Ahora los paneles solares podrían proveer de energía al planeta, y a la vez agua potable para comunidades remotas. Un avance que no solo desbloquea nuevos usos para los módulos fotovoltaicos patentados en 1941, sino que permitiría a hábitas alejados recibir agua y energía con una sola infraestructura.
Científicos de la Universidad de Ciencia y Tecnología Rey Abdalá de Thuwal, en Arabia Saudí, han logrado combinar en un único dispositivo la purificación de agua y la producción eléctrica con paneles solares. Los detalles de la innovación se han publicado en el último número de la revista Nature Communications.
La creciente demanda de agua limpia y de energía en el mundo es uno de los principales desafíos para el desarrollo sostenible. Por un lado, la producción de electricidad requiere grandes cantidades de agua. En zonas áridas como Arabia Saudí, más del 15 % de la electricidad que se produce se utiliza para producir agua dulce, debido a la escasez de este recurso, a partir de agua salada, aguas subterráneas contaminadas o aguas residuales industriales.
Para abordar estos problemas, el grupo científico liderado por Peng Wang combinó dos tecnologías ya existentes: la tecnología fotovoltaica de los paneles solares, que genera electricidad, y la destilación de membranas, un proceso de purificación de aguas que puede funcionar con energía solar.
“Los paneles fotovoltaicos generan una gran cantidad de calor durante la producción de electricidad”, explicó Wang a Sinc. Normalmente, este calor se disipa al ambiente, pero puede utilizarse como fuente de energía.
El artículo científico publicado este martes relata que las instalaciones solares aumentarán a 969 gigavatios para 2025. Estos paneles requieren cuatro mil millones de metros cuadrados de tierra para la luz solar. Si todos los paneles están equipados con dispositivos generadores de agua, eso podría significar un máximo de cuatro mil millones de metros cúbicos de agua también producidos anualmente, o el 10 por ciento del consumo mundial de agua en 2017.