El ser humano es el único ser vivo que genera basura, una afirmación de las Naciones Unidas (ONU) que se explica con el hecho de que ningún otro animal deja residuos “inservibles” a su paso.
Conforme avanza el tiempo y aumenta la población hay más desechos. Según el informe What a waste 2.0, publicado en el 2018 por el Banco Mundial, al año se generan en el mundo un promedio de 2.010 millones de toneladas de desechos sólidos municipales. Una cifra que, según proyecciones, aumentará un 70 % en 30 años.
Ante este panorama, la ONU ha planteado que poner en marcha una economía circular podría reducir entre un 80 y un 99 % los desechos industriales y entre un 79 y un 99 % las emisiones de gases de efecto invernadero.
En la actualidad la economía está concebida como un proceso lineal: producción, consumo y desecho, un modelo que, según afirma la economista Marta de la Cuesta González, en el dossier La economía circular: una opción sostenible, es el “principal culpable de la aceleración en la degradación del planeta”, por eso, agrega, con la economía circular se sustituiría el “producir, usar y tirar” por las llamadas 3R: “reducir, reusar y reciclar”.
Salvar los residuos
En Antioquia se encuentra la que es, hasta la fecha, la única empresa colombiana que cuenta con licencia ambiental para el aprovechamiento de residuos. Ecologística nació hace 16 años con la incursión en el manejo de residuos peligrosos, es decir, aquellos que pueden afectar el medioambiente o la salud, y por ende, no pueden disponerse en rellenos tradicionales como La Pradera.
Hoy en día la empresa maneja los residuos del 80 % de las industrias del departamento y del 71 % de los hospitales. Además, hace cuatro años potenció sus servicios y se lanzó al manejo integral, incluyendo también residuos no peligrosos. “Nos cuestionamos, ¿qué otras alternativas hay? Y encontramos que podíamos elaborar un combustible con los residuos gracias a una buena separación en la fuente, sea la industria, los hogares, etc”, cuenta su gerente Jaime Arango Valencia.
El aprovechamiento de residuos consiste en incorporar los mismos en nuevas cadenas de valor, alargar su vida útil o darles una nueva. Jorge Enrique Vargas Ospina, director de Investigación y Desarrollo de la empresa, explica que este proceso puede llevarse a cabo desde distintos enfoques. Así lo ejemplifica: “El plástico rígido o flexible puede ser lavado y triturado para hacer nuevos materiales de plástico, pero también, si no cumple con las necesidades de aprovechamiento, puede ser incorporado a la transformación energética”. Esto último es lo que finalmente hace Ecologística. Su “producto estrella” es Ecofeul, un combustible resultado de la transformación de residuos y que es puesto a disposición de la industria antioqueña para que reemplace el carbón de las calderas. “El carbón por naturaleza tiene azufre que al momento de la combustión genera contaminantes”, cuenta Vargas Ospina.
Por eso, tener un sustituto de este material es un respiro. Vargas agrega: “cuando nosotros producimos el Ecofeul no incorporamos materiales que tengan azufre, metales pesados o compuestos clorados. Al no incluir esto, podemos tener una combustión más limpia”.
Así, este tipo de trabajos se relacionan de manera directa con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (2015 - 2030) planteados por la ONU, pues gracias a él es posible alargar la vida útil de los rellenos sanitarios, disminuir la cantidad de residuos que llegan a los mismos y reducir la emisión de gases de efecto invernadero.
Finalmente, en noviembre de 2018, la empresa culminó de forma exitosa el trámite de licenciamiento ambiental. Siete procesos fueron aprobados por Corantioquia. “Todos los procesos están ya dentro del marco normativo colombiano y son supervisados regularmente. Además, gracias a esto, como empresa tenemos la capacidad de emitir certificados de disposición final”, concluye Vargas Ospina.
Usted puede ayudar
La economía circular debe ser implementada, sobre todo, a gran escala. Informes como el publicado por la organización Circle Economy (respaldada por la ONU), evidencian que a nivel global solo el 9 % de la economía tiene carácter circular. La gran parte continúa respondiendo a lógicas lineales y de cero aprovechamiento.
“Como seres humanos necesitamos un consumo responsable. Todos los días debemos alimentarnos, vestirnos, movilizarnos, pero podemos tratar de no generar más desechos de los necesarios”, dice el gerente Arango.
Así mismo, Vargas Ospina señala que el llamado es a ser conscientes de que “lo que para mí puede ser un residuo, puede en realidad ingresar a otra cadena de valor”, y en esa medida, afirma que lo ideal es realizar desde casa una correcta clasificación y separación: lo orgánico, lo reciclable y lo no reciclable (ver Claves). “Así voy a estar, no solo facilitando que los residuos lleguen a otras cadenas de valor y a las empresas que los transforman, sino que también voy a estar dignificando la labor del recolector o la persona que recicla”