El millonario contrato de Emvarias con el que se busca iniciar un piloto de recolección de basuras, entregado contra viento y marea a una polémica firma que entre sus propietarios tiene a un empresario cercano al presidente Gustavo Petro, está en la cuerda floja luego de que el nuevo gerente de EPM, John Alberto Maya, anunciara que lo revisarán a fondo antes de que se firme su acta de inicio.
Aludiendo a los múltiples cuestionamientos logísticos y financieros que arrastra esa iniciativa desde hace más de un año, el ejecutivo señaló ver con preocupación que Emvarias termine embarcándose en una iniciativa que podría golpear duramente sus cuentas y volverse un dolor de cabeza al llevarse a la práctica.
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Y es que además del componente político, tal cómo quedó plasmado en documentos internos de la empresa, el proyecto piloto que hoy tiene un valor preliminar de $199.600 millones no tendría sus proyecciones financieras garantizadas y tampoco podría ser cubierto por los ingresos vía tarifa que llegan a la compañía.
Para completar el paisaje, Maya señaló que durante el proceso de empalme que culminó en diciembre pasado, obtuvo información que apuntaría a que los contratistas aún arrastraban líos para entregar una serie de pólizas exigidas para la firma del acta de inicio.
“Ellos (los contratistas) tienen unas responsabilidades de llevar unas pólizas a unos tiempos determinados. No los llevaron y aparentemente les van a ampliar esos tiempos para llevar esas pólizas. Eso es algo muy grave en la situación que está viviendo Emvarias. Nosotros miraremos esta situación y tomaremos las determinaciones a las que haya lugar”, anticipó Maya el pasado 28 de diciembre.
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Pese a que el contrato de cargue lateral aún no tiene un acta de inicio, lo que abriría la posibilidad para reversarlo, la decisión de abortarlo también podría desatar una confrontación legal entre Emvarias y la polémica empresa Themac, que podría entablar una demanda para ser reparada extracontractualmente al ya haber recibido una carta de aceptación de su oferta.
Un piloto problemático
Aunque desde hace más de un año este polémico proyecto piloto ha sido cuestionado por múltiples frentes, uno de los documentos más elocuentes sobre los riesgos que acarrearía para Emvarias el inicio del mismo consistió en un concepto firmado por el exgerente de la entidad, Carlos Fernando Borja Jiménez, un día antes de ser sacado de su cargo por decisión de la junta directiva.
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En dicho concepto, Borja no solo recordó que el proceso es revisado con lupa por la Procuraduría General de la Nación, desde donde podría iniciarse una investigación disciplinaria, sino que alertó que los tiempos y requerimientos logísticos tendrían a la compañía contra las cuerdas de cara a su ejecución.
Cabe recordar que el piloto en cuestión consiste en una iniciativa con la que se busca desplegar en las comunas 10 (La Candelaria) y 11 (Laureles-Estadio) una flota de camiones de cargue lateral que, a diferencia de los camiones recolectores tradicionales (en los que los operarios depositan la basura por la parte trasera), está dotados de un brazo mecánico que permite vaciar los contenedores de basura de forma automática.
Para hacer posible esa recolección, Borja alertó precisamente que Emvarias necesitaría instalar por lo menos 1.500 contenedores nuevos y especiales, que aún no tienen permisos de espacio público y cuya logística requeriría de un tiempo más holgado del que dispone la empresa antes del inicio del piloto.
No obstante, la alerta más grave de Borja consistió en que el dinero para cubrir el piloto no estaría respaldado en las tarifas cobradas a los usuarios, lo que pondría en riesgo a una empresa que durante los últimos años arrastra más afugias presupuestales y logísticas por otros frentes.
“Dadas las proyecciones financieras de la empresa y la tarifa aprobada por la CRA (Comisión de Regulación de Agua Potable y Saneamiento Básico) para la disposición final, se considera un riesgo elevado perfeccionar el contrato, pues la tarifa no cubre los costos del proyecto, dejando unas proyecciones financieras desfavorables”, alertó Borja en su concepto, que tras entregarse luego coincidió con una declaratoria de insubsistencia por parte de la junta directiva para sacarlo de su puesto.
Además de esos problemas, el gerente Maya añadió que en las condiciones geográficas de la ciudad y de cultura ciudadana la implementación del piloto tendría obstáculos adicionales.
“En Medellín tenemos un valle con unas laderas empinadas y esta carga lateral es solamente para geografías muy llanas, muy planas. Eso no se da en Medellín sino en la parte del Centro y Laureles. Pero ahí no es solamente el problema de la topografía, sino del espacio que necesitan esos cargadores para poder hacer la carga lateral. Adicionalmente hay que pensar en la cultura”, expresó.
“También hay una situación tarifaria, por la regulación, que todo lo que genera Emvarias en términos de sus costos no es remunerado por la tarifa, entonces nos pone en una situación muy complicada desde lo financiero y desde lo técnico”, coincidió Maya.
En medio de este panorama, que se produce justo en la transición de gobierno, quedará entonces en manos de la nueva administración dirimir la encrucijada entre seguir adelante con un contrato cuestionado o alistarse para una eventual batalla legal.
