste a las minutas alimentarias por parte de las entidades estatales para priorizar la compra de leche y derivados de origen nacional como leche higienizada, quesos, yogur y kumis, entre otros. La viceministra de Asuntos Agropecuarios, Geidy Ortega, expresó en un comunicado: “En colaboración con el ICBF, la Agencia Logística de las Fuerzas Militares, la Unidad de Alimentos para Aprender y la Unidad de Servicios Penitenciarios y Carcelarios, se está impulsando la adquisición de leche, quesos, yogur y otros derivados lácteos de origen nacional”, expresó.
Además, MinAgricultura promovió el mecanismo de subasta pública de leche en polvo, leche UHT, quesos madurados y frescos. Esta apuesta cuenta con recursos por $4.000 millones del Fondo de estabilización de Precios de Carne y Leche, y se realizan quincenalmente a través de la Bolsa Mercantil de Colombia.
Aún así, los productores consideran que las medidas son insuficientes. José Félix Lafaurie, presidente de Fedegán, sostuvo que respaldarán las machas porque el gremio viene advirtiendo al Gobierno sobre las consecuencias de la crisis desde hace más un año, pero no ha observado medidas eficaces.
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Laufarie indicó que se avecinan las lluvias de La Niña, lo que mejorará los pastos y , por ende, la producción de leche, pero si no se atiende la crisis, pues la industria no tendrá la capacidad de acopio y transformación para que la leche llegue a los sectores populares.
La realidad es que se trata de un tema que se ha dialogado desde el año pasado y que a pesar de la atención de medidas, el golpe no se ha podido mitigar considerablemente.
