Federico Gutiérrez, Creemos
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Este 29 de octubre los medellinenses escogerán al alcalde que gobernará la ciudad por los siguientes cuatro años. EL COLOMBIANO realizó esta guía con los cinco candidatos con mayor intención de voto, según los resultados de la última encuesta Invamer.
Federico Gutiérrez, Creemos
El excandidato presidencial en las pasadas elecciones de 2022 repite aspiración a la Alcaldía de Medellín, ciudad que gobernó entre 2016 y 2019, y llega como el más opcionado para ser elegido, aunque nada está escrito. El Exalcalde continúa liderando con un amplio margen la intención de voto para llegar a la Alpujarra.
Así quedó retratado en la más reciente encuesta publicada por la firma Invamer, contratada por los informativos Noticias Caracol, Blu Radio y El Espectador, en la que el exmandatario registró una intención de voto del 71,1%
Gutiérrez se avaló con su partido Creemos, con el que también entregó casi 900 avales a candidaturas a concejos y alcaldías de varios municipios de Antioquia, entre ellos Medellín, así como a la Asamblea de Antioquia. También avaló candidatos en otras zonas del país.
En sus épocas de alcalde, a Federico Gutiérrez se le hacía una comparación burlona con Batman, pues salía en las noches con la Policía a capturar delincuentes; hubo un desfase, porque su superhéroe favorito es Supermán, el hombre de acero.
¿Qué le huele mal? La captura de su secretario de Seguridad, Gustavo Villegas, por supuestas relaciones con la Oficina de Envigado, caso que terminó en un acuerdo con la Fiscalia por el delito de omisión de denuncia y abuso de autoridad.
Juan Carlos Upegui, Independientes
Su cargo más reciente y tal vez el único representativo en el sector público es el de secretario de la No-Violencia en la actual administración, al que renunció el año pasado para hacerle política al entonces candidato Gustavo Petro y fuera del cual se quedó para consolidar su candidatura a la Alcaldía de Medellín.
El también primo de quien fuera hasta hace un mes primera dama, Diana Osorio, siempre fue un acérrimo defensor de la administración de Daniel Quintero, quien renunció a la Alcaldía precisamente para hacer política abiertamente por Upegui.
Upegui se inscribió en la Registraduría con el aval del partido Independientes, del grupo político de Quintero, que también entregó avales para listas a Concejo de Medellín y Asamblea de Antioquia.
Según el portal Cuenta Claras, su campaña ha recibido $669.482.296 distribuidos entre recursos propios, ingresos de eventos del partido y contribuciones y donaciones. Durante esta campaña se le ha denunciado por usar el apoyo de contratistas de la Alcaldía; además, en Cuenta Claras se registró que algunos contratistas donaron efectivo, información que luego fue editada.
Quienes conocen a Upegui, lo describen como un hombre gentil, formal; sin embargo, en esta campaña se ha enfocado en atacar con vehemencia a su contendor Federico Gutiérrez y a los políticos que representan el “uribismo”.
En medio de la campaña por la Alcaldía de Medellín le cayó encima una denuncia bastante delicada: que personas contratadas por medio de un convenio interadministrativo entre la Alcaldía y la Universidad Nacional habrían terminado trabajando en su campaña haciendo eventos y piezas publicitarias; el caso está en manos de las autoridades. Además, está el hecho de que personas que tienen o tuvieron contratos con la administración habrían aportado dinero a su postulación.
Albert Corredor, movimiento Medellín Nos Une
Fue conocido porque lo eligieron en 2019 como concejal del Centro Democrático, pero siempre fue aliado y amigo de Daniel Quintero, lo que le causó problemas con una bancada declarada en oposición al gobierno local. El año pasado no solo renunció al partido, con dardos al expresidente Álvaro Uribe, sino que también dejó su curul para consolidar la candidatura.
Es administrador de empresas de la Universidad Eafit. Máster en Negocios Internacionales, Executive MBA del CENSA International College, University of Miami, centro educativo de su familia. No se sabe muy bien su ideología, pues perteneció al Centro Democrático y ahora se declara de centro e independiente.
Comenzó a recoger firmas con el movimiento Medellín Nos Une, y logró casi 305.000. No obstante, desde el comienzo su candidatura ha estado salpicada de múltiples denuncias de contratistas de la Secretaría de Educación que dicen que los presionan para que apoyen su campaña.
Ha sido asesor del Ministerio de Educación, ha ocupado varios cargos directivos en el Censa tanto en su sede en Colombia como en Miami; fue concejal de Medellín durante el presente cuatrienio.
Según Cuentas Claras, su campaña ha recibido $1.475.411.003. De esa plata, más de mil millones vienen de su patrimonio o el de familiares. En un segundo punto están las contribuciones. Entre todo hay un nombre extraño, y es Mónica Correa Patiño, quien ha sido su secretaria desde que es concejal y aparece como asidua contribuidora. Su campaña ha contado con decenas de horas de trabajo de contratistas de la secretaría de Educación.
Ha tenido varios escándalos. El primero fue que integró el llamado pacto de Chuscalito, donde cuatro concejales del Centro Democrático se saltaron al partido e hicieron una jugadita que terminó beneficiando a Daniel Quintero. También hay decenas de denuncias de cómo se habría apropiado de la Secretaría de Educación, poniendo allí a personas cercanas a él y al Censa, las mismas que luego habrían puesto a cientos de contratistas a trabajar para su campaña hasta el día de hoy. Uno de sus posgrados fue certificado por él mismo, y en esa tesis participó con el exalcalde Quintero.
Según la última encuesta de Invamer, los números muestran un descenso sostenido en los últimos tres meses, acercándose a la mitad de intención de voto que había registrado en agosto cuando obtuvo 6%, posteriormente en septiembre alcanzó el 4.8% y finalmente en octubre llegó al 3.8%. La desfavorabilidad de Corredor pasó de un 10,2% en agosto, a un 12,4% en septiembre y a un 24,6% en octubre, siendo la segunda más alta.
María Paulina Aguinaga, movimiento Por Medellín
María Paulina Aguinaga llegó al Concejo de Medellín en 2016, y aunque era una mujer joven, sin experiencia en el servicio público, demostró rápidamente tenacidad y disciplina. Desde entonces se recuerdan sus debates acuciosos sobre EPM, Tigo y el presupuesto público.
Han pasado ya casi ocho años, dejó el Centro Democrático, un partido que le parecía ajeno, y hasta pareció estar muy cerca de Daniel Quintero, cosa que ella niega con contundencia. Su candidatura a la Alcaldía ha sido austera y pese a lo pensado, se ha mantenido lejos de su amigo Albert Corredor y de Juan Carlos Upegui; ambos le coquetearon en redes para que se les uniera.
En este último cuatrienio, también concejala del CD, fue señalada por algunos de sus compañeros de bancada como una rebelde que no hacía oposición a la alcaldía de Daniel Quintero, algo que ella siempre ha negado y ha argumentado que se ha mantenido en la independencia.
Renunció al Concejo para consolidar la candidatura con el movimiento Por Medellín, con el cual recogió 140.000 firmas. Ahora, tiene una propuesta que también ha enfocado en los problemas principales de la ciudad, que dice saber muy bien cuáles son y con cuál presupuesto contará el próximo alcalde para resolverlos. Además, ha sostenido que la ciudad está “mal administrada”.
En esa autenticidad de la que se precia, Paulina explica que no es cercana a Quintero: “Apoyé los proyectos de ciudad como concejal y también le dije no a muchos otros que el alcalde quiso sacar y que no beneficiaban a los medellinenses”. Es una mujer que prefiere los números, la economía, la matemática, sobre la literatura; disfruta de su hijo de 2 años y de la compañía de su esposo, un francés que por trabajo a veces pasa varias semanas por fuera del país. En la última encuesta Invamer apareció con un 1,9% de intención de voto.
Rodolfo Correa, partido Colombia Renaciente
El exsecretario de Agricultura de Antioquia entró a competir por la Alcaldía de Medellín tras haber participado, en 2019, por la Gobernación de Antioquia. Para la actual aspiración recogió 112.000 firmas con el movimiento AMA Medellín, pero no pudo inscribirse con este porque la Registraduría solo le validó 28.500 firmas de 50.000 requeridas.
Él calificó la situación como una jugada de fuerzas oscuras que quieren atacar su campaña y sacarlo del juego, por lo cual este domingo viajó para solicitar medidas cautelares ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) para tener garantías en el proceso de revalidación de las firmas. Su equipo se ha dedicado a revisar una por una y ha dicho que encontró presuntas irregularidades en el informe que recibieron del órgano electoral.
Lo cierto es que antes de viajar a la CIDH, Correa se inscribió con aval de Colombia Renaciente. Y en la campaña luchó por demarcarse de lo que muchos sectores políticos aseguran y él siempre ha negado: que es una ficha escondida de Quintero.
Aún en las conversaciones más triviales, el abogado Correa no deja de lado su profesión ni su campaña política; es un tipo que se toma las cosas muy en serio. Se considera obstinado y lamenta no haber tenido habilidades para el canto, pero sabe que el talento es caprichoso. Se encuentra en una canción: My way, del gran Frank Sinatra, pues asegura que ha forjado su destino.
Su mayor miedo, según le dijo a EL COLOMBIANO, es que Medellín siga en manos del quinterismo. “También, que perdamos la humanidad y seamos reemplazados por la inteligencia artificial en el pensamiento y por los robots en la acción física”.