Haga de cuenta que cada metro de costa que tienen 192 países estuviera cubierto con 5 bolsas de plástico de esas de supermercado.
Esa es la cantidad que está cayendo a los océanos cada año: 8 millones de toneladas métricas, plástico que flota en ocasiones, se hunde en otras pero que entero o fragmentado constituye una amenaza para la vida marina.
La estimación proviene de un estudio publicado en Science, elaborado por Jenna Jambeck y colegas.
A los mares van de 4,8 millones de toneladas a 12, de los 275 millones producidos en los 192 países con costas, siendo 8 millones el punto medio, de acuerdo con Jambeck.
El plástico apareció en el mercado hacia los años 30 y desde los 70 se menciona en la literatura como contaminante. Desde entonces el problema ha crecido aunque en distintos países ha mejorado la disposición de desechos.
A los mares van desde 1 kilo día que transporta el Hilo en Hawai a los 4.200 día del Danubio. Cada uno es distinto.
De Colombia
La investigación se centró en la población hasta 50 kilómetros de la costa. En esas zonas se produjeron en 2010 unos 99,5 millones de toneladas métricas de plástico, de las cuales 31,9 millones no fueron dispuestas de manera adecuada y de 4,8 a 12,7 llegaron a los océanos.
Los 20 países que más arrojan responden por 83% de esa contaminación marina.
La contribución colombiana no incide en el total global, pero en el plano local es alta: se calcula que unas 92 toneladas de plástico originado en las zonas costeras fueron a los mares. María José Ospina, directora de la Agenda del Mar, afirma que “la situación es más grave en la costa Caribe y sobre todo en las poblaciones más pequeñas”.
Para ella la falta de conciencia en el interior del país incide, a lo que se suma la carencia de infraestructura sanitaria en las áreas costeras.
Si bien en muchos países mejoran los sistemas de disposición de desechos, Jambeck proyecta que hacia 2025 el impacto acumulado en los océanos será de 155 millones de toneladas.
Kara Lavender Law, coautora, remarca que hasta ahora no se tenía certeza de la magnitud del problema.
Y la noticia no es buena.