La Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), el mayor organismo ambiental del mundo, creó hace más de una década la Lista Verde, una campaña mundial para la conservación de la naturaleza.
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Su núcleo “es el Estándar de Sostenibilidad, que ofrece un punto de referencia mundial sobre cómo afrontar los retos medioambientales del siglo XXI, ya que ofrece una orientación experta de relevancia local para ayudar a lograr resultados justos y eficaces en la conservación de la naturaleza en las áreas protegidas y conservadas, garantizando que la vida silvestre y los ecosistemas puedan sobrevivir, prosperar y aportar valor a las comunidades de todo el mundo”, explica la misma entidad.
¿Cómo hacer parte?
Resulta que ese Estándar de Sostenibilidad está presentado en un formato de manual que describe los pasos que todos los que participen en la Lista Verde deben seguir para asegurar sus procedimientos y sus manejos sean coherentes y objetivos.
Las medidas de aplicación llevan consigo muchos detalles, pero pueden resumirse en tres puntos claves. El primero es “Comprometerse”, es decir, el proceso de aplicación de la Lista Verde comienza con un compromiso voluntario de jurisdicciones, sitios y organizaciones, con la asignación de un revisor independiente, y con la convocatoria, la capacitación y la acreditación de un Grupo de Expertos Evaluadores de la Lista Verde (EAGL).
El segundo es “Adaptar”, ¿y adaptar qué? Bueno, es que el Estándar de Sostenibilidad de la lista consta de 17 criterios, clasificados en cuatro componentes, respaldados por 50 indicadores genéricos que son aplicables a nivel mundial para reflejar las diversas condiciones temáticas, jurídicas, culturales, sociales y biogeográficas de todos los lugares, entonces a eso se refiere la adaptación, pues “un sitio de la Lista Verde es aquel que cumple con todos los criterios, en los cuatro componentes”.
Y el tercero, “Implementar”. Todos los sitios que deseen alcanzar el estatus de Lista Verde deben demostrar y luego mantener la aplicación exitosa del Estándar de la Lista Verde por medio de tres fases de “Solicitud”, de “Candidatura” y de “Lista Verde”, cada una de las cuales implica una serie de compromisos, autoevaluaciones, participación de las partes interesadas, planes de acción, visitas de monitoreo por parte de la UICN y evaluaciones del EAGL.
Todo esto con el fin de que, una vez consigan el estatus, demuestren y garanticen “respeto por la comunidad local a través de un compromiso justo y significativo de los titulares de derechos y las partes interesadas; un diseño de planificación que identifique las necesidades para asegurar los valores importantes de la zona; un manejo efectivo con seguimiento del estado de esos importantes valores; resultados exitosos de conservación para la naturaleza y para las personas; y una contribución clara a las respuestas al cambio climático, la salud y el bienestar y otros desafíos”, anota la UICN.
Colombia: 5 áreas protegidas
“Al comprometerse a seguir los estándares de la Lista Verde, los responsables de las áreas protegidas tienen la capacidad de evaluar, mejorar y preservar su rendimiento utilizando criterios uniformes a escala global”, comenta Conservación Internacional Colombia.En ese sentido, tal y como lo señala la UICN, Parques Nacionales Naturales, como coordinador del Sistema Nacional de Áreas Protegidas (SINAP), bajo el direccionamiento del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible y con el apoyo de varios socios, entre ellos WWF, viene trabajando y focalizando sus esfuerzos para avanzar hacia un sistema de áreas protegidas efectivamente manejado, por lo que hoy, cinco lugares han conseguido el estatus de Lista Verde.
Se trata de el Parque Nacional Natural de Chingaza, el Parque Nacional Natural de Gorgona, el Santuario de Flora y Fauna de Galeras, el Parque Nacional Natural de Tatamá y el Santuario de Fauna y Flora de Malpelo.
Pero que lo hayan conseguido no significa que siempre lo van a tener, como quedó claro luego de la expulsión reciente del Parque Nacional de Doñana de España, pues los lugares incluidos en la Lista Verde se someten cada cinco años a una evaluación en función de los criterios de la UICN para corroborar que están siendo gestionados eficazmente y gobernados de forma justa con impactos positivos a largo plazo para las personas y la naturaleza.
¿Por qué es necesario una lista verde?
“Porque el futuro de la vida en la Tierra depende de nuestros esfuerzos por cuidar y proteger la naturaleza. En la tierra y en los mares, los impactos del crecimiento de la población, la industrialización y los modelos de producción y consumo están llevando los límites de nuestro planeta a un punto sin retorno. Estamos amenazando nuestra propia existencia mediante una pérdida acelerada de ecosistemas, especies salvajes y procesos naturales. Estamos degradando los ecosistemas terrestres y marinos más allá de su recuperación, y apenas estamos empezando a ver los impactos reales de la crisis climática. Sin embargo, podemos esperar un cambio y soñar con un futuro más verde, de hecho, ya existe una sólida comunidad de hombres y mujeres que luchan contra la pérdida del medio ambiente en las áreas naturales protegidas y conservadas de todo el mundo y en sus alrededores, y las puertas están abiertas para que lleguen más”, responde la UICN.