x

Pico y Placa Medellín

viernes

0 y 6 

0 y 6

Pico y Placa Medellín

jueves

1 y 7 

1 y 7

Pico y Placa Medellín

miercoles

5 y 9 

5 y 9

Pico y Placa Medellín

martes

2 y 8  

2 y 8

Pico y Placa Medellín

domingo

no

no

Pico y Placa Medellín

sabado

no

no

Pico y Placa Medellín

lunes

3 y 4  

3 y 4

language COL arrow_drop_down

En el herbario de la UdeA hay nuevas especies de plantas para la ciencia

En los últimos años, distintos profesores, alumnos y personal del lugar lo han explorado y han encontrado allí registros nunca antes descritos.

  • Izquierda: Tournefortiopsis triflora descrita por David Pérez. Derecha: Espeletia restricta descrita por Fernando Alzate. Fotos: cortesía.
    Izquierda: Tournefortiopsis triflora descrita por David Pérez. Derecha: Espeletia restricta descrita por Fernando Alzate. Fotos: cortesía.
  • Izquiera: Chamaecrista almanegra. Derecha: Lubaria heterophylla. Ambas descritas por Yeison Londoño y Ana María Trujillo. Fotos: cortesía.
    Izquiera: Chamaecrista almanegra . Derecha: Lubaria heterophylla. Ambas descritas por Yeison Londoño y Ana María Trujillo. Fotos: cortesía.
11 de noviembre de 2023
bookmark

En la Universidad de Antioquia hay un herbario con 229.000 especímenes de algas, hongos, líquenes, briofitos, helechos, gimnospermas y angiospermas, organizados en grupos relacionados entre sí por una serie de atributos biológicos o según su forma de almacenamiento, con el fin de documentar la diversidad florística, promover la investigación y apoyar la educación en diferentes áreas. Por eso, no es raro que en los últimos años, alumnos y profesores hayan encontrado en ese lugar especies nuevas para la ciencia.

El caso más reciente es el de David Pérez, un egresado de biología que en su pregrado se dedicó a estudiar el género Tournefortiopsis y el género Guettarda para el neotrópico allí presentes, por una fascinación particular que tiene que ver con sus formas y sus colores, encontrándose con un árbol colectado el 10 de abril de 1994 en la quebrada Padre Sánchez, de la vereda Chaverras, en el municipio de Sonsón, oriente de Antioquia, por el profesor Ricardo Callejas Posada.

“Cuando la vi tuve la impresión de que ese ejemplar específico no se ajustaba a las especies del género Guettarda dentro del que estaba incluido y descrito. Así que empecé a estudiarla con la asesoría del profesor Fernando Alzate, y cuando medí sus partes, es decir, sus hojas, pecíolos, flores, inflorescencias, tallos, etcétera, pude reafirmar mi hipótesis de que era una especie nueva perteneciente al género Tournefortiopsis”, cuenta David.

Después de ese estudio morfológico, David empezó, paso a paso, a hacer toda la investigación correspondiente para determinar si se trataba de un árbol nunca antes descrito para la ciencia: revisó toda la literatura disponible al respecto, consultó con expertos sobre el género, le puso por nombre Tournefortiopsis triflora, escribió un artículo científico para su respectiva publicación, el artículo fue debatido por otros botánicos, hizo las correcciones que le pidieron al respecto, y finalmente, el artículo vio la luz en una revista especializada.

Sin embargo, allí hay algo que llama la atención de mucho y es, ¿por qué en Antioquia siguen apareciendo especies nuevas? “Porque Antioquia es un departamento con condiciones ambientales muy variadas por las diferentes alturas que presenta—responde Fernando Alzate, doctor en biología y coordinador del Grupo de Investigación Estudios Botánicos de la UdeA—, por lo que vamos a encontrar en todo el territorio todos los ecosistemas posibles, y de la misma forma, plantas que demanden y soporten diferentes condiciones medioambientales”.

Es decir, la diversidad que tenemos en Antioquia es cuatro veces la diversidad que tiene Suecia, o dos veces la diversidad que tiene todo el Reino Unido, y tener una diversidad de esa magnitud es una gracia, pero también implica una responsabilidad enorme por cuidar y conservar y, por ejemplo Sonsón, que es la zona donde fue colectada la especie que describió David, históricamente ha sido una veta bastante interesante para los científicos puesto que, justo ahí, han encontrado muchas novedades taxonómicas, entre las que se incluyen orquídeas, frailejones y ranas.

“Y creemos que aún queda mucho por descubrir allí”, comenta Fernando, que precisamente describió una especie nueva de frailejón, la Espeletia restricta, colectada en el Páramo de Sonsón en 2016 durante una visita a ese sitio, pues aunque en un principio el biólogo pensó que se trataba de la misma especie que habita el Páramo de Belmira, luego de hacer un estudio detallado de su inflorescencia, su forma de crecimiento, sus hojas y demás, se dio cuenta de que era distinta y de que no se tenían registros de ella. “Uno como botánico descubre nuevos ejemplares, así, a través de las salidas de campo, pero también en los herbarios, que son espacios fundamentales para nosotros”. Aunque no solo para ellos.

El Herbario Universidad de Antioquia (HUA), ubicado en el bloque 2-411 de la Ciudad Universitaria, además de ser un centro de documentación para los científicos, también apoya a la docencia en áreas como la botánica, la taxonomía, la sistemática, la anatomía, la morfología vegetal, la ecología, la biogeografía la etnobotánica, la palinología, la medicina y la farmacología. Sin contar con que sirven de guía a estudiantes de todas las universidades de Medellín y para instituciones de primaria y secundaria, ya que la idea de sus líderes, comenta Heriberto David Higuita, curador del HUA, es que sirva como fuente de inspiración, como un espacio para conocer la biodiversidad que tenemos en distintos ecosistemas y como una excusa para incentivar su conservación.

Aunque lógicamente, quienes más lo usan son los estudiantes de la misma UdeA interesados en la biología y la botánica. “En nuestro herbario todo el tiempo se están describiendo nuevas especies, porque todo el tiempo se están haciendo colectas, entonces claro, muchas de esas especies nuevas que se han descrito para la ciencia se lograron a partir de colectas que ya estaban publicadas en la colección permanente, desde años atrás, pues, desde los años 90, los años 80, pero otras han sido recientemente colectadas. Está el caso actual de David, y con David hay otros dos estudiantes que también descubrieron varios nuevos especímenes: Ana María Trujillo y Yeison Londoño Echeverri”, comenta Heriberto David.

Ana María y Yeison son dos ingenieros forestales de la Universidad Nacional que en este momento se encuentran haciendo una maestría en biología en la Universidad de Antioquia, ambos tienen un gran interés en la botánica taxonómica y ambos trabajan desde hace varios años en el HUA, donde les dieron la oportunidad de apoyar algunos proyectos de identificación de especies, por lo que sus intereses en esta área se afianzaron muchísimo en el último tiempo.

Así que entre ambos han encontrado trece especies nuevas dentro del herbario, algunas en conjunto, otras de forma individual desde el 2016, que se han publicado entre el 2021 y el 2023 en diferentes revistas, lo cual en absoluto es determinante para que sean aceptadas como especies nuevas para la comunidad científica, ya que en ese proceso los especialistas en los géneros en cuestión hacen pruebas, verifica información y generan toda una discusión alrededor de.

En el caso de Ana María, ella se especializó en árboles nativos de la familia Fabaceae, a la que pertenecen las leguminosas, mientras que Yeison, en la familia Rutaceae, que es la familia de los cítricos “aunque los cítricos más comunes, las naranjas, los limones, las mandarinas, no son de este continente. Aquí hay especies muy diferentes, que no son comestibles, pero que sí tienen un potencial grandísimo, en especial en la industria medicinal y farmacéutica”, cuenta él mismo.

Hasta este momento, Ana María y Yeison describieron en el 2022 la Chamaecrista almanegra, colectada por ambos, en la vereda San Antonio y La Arenosa en Zaragoza, en diciembre de 2018. En el 2023, la Macrolobium archeri, colectada por César Barbosa, en mayo de 1990, en el Alto Baudó. También en el 2023, la Macrolobium longistipitatum, colectada por Juan José Hernández y Saulo Enrique Hoyos, en San Luis, en 1983, entre otras, como Lubaria heterophylla, Conchocarpus kallunkiae, Amyris pacis, Conchocarpus cardenasii, Helietta magna, Aenigmanu chococola, Picramnia vinacea, Nothotalisia karsticola y Zanthoxylum palustre.

Izquiera:<i> </i><i>Chamaecrista almanegra</i><i>. </i>Derecha: <i>Lubaria heterophylla.</i><i> </i>Ambas descritas por Yeison Londoño y Ana María Trujillo. Fotos: cortesía.
Izquiera: Chamaecrista almanegra. Derecha: Lubaria heterophylla. Ambas descritas por Yeison Londoño y Ana María Trujillo. Fotos: cortesía.

“Cuando uno encuentra una especie nueva tiene muchas preguntas, y esas preguntas no se resuelven solamente publicándola, lo que pasa con la publicación es que esa especie deja de ser invisible y su información empieza a estar disponible para que cualquiera que esté interesado en el mismo género o en la misma familia, pueda estudiarla, pueda resolver incluso las mismas preguntas que uno que la encontró no pudo responder por falta de tiempo o de recursos. Además, al no estar publicada no existe ni para el estado ni para la academia, para las comunidades generalmente sí, porque las han usado, pero al no ser reconocidas por el estado o por la academia, no son incluidas en los planes de conservación, y eso es fundamental para su permanencia dentro del territorio”, apunta Yeison.

En ese mismo sentido Fernando hace énfasis en que mantener y hacer una adecuada gestión de la diversidad es imprescindible para la sociedad, especialmente para un departamento como el de Antioquia, pues cuando no se sabe qué es lo que hay que preservar, no se toman medidas para hacerlo.

“Las plantas son fuente de alimento, son indispensables para la industria farmacéutica y alimentaria, son indispensables para la producción de materia prima, por medio de ellas, podemos saber cuál ha sido el impacto urbanístico en Medellín, o podemos saber cómo ha sido el efecto del cambio climático en esta zona, es decir, tienen muchos usos, ¿cómo no vamos a apuntarle a su preservación, a su aprovechamiento sostenible? A eso es lo que hay que apuntarle, y desde los herbarios lo estamos haciendo”, concluye el profesor.

Así es el proceso de herborización

La herborización hace referencia a ese proceso que se da cuando se extrae una planta de su hábitat para incluirla en la colección de un herbario. “En el HUA nuestro nosotros primero seleccionamos un área de exploración, sea un humedal, un páramo, un desierto. Luego lo visitamos y colectamos ejemplares de interés, tomamos notas de cada ejemplar, datos que consideremos importantes, y los prensamos en periódicos. Luego los fijamos con alcohol al 70% y los embalamos en bolsas plásticas de tal manera que puedan ser llevados a los espacios de la universidad. Ya estando aquí, en los espacios de la universidad, procedemos a secar el material fijado en alcohol, lo ponemos en un horno a unos 60 grados centígrados más o menos, durante 12 o 24 horas, ese tiempo depende de la consistencia de cada una de las muestras. Finalmente, cuando ya el material ha sido totalmente deshidratado, lo que hacemos es el proceso de identificación y etiquetado dentro del herbario, o sea, cada especie se adhiere a unas cartulinas de tamaño estándar, se enumera y se ubica en la colección de acuerdo con un sistema de clasificación de jerarquías taxonómicas”, explica el curador del HUA.

El empleo que buscas
está a un clic
Las más leídas

Te recomendamos

Utilidad para la vida

Regístrate al newsletter

PROCESANDO TU SOLICITUD