El misterio rodea la desaparición de Juan Camilo Álvarez Lambraño, un profesor de la escuela de fútbol FC Westchester, de Itagüí, de quien no se tiene ninguna noticia hace un mes. El pasado 1 de noviembre, su padre salió un rato a la iglesia y cuando llegó a la casa de ambos, ubicada en Buenos Aires, comuna 9 de Medellín, se dio cuenta de que su hijo no estaba.
Inicialmente, no hubo alerta, la familia pensó que había ido a un lugar cercano, pues dejó la moto, el celular, la plata y hasta los documentos personales. La preocupación llegó con las horas de ausencia, y creció cuando llamaron a amigos, conocidos y padres de los estudiantes del profe de fútbol: nadie sabía nada de su paradero.
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Alrededor de 36 horas después de perderle el rastro, la familia denunció en la Fiscalía, donde activaron la ruta urgente de búsqueda. Allí, indicaron que no saben si Juan Camilo, de 36 años, pudiera haber tenido problemas con alguien o recibido amenazas.
Con el caso en manos de las autoridades, la familia reforzó la búsqueda. Luisa Fernanda, hermana de Juan Camilo, relata que lo han buscado en clínicas y hospitales, en calles de Buenos Aires y de otros sectores de Medellín, como Barrio Antioquia, Trinidad, el Centro y Santa Elena. Han ido a Barbosa, Guarne, Rionegro y Sabaneta. Han pegado volantes en postes y paredes, han difundido la foto por redes sociales. Nadie les ha dado ni una pista.
Lo más difícil es cuando se enfrentan a una angustia no menor a la de la incertidumbre por la desaparición: la llegada de cuerpos sin identificar a Medicina Legal. Uno podría ser el de Juan Camilo; ninguno lo ha sido. Guardan la esperanza de que está vivo y lo siguen buscando sin descanso. Las autoridades también, pero no hay avances, opina Luisa Fernanda.
El tiempo en contra
“Han mirado unas cámaras cercanas a la casa de él, por una estación del Tranvía de Ayacucho. Pero nos han dicho que en ningún video se ve pasar. Sin embargo, nosotros no tenemos acceso a los videos para saber si es él o no, ni en compañía de la Policía hemos podido ver esos videos. Nos han dicho que es porque no hay indicios de que sea una desaparición forzada”, expresa la hermana y lamenta que tanta incertidumbre se alimente de la impotencia de ver agotarse los lugares dónde buscar y sentir el tiempo en contra.
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Este caso es uno de los 113 activos que acompaña la Alcaldía de Medellín, en articulación con otras entidades como la Fiscalía y la Policía, con la Ruta Urgente de Búsqueda, en la que hay criminalistas, abogados, trabajadores sociales y psicólogos. Al recibir el reporte de una desaparición, buscan en instituciones como Centros Día para habitantes de calle, albergues, Centros de Diagnóstico y Derivación del ICBF, Centros de Traslado de Protección (CTP) y las Unidades de Reacción Inmediata (URI).
El fin último de esta estrategia es empezar la búsqueda cuanto antes, por lo cual insisten en que no hay que esperar 72 horas para reportar una desaparición, cada segundo cuenta.
Esta semana, Alexandra Virviescas, subsecretaria de Derechos Humanos de la Alcaldía de Medellín, publicó una lista de siete ciudadanos reportados como desaparecidos, como Juan Camilo, del 5 de septiembre a la fecha. El más antiguo en este grupo es el de Tiberio de Jesús Correa Arboleda, un hombre de 69 años que vieron por última vez en Robledo Villa Flora, comuna 7, Robledo.
La administración informó que, con corte al 29 de noviembre de este año, en el actual cuatrienio se reportaron 1.698 personas como desaparecidas en Medellín. De ellas, 1.512 aparecieron con vida, 73 fueron halladas sin vida y 113 continúan en ruta de búsqueda porque no ha habido pistas contundentes sobre su paradero. Desde la Alcaldía también informaron que, entre las 1.698 personas reportadas en ese periodo, hay 825 mujeres. A 785 de ellas las han encontrado con vida, 11 han aparecido muertas y 29 se mantienen en la ruta de búsqueda.
Los casos están conectados por familias que sufren en las garras de la incertidumbre, que tejen posibles historias sobre lo que pasó. Luisa Fernanda, por ejemplo, recuerda que casi una semana antes de la desaparición, Juan Camilo se había notado un poco más callado, pero negó tener algún inconveniente.
“No sabemos qué pasó, no tenemos conocimiento de que tuviera inconvenientes con alguien. Y nos dicen que en las cámaras no quedó grabado. Los vecinos dicen que no lo vieron salir. Es como si hubiera puesto un pie fuera de la casa y se lo hubiera tragado la tierra. Uno ya no sabe qué más hacer, a quién más llamar”, conluye.
Las familias esperan con resistencia, pero, como dice Luisa Fernanda, piden celeridad de las autoridades. Ella llama a diario y le dicen que no hay avances. Lo que sabe es que ni ella ni su madre ni su padre ni sus hermanos ni los amigos dejarán de buscar a Juan Camilo.
No hay que esperar 72 horas. Una persona desaparecida se puede reportar al 123, a la línea 122 de la Fiscalía, al WhatsAppa de Dignidad Humana (318 650 13 71) o en la sede de la Subsecretaría de Derechos Humanos.
Asimismo, cualquier información sobre personas reportadas como desaparecidas se puede entregar en las líneas 324 290 98 01, 318 532 27 67 y 590 31 08, extensión 41743.