En Colombia todos los días podría aparecer una especie nueva si se tuvieran los recursos suficientes para hacer investigación científica, prueba de ello es que en lo corrido del 2023, se han descubierto más de cinco especies nuevas para la ciencia.
Una de ellas es el Aegidinus elbae, un escarabajo en el Parque Nacional Natural Serranía de Chiribiquete, ubicado en la región amazónica, en los departamentos de Caquetá y Guaviare, gracias a una expedición realizada allí por el Grupo de Exploración y Monitoreo Ambiental GEMA (grupo del Instituto Humboldt que por más de 10 años recorrió gran parte del país recolectando muestras de la biodiversidad nacional) a mediados del 2000.
Muchos de los ejemplares recolectados hasta entonces estuvieron reservados por varios años, hasta que con la llegada de nuevos investigadores y finalizada la pandemia, se inició un estudio filogenético de algunas de las muestras conservadas.
“Cuando llegué al Instituto Humboldt, hice una revisión del material que estaba conservado, separé el que podría ser nuevo para la ciencia e inicié el estudio de dicho material. Uno de los escarabajos que teníamos para analizar era del género Aegidinus, el cual también había sido recolectado en dicha expedición”, dijo Jhon César Neita, Curador de la Colección de Entomología e Invertebrados del Instituto Humboldt en un comunicado de prensa.
El estudio tardó más de tres años y contó con el apoyo de expertos internacionales, hasta que finalmente, en junio, la especie fue oficialmente descrita como nueva para Colombia.
El descubrimiento se dio gracias a que durante su análisis se detectaron varios elementos diferenciales. “Primero, en la morfología externa detectó que su clípeo (estructura de la cabeza) es liso, mientras que el de su especie hermana es rugoso y, en la morfología interna, identificó que su genitalia no se parece a la de ningún otro individuo del género Aegidinus, pues sus parámeros (genitales) son muy grandes y desarrollados”.
Y esa detalle de su genitalia fue la clave para este hallazgo, ya que, desde la biología de los insectos, existe la teoría de “llave de cerradura”, un concepto no generalizado, que explica que para cada órgano genital de un macho existe un órgano genital de una hembra, es decir, que encajan de manera perfecta.
“Esto permite que exista un aislamiento reproductivo, o sea, que no se reproduzcan entre las mismas especies. Esta teoría se aplica muy bien en los escarabajos y se convierte en un carácter determinante para identificar las especies”.
El grupo más grande de la Naturaleza
Los escarabajos, marceños, cascarudos y cucarrones son insectos que pertenecen al orden Coleoptera —explican desde el Instituto Humboldt que es la entidad que posee la colección de escarabajos más importante del país.—, y si bien representan el grupo de organismos más grande de la naturaleza, su diversidad aún está por descubrirse. Lo que sí se sabe es que en las zonas tropicales del mundo y del país se encuentra la mayor diversidad de estos insectos; los cuales son vitales en los ecosistemas, pues cumplen funciones como depredadores, fitófagos (se alimentan de materiales vegetales); también son presa de otros organismos, detritívoros (descomponedores) y sepultureros; actividades importantes para el equilibrio de los ecosistemas y la vida en la tierra.
