Un megaproyecto de vivienda que tiene su vista puesta en un terreno clasificado como zona de protección ambiental tiene los nervios crispados de urbanistas y funcionarios del Departamento Administrativo de Planeación de Medellín (DAP).
Aunque por ahora la iniciativa apenas se está estructurando y no tiene luz verde de las autoridades, fuentes al interior de la administración distrital advierten que en el DAP viene debatiéndose con preocupación desde hace varios meses las implicaciones de la misma.
El tema es tan sensible que, según se advierte en esa dependencia, fue uno de los detonantes de la renuncia de la exdirectora de Planeación Jasblleidy Pirazán García en junio pasado, quien en varios documentos oficiales sentó su posición frente a la futura obra, detallando de forma exhaustiva el valor ambiental de los terrenos y su función para evitar que la ciudad deje de crecer hacia las laderas, el principio de oro con el que se pensó el Plan de Ordenamiento Territorial (POT) de 2014.
Las claves del lío
Pese a que la información sobre el proyecto fluye por ahora a cuentagotas —por ahora lo único que se sabe es su ubicación y su nombre: macro proyecto de interés social Palmar del Túnel—, un cruce de oficios ocurrido entre mayo y junio de este año arrojó las primeras pistas de sus implicaciones.
El primero de ellos se trata de un derecho de petición interpuesto en mayo por una empresa identificada como Grupo Colviva S.A.S., en el que se indagó por la regulación de las zonas de protección ambiental de Medellín y se pidieron detalles sobre dos lotes ubicados cerca a El Seminario, identificados con las matrículas inmobiliarias 001-921486 (COBAMA lote 90830020024) y 001-93496 (COBAMA lote 90830020004).
En el requerimiento, que llamó la atención de los técnicos de Planeación por su especificidad, se observan preguntas en las que se piden datos sobre los criterios y la metodología con los que el municipio ha delimitado sus zonas de protección ambiental, precisiones jurídicas sobre las normas que regulan ese tipo de suelos y copias de múltiples mapas y planos de soporte del POT.
Una zona sagrada
Tras recibir la petición, y aún bajo la dirección Pirazán García, Planeación entregó a esa empresa una respuesta de 23 páginas, en la que explicó la importancia de las cadenas montañosas que atraviesan la ciudad y señaló su papel para preservar la biodiversidad, las quebradas, el paisaje, entre muchas otras funciones.
En el lenguaje técnico empleado en el documento, dichas cadenas montañosas fueron descritas como parte del “Sistema Orográfico” de Medellín, una expresión clave sobre todo a la luz de la regulación urbanística, tal como luego se explica en el oficio.
Tras enumerar que en Medellín dicho Sistema Orográfico está compuesto por al menos 52 sitios, la entidad señaló que en el costado oriental de la ciudad uno de los más importantes se conoce como el “Lomerío del Escarpe de las Palmas”, que, a su vez, contiene los dos lotes en cuestión.
Tal como puede verse en los mapas oficiales (ver Infográfico), los lotes están ubicados en el costado sur del sector El Seminario y son considerados como suelo de protección.
“Gracias a esta figura se han mantenido exentas de desarrollos urbanísticos y constructivos y han mantenido la oferta de los servicios ecosistémicos asociados, tales como: preservación de la biodiversidad y de sus procesos ecológicos, aprovisionamiento y regulación hídrica, culturales asociados a elementos naturales, moderación y adaptación a la variabilidad climática y aprovisionamiento de alimentos y productos forestales”, reseñó Planeación.
A nivel jurídico, esa dependencia también advirtió que cualquier terreno que esté caracterizado como parte del “Sistema Orográfico” se convierte en un espacio que debe ser preservado, según quedó establecido en el POT de 2014 y lo dispuesto por las leyes nacionales.
“El Sistema Orográfico de Medellín hace parte de las Áreas de Interés Estratégico de la Estructura Ecológica Principal, reconocidas como áreas de Especial Importancia Ecosistémica y por lo tanto se constituyen en suelo de protección en los términos de la Ley 388 de 1997”, advirtió Planeación.
La señales de alerta
A pesar de ese contexto, fuentes cercanas a las discusiones que se han desatado en Planeación advierten que ya se han explorado varias alternativas para que en el lugar se puedan levantar edificios.
Por ejemplo, en medio del mar de normas y actos que regulan el uso del suelo, una de las disposiciones oficiales que se estarían evaluando para amparar el proyecto se trata de una circular emitida en 2018 por el DAP, que estableció que en los casos en los que se produjera una “superposición” entre el suelo suburbano y de protección, debería primar la categoría de suelo suburbano, un concepto que va en contravía a la lógica que usualmente se aplica para esa clase de conflictos.
Justo cuando se estaban dando esas discusiones, fuentes al interior de esa dependencia reseñan que Pirazán consideró problemático que esa clasificación se cambiara y, tras al recibir presuntas presiones internas, terminó renunciando junto a tres subdirectores.
Para conocer su versión ante esas supuestas presiones y su posición frente al proyecto urbanístico, EL COLOMBIANO se puso en contacto telefónico con Pirazán, quien absteniéndose de desmentir o negar esas versiones, dijo que no entregaría declaraciones sobre el tema.
Este diario también envió un cuestionario a la Secretaría de Comunicaciones de la Alcaldía de Medellín, preguntando por las características del proyecto y las actuaciones que se han realizado sobre los lotes en cuestión.
En una respuesta escrita, la administración distrital aseguró no tener conocimiento de los “detalles técnicos” del mismo y sostuvo que durante los últimos meses no se habría adelantado “ninguna actuación” tendiente a cambiar su clasificación del suelo de los terrenos.
Lo que dicen los desarrolladores
Horas después de remitir las preguntas a la Alcaldía de Medellín y consultar con Planeación, el representante legal y gerente del Grupo Colviva, Carlos Andrés Posada, se puso en contacto con EL COLOMBIANO advirtiendo tener conocimiento de la realización de esta investigación periodística. Al ser interrogado sobre cómo había obtenido esa información y qué tan cercana era su relación con los funcionarios de Planeación, Posada se abstuvo de contestar y consideró no ver “relevante” responder a esa pregunta.
Sobre el proyecto en concreto, el gerente dijo que la empresa a su cargo ha cumplido el rol de promotor y estructurador, encargándose de formular un documento técnico de soporte de 250 páginas.
Según señaló, la iniciativa busca formularse como un macroproyecto de interés social nacional, una figura que cuenta con el apoyo del Gobierno Nacional y que nació con el objetivo de mitigar el déficit habitacional en las poblaciones más afectadas por esa problemática.
“El interés es plantear un macroproyecto de interés social nacional que está reglamentado por la norma y que se adelanta ante el Ministerio de Vivienda. Las consultas que se han hecho a Planeación hacen parte de la información que el Ministerio nos ha pedido solicitar para poder iniciar la etapa de anuncio”, expresó.
Al ser consultado sobre el interés en los lotes de El Seminario, el gerente dijo que obedecía a que estos son con los que cuenta el proyecto y no precisó quienes serían los propietarios.
Sobre el debate por la clasificación del suelo, Posada dijo que la empresa estaba al margen de ese debate.
“Entrar en esa discusión no nos corresponde. Nos corresponde hacer los estudios, presentarlos al ministerio, el ministerio lo va a llevar al Municipio, el Municipio lo va a presentar al Concejo y será en ese momento, en manos del Concejo, en el que se tomen las decisiones”, expresó.