La Amazonía, una de las seis regiones naturales de Colombia, comprende el 23,3% del territorio nacional, representa el 42,3% de la parte continental, y está ubicada en el sur, limitando al norte con las regiones Andina y Orinoquía, al este con Venezuela, al sureste con Brasil, al sur con Perú y al suroeste con Ecuador.
A ella se le debe en buena parte que nuestro país tenga una cultura tan diversa y una naturaleza imponente, pues los ríos y la selva que la componen, actúan y reververan por todas partes, como si de un sistema nervioso se tratara.
También le puede interesar: ¿Se acerca la selva amazónica a un punto de inflexión?
De allí que su inigualable diversidad biológica incluya (solo en Colombia) “674 especies de aves, 158 de anfibios, 195 de reptiles, 212 de mamíferos, de 753 peces y más de 6300 plantas diferentes de flora. Sin contar con que se calcula que en todo el Amazonas hay más de 390.000 millones de árboles y 10% de la biodiversidad mundial”, según WWF Colombia.
Así que con el propósito de crear consciencia sobre este lugar y sobre la importancia de su conservación, el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible y el Instituto Amazónico de Investigaciones Científicas (SINCHI), presentaron las cinco especies más coloridas de la Amazonía del país.
Onychorhynchus coronatus
Al mejor estilo de la tradicional cresta del ‘punk’, el ‘Atrapamoscas Real’ se roba las miradas de la selva. Esta, es una especie que mide aproximadamente 16 centímetros de longitud y que lleva consigo una cresta llamativa y muy colorida que se despliega en forma de abanico.
Esta es una especie que encontramos en la cuenca de la Amazonía y una parte de Centroamérica. Se le conoce por habitar las partes bajas de la vegetación; bosques húmedos de tierras por debajo de los 1000 metros. Si de preferencias se trata, les encantan las áreas pantanosas y los bosques inundables.
Su comida favorita: los insectos.
Machaeropterus pyrocephalus
También conocido como saltarín cabeza de fuego, es pequeño en tamaño, pero grande en color en la Amazonía colombiana.
Esta singular ave mide aproximadamente, 9 centímetros. Se reconoce a los machos porque tienen una llamativa cresta naranja y roja que, al parecer, utiliza en los despliegues de cortejo con las hembras.
Se distribuye en los países de la cuenca Amazónica y prefiere vivir al interior de los bosques húmedos de tierra firme, donde se caracteriza por ser bastante discreto. Además, tiene una vocalización aguda y corta.
Su comida favorita: los frutos y bayas que recoge en vuelos rápidos.
Siphlophis compressus
Esta serpiente es habitante de los bosques amazónicos y le encanta la noche. Se puede encontrar sobre ramas de arbustos a baja altura, así como en el suelo. Es exigente con su dieta. Come, exclusivamente, lagartijas, aunque a veces da unas probadas de serpientes amigas.
Se reproduce a través de huevos que la hembra pone en un lugar con suficiente humedad, por ejemplo, entre las raíces de los arbustos y árboles del bosque o dentro de troncos podridos.
Además de ser hermosa, es una serpiente totalmente inofensiva y no venenosa.
Ocasionalmente, se encuentra cerca de cuerpos de agua cuando baja a reproducirse. Se sabe que emplea raíces sobre el agua y/o pozos pequeños de agua para depositar sus huevos y así aumentar su presencia en el bosque.
Ranitomeya uakarii
Con un azul que rodea sus manchas y combinaciones de colores como el rojo y el amarillo, esta pequeña rana vive en el suelo del bosque vivo y le encanta estar activa en el día.
Pone hasta siete huevos en cada evento reproductivo y los machos tienen una particularidad especial, cargan los renacuajos para depositarlos en bromelias en donde estos terminan su desarrollo.