El ruido no solo ensordece, sino que puede acortar la vida. Eso al menos es el hallazgo de un estudio que averiguó el efecto en unas pequeñas aves urbanas y aunque no se puede extrapolar a otras especies podrían tener problemas.
Los gorriones comunes (Passer domesticus) están siendo afectados por el ruido del tráfico urbano de una manera muy particular: se reducen sus telómeros, estructuras de los cromosomas que han sido vinculadas a la duración de la vida.
No se sabe cómo produce ese efecto, pero los investigadores, encabezados por Alizée Meillère, concluyen en el artículo publicado en Biology letters que “nuestros resultados proveen la primera evidencia experimental de que el ruido solo puede afectar la longitud de los telómeros en las primeras etapas de la vida de vertebrados. Esto sugiere que la exposición al ruido puede implicar costos importantes para organismos en desarrollo”.
La investigadora del Centre d’Etudes Biologiques de Chize en Francia dijo a EL COLOMBIANO que aunque no se investigó a qué se debe el efecto, “la más probable explicación sería el estrés, en particular el oxidativo”. En otros estudios, recordó, se ha mostrado que el estrés en una edad temprana puede acortar los telómeros.
Meillère explicó que los pichones “fueron expuestos al ruido desde que se estaban desarrollando en los huevos hasta que volaron. Medimos sus telómeros cuando tenían 9 días, por lo que el efecto que hallamos apareció luego de una exposición de tres semanas”. Sería interesante, agregó, ver si el efecto se da en un periodo más corto o en uno más largo.
¿Si han vivido en áreas urbanas no se han adaptado al ruido? “El gorrión común es una de las aves más exitosas en ambientes urbanos y se pudieron adaptar fisiológicamente a las barreras ambientales de la vida urbana. Me gustaría investigarlo. En el experimento usamos gorriones rurales. Sería muy interesante una aproximación experimental usando pájaros urbanos y rurales”.
Y pese a la posibilidad de extrapolar el hallazgo a otros organismos, la investigadora es cauta: “como los vertebrados comparten mecanismos fisiológicos similares, la exposición al ruido tendría impacto similar en otras especies como otras aves e incluso mamíferos y aún humanos. Pero como la susceptibilidad a las alteraciones o al estrés pueden variar entre las especies, estas hipótesis tendrían que ser examinadas”.