Julian Assange está cada vez más cerca de ser juzgado en Estados Unidos . Este viernes se dio a conocer que el Reino Unido aprobó su extradición al país norteamericano para que responda por 18 cargos por piratería y espionaje.
La noticia vino por cuenta de la ministra del Interior, Priti Patel , quien creó la orden para enviar al fundador de Wikileaks. Horas antes, los jueces de la Corte de Magistrados de Westminster y del Tribunal Superior evaluaron esa situación y fueron quienes dieron la luz verde.
El australiano se encuentra detenido en una cárcel del Reino Unido luego de que fuera detenido tras ser expulsado de la Embajada de Ecuador. Desde entonces nació la iniciativa de extraditarlo, oficializada el pasado 20 de abril, cuando un juez de un tribunal británico emitió una orden de entrega del periodista a Estados Unidos para ser considerada por el gobierno del Reino Unido.
“En virtud de la Ley de Extradición de 2003, el ministro del Interior debe firmar una orden de extradición si no encuentra argumentos para prohibir que se emita la orden”, indicó un portavoz del ministerio en un comunicado divulgado este viernes.
Antes de dar el visto bueno, lo que tuvieron que hacer en las cortes fue verificar si se cumplirían al menos tres parámetros importantes que eran condición para dar el “sí”: que la extradición no fuera opresiva, injusta o supusiera la cadena perpetua.
“Tampoco han hallado que la extradición sea incompatible con sus derechos humanos, como el derecho a un juicio justo y a la libertad de expresión, y que mientras esté en Estados Unidos vaya a ser tratado de manera apropiada, como en lo referido a su salud”, puntualizó una fuente a la agencia EFE.
El portal Wikileaks calificó de “día oscuro” el aval de la extradición, haciendo referencia a la libre expresión que consideran vulnerada. ”Cualquiera en este país que se preocupe por la libertad de expresión debería estar profundamente avergonzado de que la ministra del Interior haya aprobado la extradición de Julian Assange a Estados Unidos, el país que planeó su asesinato”, se lee en un comunicado compartido en Twitter.
La justicia estadounidense reclama a Assange para procesarlo por 18 delitos de espionaje e intrusión informática por las revelaciones de su portal que, según su equipo legal, pueden acarrear hasta 175 años de cárcel en ese país.
Sin embargo, el aval no quiere decir que en las próximas horas lo vayan a extraditar, puesto que la defensa de Assange tiene 14 días para interponer el recurso de apelación, el cual ya dijeron que van a utilizar. Asimismo, la defensa tendría en última instancia la opción de recurrir ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos.
Reclusión de Assange
El periodista australiano fue recluido en 2019 en la prisión londinense de alta seguridad de Belmarsh, después de que la policía británica le detuviera en la Embajada de Ecuador en Londres, una vez que el entonces presidente Lenín Moreno le retirase la protección que le había concedido su predecesor Rafael Correa.
Después, violando las condiciones de su libertad condicional en el Reino Unido, el fundador de WikiLeaks se refugió en la legación ecuatoriana en 2012 para evitar ser extraditado a Suecia, el primer país que empezó a perseguirlo por cargos de violación que después fueron abandonados. Negando dichos cargos, ya entonces afirmó temer que todo fuese una estrategia para entregarlo a Estados Unidos.
La nueva batalla jurídica
En enero de 2021, la justicia británica decidió a su favor, la juez Vanessa Baraitser rechazó la extradición por considerar que el australiano, de frágil salud física y psicológica, corría el riesgo de suicidarse en el sistema penitenciario estadounidense.
Sin embargo, en diciembre de 2022, Washington logró que la Alta Corte de Londres anulara esa decisión, asegurando que no sería encarcelado en la prisión de alta seguridad ADX de Florence, en Colorado, donde están detenidos miembros de la organización yihadista Al Qaida. Además, resaltaron que le brindarían atención médica e incluso hablaron de la posibilidad de permitir que cumpliera su condena en Australia.
Pero así como hay quienes quieren la extradición, hay organizaciones de defensa de la libertad de prensa –como Reporteros Sin Fronteras y Amnistía Internacional– que se oponen a esta porque temen que Assange sea sometido a condiciones de aislamiento en prisión que agravarían el riesgo de un suicidio.
Stella Assange, abogada y esposa de Assange, con quien se casó hace en marzo pasado para intentar frenar su extradición, había pedido al gobierno británico que no firmara el decreto que daba pie para enviarlo a Estados Unidos.
Ante la negativa a su petición, la defensora volvió a decir que su esposo no ha cometido ningún crimen, “no es un criminal. Es un periodista, un editor y está castigado por haber hecho su trabajo”, garantizando que no es el final de la batalla, sino el inicio de una nueva.