Más arte Más acción es una fundación que tiene como enfoque construir proyectos interdisciplinarios entre artistas, científicos, escritores y comunidades indígenas en la amazonía colombiana y el Chocó con el fin de cuestionar temas sociales y problemas medioambientales. Ellos harán parte del COP26 con una serie de diálogos y proyecciones audiovisuales durante seis días, sobre los resultados y avances de sus investigaciones y trabajo social.
Jonathan Colín fue uno de sus fundadores y actualmente es su director. Él cuenta que su función es hacer de “puente con los grupos que viven en Colombia y las organizaciones de Escocia (su país natal), como jardines botánicos, universidades y galerías”.
La idea, en resumen, es cuestionar y pensar cómo pueden ayudar y crear mensajes para que la gente entienda el cambio climático y les dé justicia a esas comunidades tan afectadas y golpeadas que son precisamente las más susceptibles a los impactos del cambio climático.
De dos a muchos
Todo surgió hace quince años. El padre de Jonathan es colombiano, por lo que él creció entre Escocia y este país. Así conoció Chocó y se enamoró de los pueblos costeros cerca de Nuquí. Tres años después surgió la fundación, cuando se preguntaron (él y el papá) “cómo sería la mejor forma para colaborar de forma colectiva y crear acciones y procesos que nosotros creemos que son importantes para compartir con el mundo entero y hablar de los estragos ambientales y sociales en el Chocó y su gente”.
Como Jonathan y su padre son artistas, mucho del trabajo que han hecho tiene que ver con miradas artísticas en estas comunidades, por ejemplo reflejaron los problemas de la pesca artesanal, afectada por el medio ambiente, con una instalación. Aunque también han hecho trabajo con científicos. Hace dos años en el proyecto Diálogos Posibles empezaron una serie de reuniones con la Universidad del Rosario en Bogotá. “Unimos a los científicos con las comunidades para crear herramientas, conocimiento científico, que pueda ayudarles a defender su territorio y sus formas de vida”.
El fruto de ese trabajo conjunto con la universidad es lo que han llevado al COP26, una serie de herramientas que permitan darle voz a las comunidades que son directamente las afectadas por el cambio climático. Una de estas es el seguimiento que hacen a la vegetación de la zona para analizar de qué forma el cambio climático modifica el ADN de las plantas en los bosques. “Tenemos un grupo de parcelas en la fundación en las que monitorean su impacto en el bosque”, pero los resultados de esto solo se verán a largo plazo, unos 30 años, dice.
Otro de los proyectos tiene que ver con la migración de las mariposas. “Ese es un trabajo que estamos coordinando entre el Museo de Historia Natural de Londres y la Universidad del Chocó para hacer un inventario de las especies de mariposas”.
Si bien los proyectos son a largo plazo, Jonathan es optimista y señala que “les sirven a las comunidades locales a entender lo que significa biodiversidad y el impacto que puede tener el cambio climático en ellos, porque todo está conectado”. Además sirve para presionar a los políticos para que tomen las decisiones necesarias para ayudar a estas personas